DestacadasPolítica

El Dr. Héctor San Román fue ovacionado por los Rotarios, al plantear la realidad de México

Por los Rotarios Lic. Mauro Jiménez Lazcano y Profesora Margarita Romero Luelmo,

Director General y Subdirectora de la Revista Macroeconomía

Con el tema de Libertad y Legitimidad en tiempos de la Posverdad, el Dr. Héctor San Román Arreaga, hizo un planteamiento certero, claro y sincero de la situación política, económica y social de nuestro País.

Al término de su exposición los rotarios del Club Plateros Centro Histórico le hicieron un amplio reconocimiento mediante prolongada ovación y le otorgaron un diploma por su brillante conferencia maestra, que a continuación reproducimos:

Libertad y valor en la verdad

Una meditación sobre la Legitimidad y

la Libertad en tiempos de posverdad

El poder de la verdad y hambre de realidad.

Dr. Héctor San Román A.

La libertad no es solo palabra, ni ideal abstracto escuchado con frecuencia; es condición vital de nuestra existencia, el espacio donde nuestras decisiones, nuestras ideas y nuestras convicciones adquieren sentido.

El Club Rotario Plateros Centro Histórico, presidido por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano, escucha el planteamiento del Dr. Héctor San Román Arreaga sobre la realidad política económica y social de nuestro país

La disputa sobre la verdad se ha convertido en una batalla simbólica y emocional, y en ese cara a cara, entre un pueblo que ya no cree y unas élites que ya no escuchan, la verdad misma se ha vuelto irrelevante.

Día tras día esta presente la Infocracia deformando la verdad, lo que revela una lealtad que no proviene de la convicción, sino de algo más siniestro: la rendición. Vivimos la era de la posverdad y el chauvinismo retórico.

Cuando leemos, escribimos o nos expresamos.… anhelamos cambiar el mundo.

El mundo puede cambiar a medida en que la mirada de quienes lo habitan enfrenten la realidad.

Si logramos alterar —aunque sea un milímetro— la manera equivocada en que las personas interpretan la realidad, entonces el mundo puede cambiar.

Las palabras pueden cambiar el mundo; Si hay verdad, hay esperanza.

Lo han hecho siempre. Así avanza la historia: verdad en la palabra; conciencia contra indolencia.

No sabemos si lograremos hacerlo, pero intentarlo no es descabellado.

Vivimos tiempos saturados de disparates mediocres.

De i a d la Past Presidente Rotaria Blanca Leticia García de Alba, la Past Gobernadora del Distrito 4170 Adriana de la Fuente, el Rotario Lic. Ayax, la Rotaria Soledad, de Quito Ecuador, escuchan con atención la conferencia dictada por el Dr. Héctor San Román

Nos rodea una atmósfera trivial donde predomina la hipocresía: gobiernos que fingen transparencia , honestidad y división de poderes simulando legalidad, ciudadanos que repiten consignas irracionales y aceptan la posverdad.

Por eso la sensación es, una irritación interior, “hambre de enfrentar la realidad”.

Esa hambre, provoca náusea frente a la mentira.

Donde predomina soberbia, cinismo y corrupción, mayor es la impunidad del poder.

Y cuanto más se aísla la dignidad, más crece la sumisión.

Foucault lo advirtió: el aislamiento es la primera condición de la obediencia total.

Por eso, antes de toda reflexión política, se requiere un comportamiento ético: no callar frente a la mentira. Escuchar las voces antes de que se extingan, reconstruir los hechos mientras las ascuas aún humean.

La libertad empieza por no callar, cuando alguien pretende impedir denuncias de atropellos.

La libertad: testimonio de conciencia

La historia humana —decía Hegel— es el progreso de la conciencia de la libertad.

Cada época se define por lo que los hombres pueden hacer con ella.

Y sin embargo, cada generación se pregunta:

¿soy libre, o sólo creo serlo?           

La libertad, ante todo, es testimonio interior.

  Cuando hablamos de libertad en el contexto social y político, no ignoremos que el autoritarismo la pretende eliminar.

Aquí es donde el hambre de realidad se convierte en ética aplicada: enfrentar las desigualdades, cuestionar las estructuras opresivas y, sobre todo, asumir con responsabilidad la libertad frente a la posverdad.

Hambre de realidad, entonces, no es un rechazo a la esperanza, sino un llamado a la claridad: entender la verdad de nuestras circunstancias para actuar con sentido.

