El péndulo del Poder Político Mexicano
Las sucesiones presidenciales de la etapa moderna de nuestro país, a partir de la Revolución de 1910 han sido pendulares: del centro a la derecha; de la derecha al centro; del centro a la izquierda; con algún grado de repeticiones o excepciones; la actual sucesión presidencial responde a ese esquema pendular, que va del centro a la izquierda, cuando había venido de la derecha (PAN) al centro.
Cuando en el año 2000, el PRI dio paso a Vicente Fox, se inició “el gobierno de los empresarios”, según declaraciones del mismo Fox y lo que ocurrió después; en el esquema del sucesor, Felipe Calderón, prosiguió el gobierno empresarial; el PRI, con Enrique Peña Nieto, movió al gobierno hacia el centro tecnocrático, gobernando para todos, prácticamente sin ideologías, como lo demostró el llamado “Pacto por México”, en el que cupieron los partidos de izquierda, derecha y del centro.
Ahora, con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (MORENA), el gobierno se orientará hacia la izquierda: un gobierno proletario: “Primero los Pobres”, es el lema de López Obrador.
Aquí, lo notable, es que el gobierno de los proletarios no se había dado en muchísimo tiempo; realmente nunca, salvo los breves periodos de la Independencia con Miguel Hidalgo y el cura Morelos, y algunos momentos de la Revolución Mexicana, cuando surgieron movimientos proletarios y anarquistas: “Salud y Revolución Social”, era la divisa de la Casa del Obrero Mundial.
Después del triunfo de Francisco I. Madero y su sacrificio proditorio, se produjo una lucha por el poder en la que triunfo el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Don Venustiano Carranza, quien expidió la Constitución Política de 1917, votada por el Congreso, en Querétaro, que nos ha regido hasta hoy, con sus modificaciones sucesivas; pero a partir de entonces el país se ha desenvuelto, dentro de la institucionalidad, sin desconocer el propio sacrificio de Carranza, y el del General Álvaro Obregón.
El General Plutarco Elías Calles, Presidente de México, fundó el Partido Nacional Revolucionario, agrupando a todos los pequeños partidos estales y regionales, con la finalidad de unificar a la nación, sobre todo ante el extranjero, Estados Unidos de América que había realizado dos invasiones a territorio nacional, uno en 1914 y en 1917, bajó diversos pretextos.
Después de Calles, que podríamos clasificar de centro – derecha, vinieron tres presidentes liberales: Portes Gil, Orozco y Abelardo L. Rodríguez, de paso muy breve por el Palacio Nacional, y dieron paso al General Lázaro Cárdenas del Río, socialista y de carácter popular, que nacionalizó los ferrocarriles, el petróleo y realizó la Reforma Agraria, creando millares de ejidos en el país.
Ese régimen de izquierda regresó hacia el centro con el General Manuel Ávila Camacho, quien se declaró creyente y fue nombrado el “Presidente Caballero”; sin embargo, a él tocó declarar la guerra al Eje Nazifacista Alemania-Italia-Japón, y unirse a los Aliados: Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra; a este gobierno le tocó expedir la Ley de Disolución Social, artículo 145 y 145 bis del Código Penal, que prohibió las huelgas y las reuniones ciudadanas, por considerarlas subversivas.
Bajo el Presidente Miguel Alemán Valdés, de derecha, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, le tocó iniciar la industrialización del país y su incorporación de economía de Occidente; habían quedado importantes reservas monetarias por las exportaciones agrícolas e industriales durante la Guerra, que elevaron el consumo de la población, y su agotamiento provocó la primera devaluación del peso en 1952, cuando tomaba posesión Don Adolfo Ruíz Cortines, de centro, quien estacionó al país bajo el lema de: “Al trabajo fecundo de creador”.
Llegó el Presidente Adolfo López Mateos, joven abogado de pensamiento social y de izquierda, que lo enfrentó al sector privado, cuando dijo que él era un Presidente “de izquierda dentro de la Constitución”; el líder patronal Juan Sánchez Navarro, le preguntó entonces a toda plana, en los periódicos: “¿Hacia dónde señor Presidente?”
