Ricardo B. Salinas Pliego lanza enérgico llamado a los mexicanos a despertar y transformar su entorno
En el marco de la celebración de su cumpleaños 70, ante 15 mil personas
Por Enrique Ramírez Aldana
Subdirector Ejecutivo, Revista Macroeconomía
Con muy buen talante, sonriente y acompañado de su familia, Ricardo B. Salinas Pliego, Presidente del Grupo Salinas se presentó ante poco más de 15 mil personas quienes efusivamente en todo momento arroparon al llamado “Tío Richie” en la celebración de su cumpleaños 70 en la Arena Ciudad de México.
Ricardo B. Salinas Pliego al tomar la palabra durante el espectacular festejo lanzó en enérgico llamado a todos los mexicanos a llevar a cabo la transformación del entorno que vivimos y despertar los valores para ser buenas personas, con valores, respeto y preparación.
En su intervención, el presidente y fundador de Grupo Salinas comentó el tema del pago de impuestos y la polémica que lo ha acompañado por casi dos décadas. En tono firme subrayó que en Grupo Salinas están cansados de lo que calificó como una “pesadilla” y que ha llegado el momento de dejarla atrás para seguir generando valor a través de sus empresas y garantizar estabilidad económica a las más de 200 mil familias que dependen del Grupo.

Buscando cerrar definitivamente el capítulo, cuestionó si la intención es realmente cobrar lo correspondiente o acabar con Grupo Salinas por tener visiones distintas sobre el país.
El Lic. Salinas Pliego reiteró que Grupo Salinas siempre ha tenido la voluntad de pagar e instruyó difundir, a través de las redes del Grupo, los documentos con los que solicita a la presidenta Sheinbaum y al SAT que definan qué es lo justo y correcto para saldar el adeudo.
Frente a miles de personas que acudieron a la celebración, reafirmó que para él los valores más importantes son la vida, la propiedad y la libertad. Como en otras ocasiones, sostuvo que los ataques buscan desviar la atención de los verdaderos problemas nacionales: la inseguridad creciente, la impunidad, los proyectos faraónicos sin sentido y la corrupción que no se investiga.
Con plena convicción y en tono enfático, convocó a una “rebeldía positiva”, a aspirar a más y ser mejores, lo que provocó que miles de personas corearan “¡Presidente!, ¡Presidente!, ¡Presidente!”, el empresario sonriente señaló que aún no era tiempo y explicó que ningún cambio proviene de una sola persona, sino del esfuerzo conjunto de muchos. Reconoció que: “el entorno en este momento no es fértil, pero hay que construirlo entre todos”.
Con un llamado al coraje y un vibrante “¡Viva México!”, Ricardo Salinas Pliego concluyó su mensaje que fue más que un cumpleaños: un homenaje a la libertad, la vida y los valores que lo han guiado a lo largo de su trayectoria.

A continuación, presentamos la versión íntegra de las palabras del Lic. Ricardo Salinas Pliego en el marco de la celebración de su cumpleaños en la Arena Ciudad de México
Hoy todos pensaron que se iban a ir sin tener que escuchar un discurso, pero no. Quiero pedirles unos minutos de su atención para que hablemos de algunas cosas importantes, porque me imagino que si están aquí piensan que es importante lo que estamos haciendo juntos. Eso es obvio.
Entonces, quiero decirles que he llegado aquí, a mis 70 años, con la ayuda de muchas personas, y particularmente de mi familia: de mis padres, de mi esposa, de mis hijos y de miles de colaboradores que están hoy con nosotros aquí presentes. Claro, todos ustedes vieron allá afuera la cantidad de marcas que tenemos, de productos que están tocando a millones y millones de personas todos los días. Y eso lo hacen ustedes. Entonces, estos éxitos, lo que se ve ahí bonito, brilloso: el Banco Azteca, las motocicletas…
Pero hemos tenido también grandes fallas. Fallas y problemas siempre va a haber. A lo largo de mi vida, créanme, he tenido muchos triunfos y algunos fracasos. Pero siempre hay problemas, porque la vida es esto: la vida es el cambio, y los problemas siguen y siguen y siguen. De lo que quiero hablarles hoy es de este problema que me persigue desde hace 19 años.
