¡Ayyy… México!
Por Arturo Núñez Jiménez
México ha sido llevado a una situación en la cual retrocede en muchos de los avances logrados a través del tiempo. La expresión más grave del deterioro consiste en la profundización de la ancestral desigualdad social y el aumento de la pobreza; simultáneamente crece el número de mexicanos incluidos anualmente por la revista Forbes entre los cien hombres más ricos del mundo.
Como consecuencia de esta situación se agravan los problemas sociales en el país. Para muchos de los jóvenes llamados “ni nis”, porque ni estudian ni trabajan, ante la falta de cobertura de las instituciones educativas y la carencia de empleo, el horizonte vital se reduce a tres opciones: aumentar la fila del subempleo en la economía informal, emigrar hacia Estados Unidos de América en busca de las oportunidades que no encuentran en su país o ingresar a las filas de la delincuencia organizada vinculada al narcotráfico cuya violencia acusa enormes estragos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Nada de esto es producto de la voluntad divina, ni de la fatalidad o la mala suerte de México y los mexicanos. En el inventario de causas sobre la tragedia nacional actual, hay que referir como prioritario, en medio de muchas prioridades en distintos frentes, la aplicación a ultranza del modelo neoliberal, el cual se ha traducido en una política económica que ha desmantelado buena parte de las actividades productivas que con muchos esfuerzos se emprendieron en otras etapas del desarrollo nacional.
De estos temas y muchos otros habla el nuevo libro que la talentosa tabasqueña Edith Jiménez pone ahora en nuestras manos. A ella, como a millones de compatriotas, le duele profundamente el rumbo que ha tomado el acontecer nacional; de ahí el provocativo título: “¡Ayyy… México!
Con un estilo ágil, que permite una lectura fluida, la autora repasa por décadas los doscientos años de al historia mexicana. Denomina a esta primera parte de la obra, con propiedad, “Encuentros y desencuentros de la historia mexicana”, advirtiendo que no se trata de un recorrido puntual sino que es “…simplemente un vistazo a ‘algunos baches’ de nuestros tiempos políticos…”.
Edith Jiménez comparte con el lector sus reflexiones sobre momentos que podríamos considerar como estelares de la historia patria, destacando comportamientos de algunos protagonistas de cada etapa que se manifiestan como constantes en el devenir nacional. Tal es el caso de la antropofagia política que hace que al finalizar cada periodo del gobierno –sea de cuatro o seis años de duración- la ruptura entre quien deja la Presidencia de la República y quien lo sustituye en el cargo se constituya en un elementos sistémico, por encima de los temperamentos y caracteres personales de los actores involucrados, con las obligadas excepciones a la regla.
Del vistazo histórico hecho por Edith Jiménez vale la pena destacar también que, en términos de resultados medibles en el sector real de la economía mexicana comparados con el nivel de endeudamiento público alcanzado por el país, son mejores los indicadores registrados durante gobiernos calificados peyorativamente como “populistas” que los de los gobiernos neoliberales.
La segunda parte del libro, denominada “Una mirada a la corrupción”, da cuenta de muchos de los problemas nacionales desde su surgimiento hasta nuestros días. Aborda también muchos de los debates que polarizan hoy a los mexicanos, a la luz de los resultados obtenidos con el cambio de modelo económico.
El análisis y las propuestas que formula Edith Jiménez permiten valorar mucha de su rica experiencia profesional como periodista, sobresaliendo sus reflexiones sobre la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y los efectos que este instrumento ha tenido en el desarrollo nacional.
No obstante la revisión puntual de muchas de nuestras peores realidades, Edith Jiménez termina su libro con un mensaje optimista. Y es que, a pesar de todo, nos dice que “Sí, ¡hay salvación!”.