Editorial

Del General Cárdenas a Calderón: Involución Política

pag02-180Estos 70 años que han pasado del General Lázaro Cárdenas a Felipe Calderón están marcando una involución política inaceptable en materia petrolera y de soberanía nacional. De la Expropiación Petrolera de 1938 se pasa a la entrega petrolera del 2008. Lo que pagó el pueblo mexicano con sus pequeñas alhajas, con pollos, puercos y gallinas, se intenta devolver ahora a las grandes compañías petroleras transnacionales.

Estamos frente a un franco retroceso político, económico y social; frente a una regresión que nadie imaginaba siquiera: devolver el petróleo a las transnacionales.

El gobierno niega en sus “spots” engañosos que sea una privatización, pero es querer tapar el sol con un dedo; es suponer que el pueblo mexicano es infantil y no se da cuenta de las verdaderas intenciones de las Iniciativas de Calderón que fueron analizadas en el Debate en el Senado, en el Debate de la UNAM, en la UAM, en la Academia Mexicana de Ciencias, en donde los más elevados juristas, técnicos y maestros llegaron a la conclusión de que las Iniciativas de Ley de Calderón son inconstitucionales, privatizadoras y entreguistas de la riqueza petrolera a las grandes compañías petroleras transnacionales.

La intervención priísta para presentar una iniciativa alternativa menos dañina para los intereses del pueblo mexicano es una buena intención política, pero cuyo objetivo es “maquillar” a la de Calderón y que la población “se trague la píldora” con un sabor más dulce.

Lo que habría que hacer con Pemex es liberarla de la corrupción no sólo de ayer, sino de ahora y usar debidamente los excedentes petroleros millonarios en el desarrollo mismo de la empresa y en beneficio del pueblo mexicano.
Entregar el petróleo de los mexicanos es una rendición de Calderón a las grandes compañías petroleras transnacionales, sobre todo americanos y españolas, como Halliburton, en la que tienen intereses al Presidente George W. Bush y el Vicepresidente Dick Cheney; Repsol, española, en la que ha puesto su interés el Rey Juan Carlos, la Exxon, la Shell y otras gigantes como la State Oil de Noruega.

Calderón y el gobierno aliado ahora curiosamente al PRI, no pueden pasar sobre la Historia, sobre la Constitución Política de México y ahora sobre la voluntad misma de millones de mexicanos que se oponen a la entrega del petróleo y la renta petrolera a las compañías extranjeras transnacionales y a los intereses de los nuevos ricos gigantes de México.

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