El Presupuesto y el endeudamiento de los Estados
La semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó en lo general el presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal de 2012 por un monto aproximado de 3 billones 650,000 millones de pesos. En cuanto a las expectativas del rumbo de la economía, el Congreso rebajó a 3.3% el cálculo de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2012 (desde el 3.5% propuesto por el Gobierno), y se mantuvieron sin cambios las estimaciones incluidas en el proyecto original de un precio promedio del barril de petróleo de $84.9 dólares, con el que el Gobierno realiza sus proyecciones de ingresos.
Con estos ajustes, además de algunas reasignaciones y reducciones en gastos del Gobierno, el parlamento logró fondos adicionales por unos $90,000 millones de pesos, que serán dirigidos a sectores sensibles, sobre todo al campo y a la construcción de carreteras.
Cabe mencionar que el presupuesto aprobado contempla mayores recursos para los estados. De acuerdo con el documento, tan sólo en el Ramo 33 las aportaciones federales para los estados ascienden a 482,155.47 millones de pesos, casi 7% más que lo aprobado para el ejercicio de 2011. Lo anterior indica no sólo que no hay una recaudación fiscal efectiva por parte de los estados, sino también que los estados dependen mucho de las transferencias federales.
El problema se agudiza aún más cuando se tiene en cuenta que el saldo de al menos seis entidades federativas se acerca al límite, antes de rebasar las participaciones que les asigna el Gobierno federal. México se encuentra entre los países que tienen un menor porcentaje de ingresos por recaudación fiscal como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).
Como se observa en la gráfica que acompaña este documento, según información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el último lugar del comparativo de los países miembros -teniendo sólo el 0.37%- en cuanto a Participación de los Ingresos Tributarios de los Estados como proporción del PIB, en comparación con Canadá para quién representan un 12.81%.
Cabe mencionar que la estructura impositiva de las entidades les da pocas atribuciones, pues sólo tienen ciertos impuestos permitidos, y el financiamiento sé ve limitado porque no tienen un buen sistema de recaudación fiscal; esto, aunado con la falta de mecanismos de transparencia, así como con la holgura que se ha dado a dichos gobiernos para decidir sobre el manejo del presupuesto que reciben del gobierno federal, acentúan la dificultad.
Por su parte, el endeudamiento de las entidades federativas ha ido en aumento, y es que ha sido la única forma en que se ha dado solución al problema de la baja recaudación en México, al cierre del 3er trimestre del 2011 el monto asciende a $358,501 millones de pesos ($25,801 millones de dólares), de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda.
De manera natural, inmediatamente surge la pregunta de si los estados se están esforzando lo suficiente para tener un mayor ingreso por concepto de recaudación, debemos tener en cuenta que dicho esfuerzo está determinado por factores inherentes a las entidades (estructura productiva del estado, el incremento del sector informal, corrupción e ingreso no provenientes de las participaciones), pero es evidente que se necesitan tomar medidas para crear una economía estatal dinámica y finanzas públicas sanas, para que al final del día, la suma de todos los esfuerzos estatales, impacté al agregado nacional.
Por otro lado, es indiscutible la necesidad de una reforma fiscal efectiva y flexible a corto plazo. El planteamiento requiere de ir más allá de sólo aumentar la recaudación. Se deben tomar medidas para resolver problemas estructurales que impliquen mecanismos para mejorar la distribución de los recursos, al tiempo que se incremente la transparencia y rendición de cuentas, siendo uno de los temas prioritarios el Federalismo Fiscal.
Por Julio A. Millán Bojalil, Presidente de Consultores Internacionales, S.C.