10 Gobernadores se levantan contra lo que ellos señalan como “autoritarismo, centralismo y síntomas de tiranía”, por parte del Gobierno Federal y en particular del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien se niega a recibirlos y establecer un diálogo con ellos para reformar el Pacto Fiscal de la Federación.
Los 10 Gobernadores: Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Gobernador de Tamaulipas; Javier Corral Jurado, Gobernador de Chihuahua; Miguel Angel Riquelme Solís, Gobernador de Coahuila; Enrique Alfaro Ramírez, Gobernador de Jalisco; Jaime Rodríguez, Gobernador de Nuevo León; Silvano Aureoles Conejo, Gobernador de Michoacán; Martin Orozco Sandoval, Gobernador de Aguascalientes; Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, Gobernador de Guanajuato; José Rosas Aispuro Torres, Gobernador de Durango; José Ignacio Peralta Sánchez, Gobernador de Colima, han denunciado el mal trato que reciben de parte del Presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador y del Gobierno Federal, por lo que no están dispuestos a seguir en esta situación y exigen un diálogo respetuoso con el Jefe del Ejecutivo o de lo contrario, lo hacen responsable del “rompimiento de la República”.
Esta situación política es verdaderamente inédita en la etapa moderna del país; Yucatán proclamó su Independencia de México a mediados del siglo XIX, en 1841, poco después de que Texas se independizó de nuestro país en 1836; Chiapas se unió en 1882 a México a finales de ese siglo y el General Saturnino Cedillo encabezó un levantamiento militar en San Luis Potosí contra el Presidente Lázaro Cárdenas del Río en 1938; pero una protesta del tamaño que están mostrando estas 10 entidades federativas, que representan casi la mitad del territorio nacional y casi la mitad del PIB de la nación, no se había registrado jamás en nuestro país.
El Presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, está subestimando la protesta de estos 10 Gobernadores y su desdén hacia ellos no es aceptable, ya que él es Jefe del Estado Mexicano y tiene la obligación de velar por la unidad nacional y la unidad de la República; la actitud de desprecio del Presidencia hacia esas entidades no tiene justificación ni jurídica ni moralmente y mucho menos, políticamente.
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no puede ni debe olvidar el juramento que hizo ante la nación el primero de diciembre de 2018, de cumplir y hacer cumplir la Constitución; la relación con estos 10 Gobernadores no puede ni debe verse como algo personal o un reto a la soberbia presidencial, sino como un asunto de Estado muy grave que merece atención y solución.
