Los partidos políticos de oposición, de derecha e izquierda, PAN y PRD, respectivamente, hicieron uso de muy diversas argucias para retrasar todo lo posible la discusión y aprobación, en su caso, de las Leyes Secundarias Estructurales en el Periodo Ordinario de Sesiones que terminó el día 30 de abril, y forzando la situación, lograron pasarlas a uno o a dos Periodos Extraordinarios del Congreso programados uno para mayo y otro para después.
Lo deleznable, en este caso concreto, es que tanto el PAN como el PRD no han tenido empacho en cubrir las formas y de plano han negociado con el PRI, cada uno por su parte, un quid pro quo, para obtener el mejor provecho del otorgamiento de su voto bien sea para la aprobación de los dictámenes o por lo menos, para dar aval a la discusión de las iniciativas de las Leyes Secundarias Estructurales, sin importar las graves consecuencias que tendría un retraso en la aprobación y puesta en vigor de las nuevas leyes, como por ejemplo, de la Ley de Reforma Política, sin cuya aprobación no podrían realizarse legalmente las Elecciones Federales del próximo año de 2015, para cuando debe haber nuevas leyes y reglamentos para el también flamante Instituto Nacional Electoral (INE), que sustituye al desaparecido IFE.
Tres días antes de que terminara el Periodo de Sesiones Ordinario enero-abril, esos partidos políticos estuvieron de acuerdo en discutir la Iniciativa de Ley Secundaria de la Reforma Política, que ellos mismos habían puesto como condición al gobierno para tratar ulteriormente el resto de las Reformas Secundarias Estructurales; pero ni eso se logró.
En el marco de este ambiente de chantajes políticos y negociaciones, es que de último minuto la oposición, en este caso concreto el PAN, se salió con la suya y logró posponer para periodos extraordinarios la discusión de las Leyes Secundarias Estructurales.
JUEGO DE INTERESES POLITICOS
Claro esta que para diputados y senadores del PAN y del PRD no corre prisa; pero para el resto del país es necesario acelerar el paso y lograr la vigencia de nuevas leyes que le den un impulso mayor a la economía nacional, a fin de reincorporar a México a la corriente mundial de progreso y desarrollo económico, social y político.
La ciudadanía se ha dado cuenta, perfectamente, del juego de intereses políticos que están realizando los partidos opositores, sin pensar en el bien de la nación, y con el sólo objetivo de lograr concesiones del Gobierno Federal, ya sea en las leyes que se aprobarán o en acciones y mecanismos políticos que beneficien sus intereses en asuntos como el de la Línea 12 o el de Oceanografía.
Es tiempo ya de que los partidos políticos de nuestro país se den cuenta de que los ciudadanos los están juzgando muy severamente por sus actitudes egoístas y ambiciosas, que muchas veces sólo están buscando el poder por el poder y la ampliación de sus zonas de influencia, dejando de lado los intereses verdaderos de la nación.
Desde aquí hacemos un llamado a los partidos políticos para que rectifiquen las conductas negativas y nocivas en que han caído.