El Gobierno en un camión de redilas
El Presidente, el Secretario de la Defensa y el de Marina y la Secretaria de Seguridad Pública, auxiliados por la población civil
En las redes sociales circulan las fotografías donde el Presidente y su Gabinete de Seguridad Nacional se tienen que subir a un camión de redilas, auxiliados por el dueño del mismo para poder continuar su camino a Acapulco, ya que su Jeep se atascó en el lodo de la carretera destruida y los soldados no lo pudieron sacar para continuar el camino al Puerto.
De ahí, las mismas redes sociales adjuntan una caricatura de los Simpsons, donde un Jeep junto al mar también se atasca y los militares tampoco lo pueden sacar, relacionando una cosa con lo que le ocurrió al Presidente y su Comitiva Militar.
En medio de este escándalo comunicacional, el Presidente se regresó de Acapulco a donde dijo que llegó en la noche del 25 de octubre de 2023 y amaneció temprano en la Mañanera acostumbrada en Palacio Nacional, donde se le vio malhumorado y algo desconcentrado de los asuntos nacionales y concretamente de la destrucción grave, nunca vista, del Puerto de Acapulco, lo que lo llevó a insultar y atacar nuevamente al periodista Carlos Loret de Mola, quien en su columna política de hoy, 26 de octubre de 2023, en El Universal, le reclama a su cuerpo de ayudantes civiles y militares porque nadie le advirtió al Presidente que no podía pasar por la carretera México-Acapulco, ni por la ruta del Sol, la super carretera, ni por la carretera vieja, que habían sufrido deslaves e inundaciones.
Loret de Mola se pregunta en su columna si el Presidente de verdad no sabia que no se podía pasar por las carreteras, o de plano, lo hizo a propósito para no llegar al Puerto con luz, previendo reclamos de los pobladores.
En la Mañanera de hoy, en el Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, y después de haber insultado al periodista Loret de Mola y a otros, el Presidente dijo que había que vivir contentos y felices, sin odiar a nadie y que así lo hará cuando se retire a su rancho de allá tan lejos en Palenque, a donde lo espera “un butaque”, que todo el mundo tradujo en “una butaca”, donde dijo que se sentará a platicar cortésmente con sus adversarios, a los que recibirá.
Habiendo dicho eso, los periodistas le preguntaron si regresará a Acapulco hoy o mañana y dijo que no, “hasta que sea necesario”.
Los periodistas suponían entre ellos que el Presidente tendría que regresar a Acapulco a supervisar los daños que sufrió el Puerto y a entrevistarse con la población acapulqueña y sus organizaciones civiles y sindicales, para tomar las medidas necesarias de reconstrucción portuaria.