Así se reflejaba entonces la lucha política y social en nuestro país; sin embargo, hubo muchos acontecimientos sociales y políticos que revelaban las grandes luchas sociales: la Guerra de los Cristeros en tiempos de Calles; la Rebelión Cedillista, en San Luis Potosí, en tiempos de los sucesores de Calles; la Resistencia Patronal contra el General Lázaro Cárdenas, que tuvo que viajar a Monterrey para desactivar un “Lock-out”; la lucha del General Juan Andrew Almazán, contra la sucesión de Ávila Camacho; la lucha de Ezequiel Padilla contra la elección de Miguel Alemán; la lucha política del General Enríquez Guzmán contra Casas Alemán y Ruíz Cortines; el movimiento petrolero, ferrocarrilero y magisterial contra Ruíz Cortines y López Mateos; el movimiento médico contra Díaz Ordaz y luego el Movimiento Estudiantil de 1968, contra el mismo Presidente Gustavo Díaz Ordaz, considerado político de derecha.
La Toma de Posesión del Presidente Luis Echeverría Álvarez, el 1 de diciembre de 1970, después del Movimiento del 68, y la zaga del 10 de junio de 1971; el reparto de tierras de latifundios que habían sobrevivido; la creación del INFONAVIT y del FOVISSSTE, para dar habitación a los empleados tanto del sector privado como del sector público; y la apertura hacia China, la Unión Soviética, Cuba y el Vaticano, considerándose al Presidente como político de izquierda; y la declaratoria del Mar Patrimonial de 200 millas, considerándose un Presidente de izquierda.
El regreso hacia el centro con José López Portillo, quien desarrolló la industria petrolera y petroquímica.
La vuelta a la derecha con Miguel De la Madrid y el regreso al centro con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, para dar paso a Vicente Fox y Felipe Calderón, del sector empresarial y de derecha.
La vuelta al centro, con Enrique Peña Nieto (“Pacto por México”) y ahora, la nueva etapa hacia la izquierda social y populista: “Primero los pobres” y “No hay que tenerle miedo al pueblo”.
Será el de Andrés Manuel López Obrador un gobierno de izquierda, nacionalista y populista.
Las características del nuevo gobierno, hasta donde se puede detectar serán:
Nacionalismo
Gobierno de Consultas Populares (se consultará la viabilidad al nuevo Aeropuerto NAICM)
Distribución equitativa de la riqueza
Preferencia a la autarquía
Reformas legales profundas
Descentralización de la Administración Pública
Creación de una nueva clase social burocrática
Transformación de las Fuerzas Armadas y creación de una Guardia Nacional
Establecimiento de un Representante Federal en cada Estado, con poderes económicos
Nuevo trato con los Estados Unidos de América
Nuevo trato con países de América Latina: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia
Basificación ideológica en la Historia Nacional: Juárez, Cárdenas
Trabajo político con panorama amplio, transexenal
Creación de una Nueva Clase Política
Creación de Nuevos Grupos Económicos poderosos
Fortalecimiento del Partido dominante
Fin de la Partidocracia
Fortalecimiento de un Líder Político, el Presidente, siempre por encima de su partido
Fortalecimiento del Ejecutivo Federal
Disminución del Poder del Congreso y del Poder Judicial, especialmente la Suprema Corte
Importantes cambios constitucionales y legales
Se abre Nueva Etapa para el país: La Cuarta Transformación
¿QUÉ ES LA CUARTA TRANSFORMACIÓN?
El Virtual Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, tiene que definir con precisión, para conocimiento de la nación, qué es y en qué consiste la Cuarta Transformación.
Según el Virtual Presidente Electo ha habido Tres Transformaciones del país antes:
1.- La Independencia de 1810
2.- La Guerra de Reforma 1857
3.- La Revolución Mexicana de 1910
¿Y la Cuarta Transformación de 2018 a?