Es el problema de que el gobierno me quiere cobrar unos impuestos que no debo. Primero, porque están infundados, y segundo, porque están duplicados. Pero quiero tomar un momento para explicarles, porque luego dicen que la gente es muy pendeja, pero yo creo que no tanto porque miren, han querido vender la idea de que yo no pago impuestos. ¡Qué cosa más falsa!
Yo pago muchísimos impuestos, y nuestras empresas mucho más: 285 mil millones de pesos en los últimos cinco años. Esto lo hemos publicado; no es novedad, pero quiero que sepan qué fue lo que pasó. Allá por los años 2006, 2008, 2010, había una ley que permitía al que tuviera varias empresas consolidar sus resultados, de manera que, si una perdía y otra ganaba, pues pagaban los impuestos sobre la que ganaba.
Lo cual, por cierto, es una ley muy razonable y lógica. Si tienes un restaurante donde ganas y una taquería donde pierdes, pues pagas el neto, ¿no? O sea, no es tan complicado. Llegó el año 2000 y desde ese momento dijeron: “No, es que esas pérdidas que tú tomaste están mal tomadas. Me las debes, devuélveme el…”; bueno, no estamos de acuerdo y vamos a pelear ahí.
Pasó el tiempo y, a los cuantos años, en 2013, hubo un cambio, y dijeron: “Ese sistema ya no jala, pero ¿qué creen? Lo hicieron retroactivo”. Dijeron: “Todo lo que habías dejado de pagarme lo tienes que pagar ahora”. Así es como lo ves, con esa cara de “retroactivo”. Pero peor, en mi caso se les olvidó quitarme las otras, entonces traigo las dos. Y por eso, desde hace 15, 20 años, estamos peleando este caso.

Ahora, ya fue mucho dinero, ya fue mucho dinero también. Hay otras cosas que hacer, y yo le quiero decir el día de hoy a la presidenta Claudia Sheinbaum, mirándola de frente, le quiero decir a la presidenta que en Grupo Salinas estamos cansados de tanto litigio, que queremos terminar esta pesadilla para poder seguir creando valor para 20 millones de clientes del Banco Azteca, 10 millones de clientes de Elektra, 5 millones de clientes de Totalplay y para garantizar la estabilidad económica de más de 200 mil familias del grupo.
Ya queremos terminar con esto. Queremos terminar y queremos pagar. Y bien, para que no haya duda, hoy estamos publicando dos documentos: Primero, un escrito de hace 10 días que le mandamos al SAT, donde estamos solicitando que nos diga cuánto es lo que hay que pagar para poder liquidarlo en menos de 10 días.
Una carta muy larga, muy clara y muy respetuosa, donde le estoy expresando exactamente lo mismo que hoy: que estamos dispuestos a cumplir con el convenio que se firmó en esas épocas. Nosotros tenemos muchas cosas que hacer y yo quiero pensar que el Gobierno también tiene cosas más importantes que andar persiguiendo a un empresario que está trabajando todos los días para sacar adelante a sus clientes y a sus empleados.
Para el Gobierno, ¿saben cuánto representa lo que nos quieren cobrar? Representa dos días de gasto. Eso es 50 mil millones. Dos días de gasto para ellos, pero para nosotros es muchísimo dinero, es un sacrificio muy grande, porque nosotros nos rompemos la madre para ganar, trabajando y sirviendo a los clientes. Pero, aun así, estoy dispuesto a hacer este esfuerzo para darle la vuelta a la página y ya poder dedicarnos a otra cosa.
Ahora, presidenta, ¿usted lo que quiere es cobrar y terminar con este penoso asunto o quiere otra cosa? ¿Quiere destruir a Grupo Salinas? Que nos diga qué es lo que quiere. ¿No es porque usted y yo no coincidimos en la visión que tenemos? Su visión y la mía no coinciden, es ampliamente conocido. Yo sí creo que lo más importante es la vida, la vida que no la podemos perder saliendo a la calle y terminar baleados.
