El 82% de los ciudadanos se negaron a ir a votar a una Revocación Presidencial innecesaria y costosa
López Obrador se irá de la Presidencia el 30 de septiembre de 2024
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de la Revista Macroeconomía
El domingo 10 de abril, Domingo de Ramos de 2022, la mayoría de los mexicanos en condiciones de votar, 82% del padrón, se negaron a acudir a las urnas a una Revocación de Mandato innecesaria e inútil; sólo acudió el 18% de los votantes empadronados.
A las 9 de la noche del mismo domingo el Instituto Nacional Electoral, por voz de Consejero Presidente, Lorenzo Córdova Vianello, dio a conocer la tendencia de los resultados: de los relativamente pocos votantes que participaron en todo el país, 16.8 millones, más de 90% favorecieron la continuidad de López Obrador en la Presidencia y el resto expresaron su voluntad en contra.
La cantidad de votos expresados a favor de la continuidad de López Obrador en la Presidencia de la República, 15 millones, fueron la mitad de los 30 millones que le favorecieron en la votación presidencial del 2018.
Dirigentes políticos de oposición, sociólogos y politólogos independientes, hombres de ciencia, líderes de opinión pública y periodistas manifestaron desde el principio que el ejercicio de Revocación de Mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador era “inútil, innecesario y costoso”, porque nadie estaba solicitando que abandonara el cargo y, además, la Constitución establecía perfectamente el término de su mandato para el 30 de septiembre del año 2024.
El ejercicio de Revocación Presidencial promovido por el Presidente mismo costo 2 mil millones de pesos, aunque el resultado no será vinculatorio ya que no se logró la asistencia del 40% de votantes del Padrón Electoral, equivalente a 38 millones de sufragios.
En efecto, los ciudadanos mexicanos, tanto quienes viven en el país como en el extranjero, consideraron en mayor parte que el ejercicio Revocatorio no tenía caso, porque no modificaría ninguna situación; además, nadie creía que en caso de perder, el Presidente se iría.
Desde las primeras décadas del siglo XX y luego en el XXI, algunos Presidentes de la República llegaron a pensar en la reelección; incluso, uno de ellos, Álvaro Obregón intentó la reelección en el año de 1927, pero su deseo fue frustrado muy dramáticamente y desde entonces nadie llegó a pensar más en ello.
El mismo Apóstol de la democracia, Don Francisco I. Madero, que se levantó en armas contra Porfirio Días, lo hizo bajo la Bandera de “Sufragio Efectivo. No Reelección”.
“NO AL MAXIMATO”: PORFIRIO MUÑOZ LEDO
Después de los intentos frustrados del General Álvaro Obregón, su sucesor, Plutarco Elías Calles estableció lo que se llamó “Maximato”, desde el que nombró a sus sucesores: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez; pero se topó después con el General Lázaro Cárdenas del Río quien lo expulsó del país.
En un artículo en el periódico El Universal, el conocido político Porfirio Muñoz Ledo expresó que el ejercicio de Revocación de Mandato que se planteó en México para este 10 de abril, tenía como intención profunda el establecimiento de un “Maximato” hacia el futuro.
Cualquiera que fuese la percepción de la opinión pública nacional era que en una forma u otra el Presidente Andrés Manuel López Obrador quería prolongar su poder más allá de su Mandato Constitucional, pero por fortuna lo aclaró en forma definitiva en la mañanera de este 11 de abril de 2022.
“ME IRÉ EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2024”: LÓPEZ OBRADOR
Después de explicar cómo fue el proceso revocatorio en el país, dando a conocer las cifras de las votaciones Estado por Estado, haciendo las acotaciones correspondientes en cada caso, con voz grave el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador declaró: “Me iré el 30 de septiembre de 2024; terminaré mi mandato y no estaré ni un día más”.
Antes había dicho, sin mostrarlo en su rostro o en su voz a los periodistas de la mañanera, que estaba “feliz”, y entre otras cosas “por haber ganado la elección por primera vez en Guanajuato; nunca había ganado ahí”, dijo; los periodistas desde luego comprendieron que su alegría provenía de que esa es la tierra de Vicente Fox Quesada, uno de sus mayores adversarios, como les llama.
El Presidente agradeció las votaciones de Yucatán, donde hay un periódico “muy conservador”, como el Diario de Yucatán de los Menéndez; agradeció a los tabasqueños “de mi tierra y agua por haberse trasladado en cayucos, caminando, a caballo y en otros medios de transporte, para votar” y así fue agradeciendo a todos los estados de la República y hasta la Ciudad de México.
Leyó el Presidente uno por uno los resultados electorales en cada Estado de la República y en la Ciudad de México; pero entre todos sumaron 16 millones de votos de los 92 millones que hay en el padrón y que, por lo tanto, no alcanzaron a cubrir el requisito de 40% de la votación a que obliga la ley para reconocer la vinculación, la obligatoriedad de la votación.
El Presidente volvió a atacar el Instituto Nacional Electoral y sus consejeros y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y a sus ministros, a quienes calificó de antidemócratas y otras lindezas y anunció que mandará una Ley para desaparecerlos fulminantemente y poner a otros que si sean “verdaderos demócratas”.
A continuación se despidió para ir a desayunar.
Antes, en relación con los avances políticos que significa la Revocación de Mandato, había hablado desde la llegada de Hernán Cortes a México, de los Virreyes y Alcaldes mayores que hubo en el país, de la Independencia, de la Reforma, de la Revolución, de Francisco I. Madero, hasta llegar a Carlos Salinas de Gortari y el fraude de Calderón cuando éste le quitó la Presidencia junto con los integrantes del INE; pero aclaró que “no odia a nadie”.
Finalizó anunciando que daría un informe presidencial el 12 de abril, el día siguiente, y que estaría muy pendiente de lo que ocurra en el Congreso de la Unión respecto de su Iniciativa para reformar la Constitución en materia de producción, distribución y consumo de la electricidad.