Adiós a Samuel Ruiz: el defensor de los indios
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de Macroeconomía
Don Samuel Ruiz fue un hombre que alcanzó el más alto nivel de entrega a los demás; no sólo en su calidad de obispo católico que era, sino todavía más, en su calidad de hombre y de guía espiritual verdadero.
Vio a los indios chiapanecos y convivió con ellos hasta convertirse en uno de ellos; se conmovió su alma con el sufrimiento que presenció: los grupos humanos más abandonados y más explotados de México, y no tuvo más remedio que encabezar su lucha, en una epopeya como la de don Miguel Hidalgo, de José María Morelos y Pavón, del Dr. Mora; su lucha fue una mezcla de cristianismo e indignación profunda por lo que presenció: una explotación salvaje e inmisericorde de miles de mexicanos que ni sabían que lo eran y que los gobiernos y el sistema económico y social permitía mantenerlos en una explotación y en una marginación total, que por último los expulsaba de sus tierras donde habían vivido por generaciones, con cualquier pretexto legaloide.
Cuando la rebelión indígena surgió, se presentó a la cabeza un profesor universitario que se autodenominó El Subcomandante “Marcos”; y se otorgó ese grado militar con inteligencia y justicia, porque el verdadero Comandante era don Samuel Ruiz, un Hombre de Dios que con santa indignación, siguiendo a Jesucristo cuando fustigó a los mercaderes en el atrio del Templo, encabezó la rebelión de los indios, como guía espiritual y moral, como lo había hecho 200 años antes don Miguel Hidalgo y Costilla.
Samuel Ruiz fue perseguido y calumniado por muchos, por los poderosos; pero es Samuel Ruiz el guía y el símbolo de la liberación de los indios mexicanos que en pleno siglo XXI siguen sufriendo esclavitud y explotación máxima.
Samuel Ruiz, el Tatic, el Caminante, toma ahora su lugar en el Panteón de los Héroes Mexicanos, de los grandes guías libertarios que ha tenido nuestro país a lo largo de sus 500 años de existencia, y no 200, como dicen ahora oficialmente, porque nuestro país viene desde antes de la Revolución de Independencia y se debe reconocer que los pueblos originarios aztecas, mayas, tojolabales, tzotziles, lacandones, huicholes, seris, huaves, rarámuris, zoques, chamulas, totonacas, zapotecos, mixtecos, mazahuas, tarascos, mixes, otomíes y de muchas etnias más, fueron los fundadores de nuestro México actual y merecen una vida y un trato mejor del que ahora se les da; por esa causa indígena vivió y murió Samuel Ruiz, por lo que pedimos desde ahora como parte de la opinión pública nacional, que su nombre sea llevado a los Altares Cívicos de la Patria, tanto en la Cámara de Diputados como en la Legislatura Estatal de Tuxtla Gutiérrez.