Crece la preocupación en México por el choque de López Obrador con Biden y senadores norteamericanos

Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,

Director General de la Revista Macroeconomía

Poco a poco crece la preocupación en los círculos diplomáticos, empresariales y periodísticos por el choque diario que se produce en las mañaneras entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y, aunque no se quiera y le reconozca como un “hombre de buen corazón”, con el Presidente Joe Biden, de Estados Unidos y con importantes senadores norteamericanos como son Marco Rubio, Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y Ted Cruz, senador al que acusó de “recibir dinero de los fabricantes de armas”.

Por su lado, los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, acusaron desde Washington al Presidente de México de “proteger a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua y estar asociado con las mafias del narcotráfico de México”.

Las acusaciones de ambos lados son muy graves y pueden derivar en una animosidad más grande.

Al mismo tiempo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoce en el Presidente Joe Biden, “a un hombre de buen corazón”, pero a continuación dice que no está de acuerdo “con la política genocida que aplica al pueblo cubano, al mantener el bloqueo económico a esa nación”.

El Presidente López Obrador se ha metido de plano a la política exterior norteamericana y también a la política interna, en vísperas de las elecciones de medio tiempo, con comentarios y acciones como el boicot a la IX Cumbre de las Américas, que perjudica gravemente a la imagen del Presidente Joe Biden y puede influir en perdidas electorales, y amenaza con influir en las votaciones alentando a los votantes mexicanos que viven de aquel lado.

Comentaristas mexicanos de radio y televisión se hacen cruces durante el transcurso de numerosos programas de análisis político y no entienden porque el Presidente de México ha tomado esa actitud contra un Presidente de Estados Unidos “que le ha tratado bien y le ha tendido la mano en todos los asuntos, incluyendo la donación de millones de vacunas que han sido utilizadas para la salud del pueblo mexicano”.

Lo mismo Joaquín López Dóriga que Héctor Aguilar Camín, Raymundo Rivapalacio, René Delgado, Leo Zuckerman, Sergio Sarmiento, Denise Merker, José Cárdenas, Leonardo Curzio, Mary Carmen Cortes, Humberto Mares, José Juste y un gran número de analistas y politólogos mexicanos intentan explicar y explicarse a ellos mismos la situación y no encuentran la lógica de esta actitud del Presidente, que si bien pudiera darle los votos de partidarios para las próximas elecciones, también puede obtener respuestas económicas que  ya empiezan a darse contrarias al interés nacional, y que pueden perjudicar a sectores productivos tanto de trabajadores, sindicatos, empresariales y comerciales.

En su  mayoría los analistas y empresarios del país que son entrevistados en los programas de televisión y radio y en los grandes periódicos nacionales, indican que “es un pleito innecesario con los Estados Unidos”, que se puede reflejar negativamente tanto hacia la economía nacional como hacia los 40 millones de trabajadores mexicanos que viven en los Estados Unidos y que envían miles de millones de dólares a sus familiares en México, lo que de muchas maneras está salvando de la pobreza a millones de mexicanos y con eso le ayudan al mismo gobierno mexicano a sostener la economía y el tipo de cambio favorable del peso, ya que, este año, las remesas se calculan en 60,000 millones de dólares, que son recursos mayores a los que suman las exportaciones de petróleo, turismo y de metales preciosos y otros materiales mineros, además de bienes agropecuarios.

Los analistas se preguntan cuáles son las intenciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador al proseguir este choque frontal con el Presidente Joe Biden y con los senadores de los Estados Unidos y también preguntan si habrá alguien de su Gabinete que le pueda aconsejar mejor sobre esta situación tan delicada que se está creando en la relación entre nuestro país y los Estados Unidos, sin una causa justificada.