Jacobo Zabludovsky
Lo conocí hace 50 años en el Patio de Honor del Palacio Nacional, cuando el Presidente de la República era el Lic. Adolfo López Mateos; Jacobo era como es hoy: juvenil, de inteligencia aguda, esbelto, decente y muy buen amigo, siempre con un espíritu de servicio a los demás.
“¡Jacobo!”, lo saludaban así, con afecto, periodistas y empleados de la Presidencia de la República; él era el jefe del Departamento de Radio de la Presidencia de la República. Ahí estaban Mario Escurdia, Mario Huacuja, Horacio Estavillo, César Silva Rojas, Augusto Fócil, Salvador Del Río, periodistas Humberto Romero Pérez, Secretario Privado del Presidente. Yo era reportero del periódico “El Mexicano”; todos apreciaban a Zabludovsky y viceversa.
Desde aquel tiempo Jacobo despuntaba, ya se veía en él el surgimiento de una figura pública que se iba a convertir en el comunicador brillante de la segunda parte del siglo XX y de las primeras décadas del siglo XXI.
Un comunicador claro, objetivo, culto, valiente, sincero con su público y con los entrevistados.
Nunca fue ni ha sido simplemente una correa de transmisión, al contrario, siempre le imprimió a sus informaciones y comentarios un tono con sentido social y progresista.
Jacobo ha sido un comunicador liberal: “Me eduqué en una escuela primaria pública, popular y laica”, dijo ante la Cámara de Diputados, que lo ovacionó el pasado 30 de abril.
Muy merecido el homenaje de la Cámara de Diputados a Jacobo Zabludovsky Kravesky, un hombre que se elevó a base de dedicación, esfuerzo y trabajo,
Su esposa Sara ha sido para él un factor de triunfo en la vida: mujer entregada a la familia y al apoyo incondicional hacia su marido, el licenciado Jacobo Zabludovsky, quien a los 85 años recibe merecidamente el homenaje de la República, en la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, que por unanimidad le otorgó la “MEDALLA AL MERITO CIVICO EDUARDO NERI LEGISLADORES DE 1913”.
Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de Macroeconomía