Por: Lic. Julio A. Millán B.
Presidente Fundador de Consultores Internacionales S.C.
Después de poco más de tres meses en cuarentena, las actividades en varias partes del país están empezando a reactivarse, sobre todo porque estamos frente a una de las peores crisis económicas que vamos a vivir en nuestra historia. La apertura económica contribuirá en tanto que los negocios puedan volver a abrir sus actividades y se genere el ritmo de oferta y demanda, y así poner en movimiento la economía. Sin embargo, este proceso debe hacerse de la forma más ordenada y responsable posible, de lo contrario estaríamos entrando en un caos en el que veremos un aumento de contagios y de lamentables pérdidas humanas, que realmente son muertes innecesarias porque son previsibles.
En algunos Estados de la República se han visto las consecuencias de haber iniciado el proceso de reapertura prematura, y en el país vamos camino a superar los 400 mil casos de contagios y 40 mil muertes, esto es con datos oficiales que se han contabilizado. La reapertura necesita una nueva estructura para evitar el rebrote, se necesita un equilibrio entre la contención del virus y la reapertura de actividades, por ejemplo, teniendo un control de los lugares donde el virus está bajo control y dónde están los puntos más graves. Es un equilibrio muy complejo que requiere una POLÍTICA DE ESTADO muy bien hecha y muy coordinada con todos los actores políticos del país.
En este sentido, también es necesario realizar una mayor cantidad de pruebas para detectar COVID-19 para una reapertura sin rebrotes, y se debe aumentar la capacidad diagnóstica para que cada caso sospechoso se investigue. No se debe escatimar recursos en este aspecto, porque una de las razones por las que no se hacen las pruebas suficientes ha sido el alto costo económico, pero ¿acaso las vidas no valen? La realidad es que se está gastando en cosas innecesarias para este momento, cuando lo que se tiene que salvar es la vida de los mexicanos.
México es uno de los países que menos pruebas para detectar COVID-19 ha hecho en el mundo, teniendo una tasa de 1.2 pruebas por millón de habitantes, mientras que Estados Unidos, por ejemplo, tiene una de 33.2 pruebas por millón. La estrategia de limitar la cantidad de pruebas por COVID-19 ha sido una medida errónea porque no ha tenido ningún efecto en la disminución y control de casos. No hay que olvidar que realizar más pruebas de diagnóstico permite controlar el brote, y los muy probables rebrotes analizando a más personas y rastreando los casos sospechosos; por eso en otros países como Francia, Gran Bretaña y España, se ampliaron el número de pruebas realizadas antes de iniciar el proceso de apertura.
Realizar pruebas suficientes es un proceso que nos hace falta, porque lamentablemente se está haciendo una reapertura descontrolada en lugares donde hay aún un alto índice de contagios. Y estas decisiones pueden tener consecuencias muy graves.
Es muy importante recordar que toda la población tiene derecho a hacerse una prueba, porque existe el Derecho a la Salud y este es un Derecho Humano. Por supuesto, la responsabilidad es de cada uno porque nadie quiere contagiar y no queremos que nos contagien, entonces existe un elemento de miedo en el contacto con la gente y esto crea una posición de crisis psicológica. Está demostrado que cuando se hacen pruebas, baja la tensión psicológica de la población, por lo que es una inversión muy importante en estos momentos. Y el Gobierno debería ser el actor que la garantice, al igual que sucederá cuando esté disponible la vacuna, porque no deberá ser solo para quienes puedan pagarla, sino para toda la población.
Además hace falta responsabilidad ciudadana porque la verdad es que los mexicanos somos bastante irresponsables y no creemos en ciertas cosas y nos convertimos en distribuidores de muerte, es decir, sin querer estamos contagiando a mucha gente porque este es uno de los virus más dañinos ya que es asintomático. Dependemos, entonces, de una enorme CO-RESPONSABILIDAD entre autoridades y ciudadanos.
Es una verdad ineludible el hecho de que debemos reactivar la economía, porque miles de familias dependen del comercio y debemos reactivar el consumo. Los datos no nos mienten: uno de los componentes más importantes del crecimiento económico es el consumo privado y ésta es una de las variables más afectadas en los últimos meses como consecuencia de la pérdida de empleos, la disminución de los ingresos en los hogares y un contexto en el que impera la incertidumbre.
Pero se debe insistir en una Política de Estado coordinada que trascienda y en la que entran los sectores de salud, de transporte, el sistema de control de seguridad pública, y donde incluso se generen las pruebas diagnósticas. Debe ser una política de Estado sin medias tintas, en la que se tienen que poner todos los recursos disponibles, incluso dejando de hacer algunos proyectos de infraestructura que pueden esperar, porque lo que no puede esperar es la vida de todos los mexicanos que cada día están en riesgo.
Si hacemos más pruebas diagnósticas en México, y si se le ponen los recursos suficientes, saldremos adelante mucho más rápido y podríamos reactivar y respirar un poco mejor este aire de libertad que necesita la economía.
Julio, 2020