Eso es lo que nos tiene que definir el próximo Presidente de México.
CONTEXTO INTERNACIONAL
El nuevo Gobierno mexicano popular o populista de Andrés Manuel López Obrador se dará en un contexto de nacientes populismos en potencias económicas mundiales como Estados Unidos e Inglaterra.
La votación de sacar fuera de la Unidad Europea a Inglaterra fue una decisión evidentemente populista, de consecuencias importantes para la economía británica y conflictos con Escocia y con Irlanda.
Y, lo más importante, el Gobierno de Donald J. Trump es evidentemente populista; su base está en la raza blanca y “no educada” de los Estados Unidos de América, que le representan más del 40 por ciento de los votantes posibles; los sociólogos y estudiosos de la política norteamericana justifican todas las decisiones políticas y económicas de Trump como tendientes a agradar o beneficiar a esa clase social blanca no estudiada de los americanos; por ejemplo, todos los ataques contra la raza mexicana, son aplaudidos por esas clases sociales.
La economía planteada por Trump tiende a la autarquía, es decir, al autoabastecimiento del mercado y del consumo de los Estados Unidos, con productos industriales y agrícolas norteamericanos; tal es el caso de la producción de automóviles, que la quiere llevar totalmente al interior de los Estados Unidos, a pesar de que no es una medida racional económica; y la tendencia a emplear la fuerza de trabajo norteamericana, desplazando a los trabajadores migratorios, a pesar de que estos resulten más baratos y/o eficientes.
EL POPULISMO MUNDIAL
El populismo mundial no es un fenómeno nuevo; se ha producido en el mundo en diversas épocas, pero más concretamente en Europa, previamente a la Segunda Guerra Mundial; y en América, a mediados del Siglo XX se produjeron casos de populismo con el General Juan Domingo Perón, en Argentina; Getulio Vargas en Brasil, que fue cuatro veces Presidente de la República, a partir del 31 de enero 1951 y Víctor Raúl Haya de la Torre en Perú, fundador de la Alianza Popular Americana, Candidato Presidencial en 1931.
Lázaro Cárdenas del Río, Presidente en 1934 a 1940; amplío el periodo presidencial de cuatro a seis años, estableciéndose el Sexenio Presidencial Mexicano.
El Presidente de Chile, doctor Salvador Allende, también pertenece a esta categoría de gobiernos populistas del 3 de noviembre de 1970 al 11 de septiembre de 1973, en que falleció por un golpe militar.
En Venezuela se estableció un gobierno populista de 1999 a la fecha, con Hugo Chávez y con Nicolás Maduro.
En Cuba, el Gobierno de Fidel Castro, se inició con socialistas-populistas el primero de enero de 1959.
Otros gobiernos populistas en América Latina son categorizados con Luiz Lula Da Silva, del 1° de enero de 2013 al 1° de enero de 2011, y luego su continuación Dilma Rousseff, del 1° de enero de 2011 al 31 de agosto de 2016.
Gobierno de Evo Morales, en Bolivia, que cumple ya doce años de Presidente.
Gobierno de Alberto Fujimori en Perú.
Gobierno de Educador de Rafael Correa; y otros más innumerables.
El populismo surge la mayor de las veces como una necesidad política y económica, impulsados por las crisis políticas y sociales de los diferentes países, como se ve actualmente en los Estados Unidos de América, con Donald Trump; y su característica la existencia de un Jefe o Líder político fuerte de poder prácticamente absoluto, con congresos y poderes judiciales débiles o sometidos.
En la mayor parte de los casos, se trata de regresar al país a sus tiempos mejores de gloria y progreso, como es el caso concreto de Donald Trump en los Estados Unidos; o como se propuso el General Perón en Argentina.
En los regímenes populistas, los partidos políticos resultan débiles e inconvenientes para el avance del país, que tiene un solo líder político.
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano, Director General de la Revista Macroeconomía.