La propiedad: no se vale que nos roben y nos despojen los criminales de nuestras cosas. La libertad, que nos hace humanos, que nos permite elegir si es por aquí o por allá. Esos son conceptos muy claros que ustedes, en este Gobierno, en este régimen, no nos quieren echar.
Ahora, ¿por qué no atacan a su Gobierno y por qué no atacan a sus partidarios? Bueno, pues para distraernos a todos de todo lo que están haciendo mal y mal manejando en México. Eso es lo que está pasando. Así como el circo de la mañanera, acaban de ver que aquí, todos los días, montan uno para que no se den cuenta de los problemas principales.
¿Cuál es el problema principal? Los criminales están desbocados, están impunes; los detienen y los vuelven a soltar y nosotros indefensos. Proyectos faraónicos inútiles, en lugar de tapar los baches —que hay millones de ellos por todas las calles—. En lugar de arreglar el drenaje para que no haya inundaciones y enfermedades. Increíbles acusaciones de corrupción que no se investigan ni se castigan. De eso es de lo que nos quieren distraer con lo que supuestamente debe Grupo Salinas.

Dos días de gasto del Gobierno. Por favor, seamos serios.
(Asistentes) ¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente!
Miren, todo esto pasará. Todo pasará. Un problema, otro problema, no importa. Lo importante es continuar peleando por lo que queremos. Con valor. Entonces, hoy estamos aquí, yo estoy aquí, quiero compartirles mis 70 años. ¡Chicos! ¡Verdad! ¡Los ingleses trabajan! Pero ¿por qué creen que estoy aquí? Porque realmente se lo debo a mis ancestros.
Yo tuve buenos ancestros. Hace muchos años, a mis papás los educaron bien; mis abuelos los educaron bien, y ellos me educaron también. Y por eso he tenido la fortuna de salir adelante. Un buen ancestro es alguien que hizo las cosas bien 20 años antes de que tú nacieras.
Y por eso nosotros hoy, a pesar de los problemas que tenemos, debemos pensar que hoy es el mejor momento para sembrar la semilla del árbol que va a dar sombra 20 años después. Hoy y no hay que perder la esperanza a pesar de todo; a mí me tocó empezar a trabajar en Elektra allá por 1981, y a los pocos años, en 1982, se vino una de las peores crisis, si no la más tremenda crisis financiera que ningún país ha vivido.
Era un momento de mucho desánimo. Mucha gente se fue a vivir a otra parte. Muchos paisanos fueron a Estados Unidos porque el entorno no ayudó nada. Pero fíjense, a pesar de todo, y con esos gobiernícolas de mierda, salimos adelante. Entonces, sí, los ancestros importan mucho para crear el entorno.
Importan muchísimo. Pero vamos a debatir qué tan buenos ancestros vamos a ser nosotros hoy. Porque, ¿saben qué? Buenas personas generan buenos entornos. No está tan complicado. Ahora, México es un país donde más de la mitad tiene menos de 28 años. ¡Qué maravilla!
Y yo les quiero decir a los jóvenes que están allá —y muchos que están aquí— quiero compartirles algunos consejos, como me gustaría que alguien me los hubiera dicho a mí antes, porque, pues, a mí nadie me dijo nada. Salí como pude. Entonces, ¿les gustaría ser como yo? Pues yo creo que tienen que tener avión, helicóptero, barco, tantas cosas, ¿no? O, si no lo tienen, de perdida que los invite un amigo. Está bien aspirar a…, no como dijo el otro, López, que hay que acabar con aspiracionistas. ¡Claro que no, cabrones! Tenemos que aspirar a ser mejores, a lograr y a producir.
¿A quién le gusta ser hijo de su casa? Yo quiero que haya mucha más gente que sea hija de su casa. Y, en particular, yo sé que los jóvenes que están allá, rompiéndose la madre, tratando de salir adelante y batallando con el entorno… bueno, no se den por vencidos.
¡Vamos para adelante! Vamos a ser jóvenes, vamos a ser buenos, dejemos de asaltarnos. ¿Y qué vamos a hacer? ¿Qué tienen que hacer los jóvenes? Muy sencillo, miren: Primero, buenas personas deben tener buenos valores. Segundo, deben tener chispa en el alma y una preparación que, les voy a decir, no está complicada. ¿A qué me refiero?
