Economía

Nueva Imagen de México logra EPN en Davos, afirma Candiani (CCE)

Como cada año, la reunión anual del Foro Económico Mundial, que concluyó este sábado, fue una ocasión para la reflexión sobre los principales retos globales y para tomar el pulso de las tendencias y las novedades al respecto. Asimismo, fue un foro ideal para exponer y analizar, ante líderes de alto nivel de todo el mundo, las experiencias, las visiones y las acciones que realizan países, organizaciones sociales y empresas ante estos desafíos y los cambios que se suceden con cada vez mayor rapidez.

Para México, esta edición 44 del Foro tuvo una significación particularmente relevante, no sólo por la presencia del Presidente Enrique Peña Nieto y un gran grupo de funcionarios públicos y empresarios nacionales, sino sobre todo porque existe un gran interés tanto en el Foro como en múltiples ámbitos políticos, académicos y empresariales del extranjero para conocer más sobre el momento que vive nuestro país.

México llegó este año a Davos con la oportunidad de compartir la experiencia de haber logrado un paquete amplio de reformas de gran calado, tras años de parálisis en cuanto a cambios legales e institucionales de carácter estructural.

Aunque persiste la preocupación sobre la situación en materia de inseguridad y violencia, sin duda es evidente que en la comunidad internacional está tomando forma y fuerza un reposicionamiento de la imagen de nuestro país, más equilibrado y positivo.

El Pacto por México, como mecanismo de construcción de acuerdos para plantear una visión compartida de futuro dentro de la pluralidad, así como los cambios concretos que se derivaron de ese esfuerzo, son procesos que han despertado un vivo interés, en medio de un contexto global de retos inéditos y que requieren de consensos y nuevas formas de interacción internacional.

Esta experiencia mexicana de concertación política coincide plenamente con el objetivo que enmarcó los trabajos de este año en Davos: la necesidad de trabajar en el rediseño estructural de una amplia gama de instituciones y prácticas a escala internacional, a fin de poder enfrentar adecuadamente los retos globales del Siglo XXI.

Tener una actuación proactiva para dar a conocer en el mundo las cosas positivas que están ocurriendo en México es una decisión acertada, tanto para promover la inversión ante las grandes oportunidades que se están abriendo, como para que México asuma el papel relevante que le corresponde en la arena internacional.

En esta tarea, el sector empresarial  desarrollará importantes esfuerzos este año. A todos nos conviene que el país tenga una imagen más balanceada y que se conozcan y valoren las grandes oportunidades y ventajas que ofrece a la inversión productiva y al empleo.

Tenemos la convicción de que, con las reformas logradas y las leyes reglamentarias que hay que sacar adelante en este primer semestre del año, México avanzará varias posiciones en los rankings de competitividad y productividad, como el del propio Foro Económico Mundial. En las clasificaciones sobre los destinos más atractivos para la inversión, estamos entre los primeros 10 del mundo, pero si hacemos la tarea este año, podremos competir entre los primeros cinco en el 2015.

De esta forma, apuntalando el terreno en áreas como fortalecimiento institucional y con la contribución de una estrategia de promoción internacional a la altura, es factible lograr un ritmo de inversión extranjera directa de más de 30 mil millones de dólares anuales en los próximos años.

Las reformas que se han aprobado realzan las ventajas comparativas que previamente más se valoran sobre México para muchas empresas e inversionistas globales: bono demográfico y un mercado interno con bases para ubicarse entre los más dinámicos del mundo; economía estable en sus indicadores fundamentales y entre las más globalizadas del mundo; costos altamente competitivos en factores clave de la producción; posición geo estratégica, con gran accesibilidad a los mercados más dinámicos; relación riesgo-beneficio que está por encima de la de los países BRIC; así como capital y talento humano de enorme capacidad.

Desde luego, contamos con nichos de oportunidad que serán motores de gran arrastre para toda la economía. De ahí la trascendencia de consolidar las condiciones necesarias para detonar con todo su potencial la inversión y crecimiento en estas áreas, en las cuales México tiene grandes ventajas, como ocurre en materia de energía y sus distintos componentes y segmentos derivados, desde la exploración hasta la petroquímica y las energías renovables.

De la misma forma, los inversionistas advierten grandes oportunidades en telecomunicaciones y radiodifusión, así como en una pujante reindustrialización que debe tomar fuerza en varias zonas del país, como lo es el norte y la frontera, en línea con un relanzamiento de la relación bilateral con Estados Unidos, orientado a la integración energética y productiva.

Igualmente atractivas son las oportunidades en corredores como la zona del Istmo, por sus ventajas logísticas, y el desarrollo de clusters que está en marcha en industrias como la aeronáutica, la automotriz y la electrónica. Desde luego, el turismo tiene amplio espacio para crecer, lo mismo que segmentos de alto valor agregado en servicios, como los de salud.

Es necesario tener estrategias sólidas y claras para todos los agentes cuya participación es fundamental en cada uno de estos sectores, a fin de generar las sinergias necesarias en México y a nivel internacional, con los inversionistas interesados. El sector público y el sector privado tenemos que trabajar conjunta e intensamente en este gran reto, en frentes como las leyes secundarias, política industrial, desarrollo regional, fortalecimiento institucional y Estado de derecho.

Las buenas noticias que México ha podido dar en Foros como el de Davos, tienen que convertirse en inversiones, crecimiento, oportunidad, y sobre todo, prosperidad para todos los mexicanos. Hemos tomado la decisión de rediseñar aspectos claves de nuestras instituciones y la economía para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que presenta el futuro; hay que sostenerla con visión, compromiso y mucho trabajo.

El sector empresarial mexicano cumplirá con su papel, confiando e invirtiendo en México, y trabajando para el beneficio de todos los mexicanos.

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