Quitarle las ataduras a la inversión de China en el exterior
Desde la década de 1980, la inversión transfronteriza y el traslado industrial en el ámbito mundial han venido desarrollándose de forma vigorosa y se han ido convirtiendo en una fuerza dominante de la globalización económica, lo cual ha influido, profundamente, en la estructura de la economía mundial.
Empero, tras el estallido de la crisis financiera internacional en 2008, tanto la intención como la capacidad de numerosas empresas transnacionales de invertir en el exterior han registrado un descenso. En 2012, el volumen global de la inversión extranjera directa en el mundo fue de 1,4 billones de dólares, un descenso del 40 % en comparación con el de 2007, lo cual empeoró la situación en los países que sufrían de escasez de fondos. Al mismo tiempo, la inversión china en el exterior se incrementó. Incluso, el Gobierno, recientemente, ha flexibilizado la política en este aspecto, lo que ha despertado una gran atención en el mundo.
Grandes esperanzas en China
La inversión proveniente del exterior ha significado un gran impulso en el acelerado desarrollo de China. En los 35 años de aplicación de la política de reforma y apertura al exterior, China ha utilizado, acumulativamente, la inversión extranjera directa por valor de más de 1,2 billones de dólares y se mantuvo en el primer lugar entre los países en vías de desarrollo, durante 20 años consecutivos.
Mientras la economía va desarrollándose, la inversión de China en el exterior va aumentando desde cero, figurando, poco a poco, entre los países con gran inversión en el exterior, con un ritmo de crecimiento del 40 % anual en los últimos 10 años. En 2012 llegó a los 87.800 millones de dólares, el tercero en el mundo. El volumen del flujo de la inversión china en el exterior de 2013 sobrepasó por primera vez 100 mil millones de dólares (100.450 millones). Se prevé que en los próximos cinco años, dicho índice alcance los 500.000 millones de dólares, una buena noticia para los países que están sufriendo dificultades en sus fondos. La inversión china en el exterior ha impulsado el crecimiento económico local, ha aumentado los puestos de trabajo y los ingresos tributarios, y ha sido bien acogida por el gobierno local y la población. En 2012, los impuestos que las empresas chinas pagaron en los países donde invirtieron superaron los 22.000 millones de dólares y se contrató a más de 700.000 empleados extranjeros.
Las esperanzas del mundo en la inversión china pudieron percibirse en la V Feria de la Inversión en el Exterior de China (COIFair, por sus siglas en inglés), celebrada en diciembre de 2013. “En solo dos días se llevaron a cabo 24 eventos y los países participantes fueron muy activos”, expresó He Zhenwei, vicesecretario general de la Asociación de Planificación y Desarrollo Industrial en Ultramar de China y la parte auspiciadora. Alrededor de 2200 empresas chinas y extranjeras, así como instituciones financieras y académicas, asistieron a la feria. Asimismo, más de 160 entidades de 50 países y regiones se hicieron presentes con sus stands para captar proyectos de inversión. Se apreciaron extensas colas de gente que esperaba negociar.
El ánimo de las empresas chinas
Durante la referida feria se acondicionó un salón nacional que se centró, especialmente, en la industria de manufactura de equipamientos, en energía, en servicios y en cultura. Las grandes empresas chinas de energía, como CNPC, CNOOC, China ZhenHua Oil y Sinochem, demostraron mucha iniciativa, lo cual tuvo un buen efecto.
Además de las grandes compañías estatales, las empresas privadas también mostraron su fortaleza, entre ellas, ENN Xin’ao, la compañía de energía Guanghui de Xinjiang, el Grupo Kerui de Shandong y Antonoil. Las dos últimas tienen operaciones en más de 40 países, entre los que se incluyen naciones sudamericanas.
Otra característica de la inversión china en el exterior es que su área va extendiéndose, desde un procesamiento sencillo al principio, hasta terrenos como la infraestructura, la fabricación de alta gama, la explotación agrícola, la logística comercial, la investigación y el desarrollo (I+D), el diseño, entre otros. Las empresas privadas y las sociedades anónimas han llegado a ser la fuerza principal al respecto.
El rápido desarrollo de la inversión china en el exterior ha promovido la exportación de los productos, los servicios y la tecnología de las compañías nacionales, ha aliviado la restricción de los recursos energéticos, ha elevado el nivel tecnológico de los sectores y ha creado una serie de compañías transnacionales competitivas a nivel internacional.
En cuanto al volumen de flujo, la inversión china al exterior, en 2012, fue de 87.800 millones de dólares, un 6,3 % de la inversión extranjera en el mundo; y el acumulado de dicho índice, al final de 2012, fue de 531.900 millones de dólares, apenas un 2,3 % del total mundial. Ello pone de manifiesto el gran potencial que existe.
En estos momentos, alrededor de un 40 ó 50 % de las inversiones chinas en el exterior se llevan a cabo mediante la forma de la adquisición, que se viene cambiando por la de participación en acciones.
Reformas en la política de inversión en el exterior
Wang Yang, viceprimer ministro del Consejo de Estado y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), fue el funcionario de mayor nivel en la referida feria. Durante su discurso, aseguró que “el Gobierno chino va a reformar el sistema administrativo de la inversión en el exterior y a quitar las ataduras”.
Además, Wang Yang destacó que China va a establecer, de acuerdo con la práctica internacional, políticas complementarias de impuestos financieros, finanzas y seguros, así como una garantía en el sistema de inversión en el exterior. Del mismo modo, acelerará el perfeccionamiento de las leyes y reglamentos correspondientes, ofrecerá apoyo para los proyectos orientados al exterior mediante la suscripción de acuerdos sobre la protección de inversión y la cooperación aduanera y laboral, e incentivará a las compañías chinas a “salir al exterior”.
Si echamos una mirada al sistema administrativo de la inversión china en el exterior, podemos saber que antes, sin importar el monto de la inversión, esta necesitaba ser aprobada por las autoridades responsables del Gobierno. En 2004, el Gobierno cambió aquello del “examen y aprobación” por la “verificación y ratificación”, y se estableció que solo si la inversión en el exterior suponía más de 10 millones de dólares en proyectos no de recursos o más de 30 millones en proyectos de recursos, esta debía ser llevada a la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma para su “verificación y ratificación”.
Después de febrero de 2011, cuando se aplicaron políticas más flexibles al respecto, el volumen de inversión que necesitaba ser ratificado se decuplicó. Solo aquellos proyectos no de recursos cuya inversión sobrepasara los 100 millones dólares y los de recursos con inversión de más de 300 millones de dólares debían ser entregados a dicha comisión para su verificación y ratificación.
Apenas diez días después del discurso de Wang Yang, el 13 de diciembre de 2013, el Consejo de Estado emitió una circular sobre la reforma del sistema administrativo de inversión, en la que declaró que solo los proyectos con una inversión en el extranjero de más de 1000 millones de dólares necesitaban una verificación y ratificación, no hacía falta una autorización, sino solo un registro en la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma para los rubros con una inversión de menos de 1000 millones de dólares y más de 300 millones, al mismo tiempo, para los con una inversión menos de 300 millones de dólares, solo hacía falta un registro en la Comisión de Desarrollo y Reforma local.. Esto, sin duda, es una facilidad para las compañías chinas y, al mismo tiempo, una buena noticia para los países que anhelan emplear fondos extranjeros para salir de la crisis financiera.
Por Li Wuzhou