Déjenme decirlo: primero, valores; cosas muy sencillas, miren, los valores cristianos son muy sólidos: no robar, no matar, no mentir, no fornicar. Fornicar, por sí mismo, trae muchos problemas, nos distrae, tratar al prójimo como a ti mismo. La caridad cristiana: ayudar al débil y al desvalido. Y el respeto al derecho ajeno es la paz. Ya está. Es una clase de moral y de civismo de hoy. No está tan complicada, ¿verdad?
Entonces, si hacemos la cuenta, ¿qué tenemos? Un montón de asesinos, mentirosos, chuecos, corruptos, fornicadores. ¡No manches! Hazte responsable de tus actos, porque una mala persona nunca va a poder hacer un buen negocio. Eso es lo primero, antes que todo.
Ahora, dos: lo que les digo, la chispa del alma. ¿Qué es la chispa del alma? Esa cosa que se llama actitud. Actitud ante la vida. No me doy por vencido, no me rajo y vámonos para adelante. ¿Y qué se necesita? ¡Esfuerzo, cabrón! Hay que levantarse. Decidir: esfuerzo, actitud, esfuerzo. No soy tan complicado, ¿verdad? No es que esté esperando que me llegue mi cheque de bienestar. No, no. Ahora el tema es que lo tienes que traer, pero tú tienes que programar si tú lo puedes tener. Si estás consciente de que necesitas actitud y esfuerzo, lo vas a tener.
Y la tercera cosa: la preparación. Miren, se habla mucho de que México no progresa porque no hay educación. Bueno, pues sí, el sistema educativo es una mugre, ¿qué esperábamos? Y lo maneja él. Pero déjenme decirles: se confunde mucho hoy en día el título y la carrera con educación. Yo creo que la educación que realmente cuenta —les voy a decir como empresario que contrato miles de personas— es saber leer bien, saber escribir bien, saber matemáticas básicas bien y saber comunicarse, listo.
Tal educación todo lo demás, con curiosidad, lo vas aprendiendo sobre la marcha. Yo tengo varios hijos que no fueron a la universidad, ¿eh? Y no porque no les quisiera pagar la universidad, es que no les interesó y van muy bien. Y otros que sí fueron a la universidad también; no está mal. O sea, para ciertos tipos de personas, ir a la universidad y sacar una licenciatura, máster o doctorado está bien, pero no necesitamos eso para salir adelante.
Entonces, despertar y alimentar la curiosidad del alma es lo que permite desarrollar el pensamiento. Está sobrevalorada la educación formal, así que vamos mejor regresando a esos tres puntos. Bueno, entonces, ¿qué sigue? Sigue que esa no es la educación que necesitamos, pero sí se puede, sí se puede, porque una vez que tú, como persona, logras tener esa preparación de valores, chispa y amplia educación básica, te vas a enfrentar con otro problema que es el entorno.
También ustedes saben muy bien: si una semilla genéticamente modificada, perfectamente criada, la pones en un pedazo de concreto, pues no va a dar nada, ¿verdad? Tiene que haber un entorno fértil, y ese entorno fértil tiene que ser México. Pero eso lo vamos a construir entre todos. No es una cuestión de una persona. Me gustaría muchísimo decirles a todos que, si me dicen presidente, yo voy a resolver su problema, pero no es así. Eso no es así. Es todos juntos. Préndanme la luz, por favor.
Es todos juntos. Tú puedes hacer la intervención. No podemos negar que hay un entorno. Juntos, juntos; mucha gente me pregunta eso, me encantaría, pero ¿saben qué? Primero, guárdense el móvil, falta un chorro de tiempo. Entonces, ¿qué hacemos con el entorno?
¿Nos vamos a esperar un año sentados en las nalgas sin hacer nada? Bueno, entonces, ¿qué? Es esto, porque si estamos pensando que solamente un nuevo presidente va a cambiar las cosas, pues está medio mal. Entonces, los jóvenes tienen dos acciones aquí, dos opciones, y ambas tienen que ver con la actitud y el esfuerzo.
