En defensa del Ejército y la Marina
Un grave resbalón político dio el nuevamente Pre-Candidato Presidencial Andrés Manuel López Obrador, al acusar a la Marina Nacional de haber cometido “masacre de jóvenes menores de edad”, en un enfrentamiento en Nayarit con un cártel de narcotraficantes; y después, acusar al Ejército Mexicano de haber cometido crimen contra los desaparecidos 43 estudiantes de Ayotzinapa.
En política, como dijo Fouché, el gran político francés de los tiempos napoleónicos: “Un error es peor que un crimen”.
López Obrador ha cometido un grave error al acusar a la Marina y al Ejército; y no podrá sacudirse esa falla nunca; es un error que le pesará durante toda su campaña preelectoral, en la que ya está, y luego en la electoral.
Y decimos que este error de López Obrador le será muy costoso no sólo en el presente sino en el futuro, porque el pueblo de México reconoce más que nunca la labor sacrificada, valiente y generosa de sus Fuerzas Armadas.
Hoy, los soldados y marinos de México se enfrentan a cárteles ricos y poderosos que cuentan con armamento ultramoderno, que incluye fusiles-ametralladoras de enorme capacidad de fuego, bazookas, misiles tierra aire, granadas y otros artefactos de gran peligrosidad, lo cual ha significado muchas bajas en la filas del Ejército Mexicano y de la Marina Nacional.
Ahí está, por ejemplo, el derribo que los cárteles hicieron de un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública, en Jalisco, cerca de Guadalajara; y la masacre que realizaron los cárteles en Culiacán, contra carros del Ejército que incendiaron para rescatar a un traficante herido.
Recientemente, soldados fueron atacados cerca de Puebla por huachicoleros; y recordar al marino que fue ejecutado en Tabasco por venganza de otros cárteles que mandaban en Cuernavaca.
Estos hechos nadie los ignora, y no los podía ignorar el propio López Obrador.
Por eso los romanos decían: “Dios ciega a los hombres que quiere perder”.