Andrés Manuel López Obrador persiguió y luchó toda la vida por la Presidencia de la República, y luego de alcanzarla en el año 2018, se da cuenta ahora que ya no tiene tiempo; se le nota apurado y pensando en lo que va a hacer cuando entregue el poder, sobre todo ahora en que solamente 15 millones de personas, la mitad de los que votaron por él en las elecciones presidenciales de hace 4 años, le mostraron su respaldo en la consulta de Revocación de Mandato del pasado Domingo de Ramos 10 de abril.
En la mañanera del lunes 11 de abril, aunque quería mostrarse contento, su lenguaje corporal fue de preocupación; les dijo a los periodistas: “tengo que terminar las obras que empezamos: el Tren Maya, el Tren Transístmico, la Refinería de Dos Bocas…, porque el 30 de septiembre de 2024 me voy; no estaré aquí ni un día más”, dijo.
Hizo el cálculo de que ya solamente le quedan “dos años y medio”; y en efecto, ese es el término constitucional: menos de la mitad de su acortado Sexenio, que tendrá dos meses menos que el de Peña Nieto, el de Calderón y el de Fox y el de Salinas y el de Zedillo, porque por azares del destino, el Congreso de la Unión dispuso cortarle dos meses a los 6 años de este gobierno, para tratar de sincronizarlo con la toma de posesión de los diputados y senadores que resultarán triunfantes en las elecciones del 2024.
Y siendo verdad que ya solo le quedan a su gobierno dos años y medio, lo cierto es que López Obrador se verá agobiado también por el adelantamiento de la Sucesión Presidencial que él mismo propició, ya que el año próximo ocurrirá que sus propios seguidores empezarán a voltear los ojos, como ya lo hacen, hacia Claudia Sheinbaum, hacia Marcelo Ebrard y al nuevo proyecto denominado el “Plan B” que es el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
De tal suerte que el primero de enero de 2023, todo el mundo político arrancará hacia la Sucesión Presidencial, olvidándose un tanto ya del actual mandatario Andrés Manuel López obrador, quien empezará a formar parte de los recuerdos políticos, tal como ha ocurrido con sus antecesores.
Así que, después de está Revocación frustrada, al Presidente Andrés Manuel López Obrador le queda ya poco tiempo y necesitará como él mismo ha dicho, “aplicarse a su trabajo”; es posible que hasta se acorten las mañaneras, para aprovechar mejor el tiempo presidencial.