Una: o te das por vencido, no haces nada y cobras tu cheque de bienestar y vives resentido y amargado. Ya vuelves rebelde, rebelde, rebelde, que es lo natural, ¿eh? Pero un rebelde natural puede agarrar dos caminos: el positivo y el negativo. Hoy estamos viendo muchos jóvenes rebeldes irse por el negativo y convertirse en criminales que despojan a otros mexicanos de su vida y de su propiedad. Eso está pésimo, entiéndanme.
Porque están frustrados con el entorno, pero todos nosotros podemos hacer que cambien y tomen la otra rebeldía. La otra rebeldía es ser rebelde con causa, con causa para cambiar el entorno, para que todos podamos tener la oportunidad de brillar y de crear riqueza sirviendo al prójimo.
Porque, ¿saben cómo se hace uno rico? Sirviendo a muchos clientes. Así es como se hace uno rico. Entonces, yo por eso quiero aprovechar hoy para convocarlos a todos a no pensar que una varita mágica de una persona superdotada va a llegar y va a cambiar la situación. Y falta mucho tiempo para que eso pase.
Sobra decir que nuestro entorno está muy mal, y está muy mal porque, ¿saben qué? Yo sirvo a México como una empresa y la empresa México está muy mal manejada. Está manejada con las nalgas, y saben que está manejada por ineptos que no saben, ineptos ignorantes.
¿Cómo ponen a alguien de acuerdo con ello a sacar petróleo? Por favor, un poco de respeto, un poco de sentido común. Se tiene que gestionar el país con gente profesional que entregue resultados, empezando por el número uno, que es acabar con la criminalidad y la violencia. Número uno. Después vemos el petróleo y el gas y la puta madre. No. Número uno: no puede haber esta criminalidad.
Bueno, quisiéramos tener un país con infraestructura, educación y salud. Sí, claro que sí, entre muchas otras cosas, pero primero es lo primero. ¿Y qué creen? No se puede hacer todo de momento. Oye, ni alcanza el dinero para todo eso. No se los dicen, pero México debería estar mucho mejor. ¿Cómo creen que en los últimos ocho años crecimos 1 % el Producto Interno Bruto? Uno. Ocho años. Si fuera una empresa, los accionistas ya hubieran puesto patadas a la gestión. Pero no. Entonces, hay que cambiar este mal entorno por un buen futuro, y México tiene un gran potencial porque, ¿saben qué? Los mexicanos somos trabajadores y somos gente que le echa ganas. ¡Claro! Ustedes están aquí por eso.
Busquemos un entorno donde podamos tener vida, que no nos maten; respeto a nuestras propiedades, que no nos roben; libertad de buscar nuestra mejor forma de ser, y que no tengamos que estar pidiendo permiso para hacer cualquier cosa. ¡Ya basta! Eso es lo que queremos. ¿Qué necesitamos para alcanzarlo? Pues tenemos que cambiar de gestión.
Ahora estamos en un mundo democrático y tenemos que cambiar la gestión cada tres años o cada seis años. Pero lo primero es darse cuenta de cuál es el problema. Si queremos una mejor empresa en México, tenemos que cambiar la gestión. Y para eso necesitamos un equipo humano que quiera hacerlo, que sepa hacerlo y que pueda hacerlo, con una visión clara de futuro, que pueda distinguir entre los sueños deseables y las posibilidades reales, que les diga sin mentiras: “¿Saben qué? No se puede hacer todo”.
Ese es el México que yo quiero y aspiro a ver. Yo se lo reitero con la chispa del alma, con actitud, con esfuerzo: ¡sí se puede! Y ese es mi llamado hoy. Yo los conjuro a que juntos cambiemos el entorno. Juntos, para que todos los mexicanos brillemos y a todos nos vaya mejor. Es lo que necesitamos. Y quiero decirles, finalmente: el éxito nunca es final, la falla no es fatal. El coraje para continuar es lo que cuenta. ¡Y viva México! Porque cantando se alegran siempre los corazones. ¡Ay, ay, ay, ay! Canten, señores, porque cantando se alegran siempre los corazones.