De i a d los Rotarios Edmundo Benítez, del Club San Rafael, Marco Tulio Peña, de Organizaciones Civiles de Xochimilco, la señora María de Lourdes Rivera y Moreira, la Rotaria Profesora Margarita Romero Luelmo, la Rotaria Celia Nanae Kaneko Kimitzu Sekiguchi; el Past Presidente Rotario Dr. Roberto Vega Galina, el Rotario Ing. Germán Méndez

Una sociedad que olvida el valor de la libertad pierde su capacidad de cuestionar, de transformar y de actuar con autenticidad. Por eso, reflexionar sobre la libertad no es un ejercicio intelectual vacío; es un acto de responsabilidad, tanto individual como colectiva.

El pensamiento reflexivo —la razón que analiza, calcula y clarifica — intenta justificar y responder la  pregunta: ¿por qué nos sentimos libres?

Ya no pensamos; Nos alineamos; No argumentamos; Compartimos. No dudamos; Aceptamos. Mentir de manera indiscriminada ya no tiene como objetivo hacer que las personas crean en una mentira específica, sino hacer que nadie crea nada en absoluto”. Si la libertad y la verdad fuesen una ilusión, ¿por qué persisten con tanta fuerza en la historia?

  La verdad sólo puede ejercer su libertad si se asocia inteligencia y razón como guía. De ahí la tarea ética: unir razón y voluntad, reflexión y acción.

  La libertad es una conquista que debemos renovar día tras día en la claridad, en la acción ética y en la constante búsqueda de sentido frente a los poderes despóticos que la degradan.

La degradación del poder y la crisis de legitimidad

¿Cómo es posible —nos preguntamos— que habiendo conquistado la libertad política, hayamos perdido la capacidad de construir un mundo mejor?

¿Qué clase de libertad es aquella que tolera, con impotencia, el abuso de poder, la corrupción, la soberbia y la mentira ?

El rasgo más conspicuo de la política mexicana es su mediocridad.

Los políticos —dice la sabiduría popular— ya no gobiernan: administran su permanencia.

En la posverdad; No hay programas, hay estrategias de supervivencia.

El cambio de partido ya no significa cambio de rumbo, apenas una variación superficial en la corriente que arrastra al país a una crisis de Estado.

La Presidenta del Club Rotario San Rafael, Paty, el Dr. Héctor San román Arreaga, el Presidente del Club Rotario Plateros Centro Histórico, Lic. Mauro Jiménez Lazcano, el Rotario Edmundo Benítez, del Club Rotario San Rafael, Marco Tulio Peña, de Organizaciones Productivas de Xochimilco, la señora María de Lourdes Rivera y Moreira de San Román

La crisis no es sólo económica o de seguridad; Es una crisis de legitimidad.

Las instituciones ya no se cuestionan por ilegales, sino porque han perdido conciencia de su propia legitimidad.

México necesita instituciones fuertes, paradójicamente, las mismas que el autoritarismo ha desmantelado.

La corrupción dejó de ser un hecho aislado; se volvió estructura; se volvió sello indeleble de deshonestidad.

Y el poder, al no poder justificarse moralmente, se pudre en su propio pantano.

De ahí que la tarea ciudadana no sea meramente exigir eficiencia, sino reclamar legitimidad.

El eclipse de la justicia

“Si quieres paz, preocúpate por la justicia.”

Así lo repetía la sabiduría milenaria, y sigue siendo verdad.

La ausencia de justicia obstruye el camino hacia cualquier intento de paz posible.

Hoy, como hace dos mil años, el mundo no tiene zonas en blanco: hoy la injusticia en un rincón del planeta nos alcanza a todos a través de las redes digitales.

Vemos, casi en tiempo real, imágenes de sufrimiento humano, atrocidades vergonzosas provocadas por el hambre, la pobreza, la guerra con sus múltiples motivos, orquestados por el despotismo, el odio y la venganza.

El espectáculo es constante; marcadas injusticias, abuso de poder; indiferencia subconsciente; vemos pero no percibimos, miramos pero no reflexionamos.

El Presidente del Club Rotario Plateros Centro Histórico, Lic. Mauro Jiménez Lazcano, entrega un reconocimiento por su brillante conferencia sobre la Legitimidad y la Libertad en tiempo de la Posverdad, al Dr. Héctor San Román

Estamos viviendo momentos de crisis política mundial, produciendo efectos nocivos  en el conjunto de la población en su totalidad.

La justicia, que antes era una aspiración territorial, se ha vuelto un reclamo planetario.

Vivimos en una civilización que mide la injusticia en pantallas y estadísticas, pero no en conciencias. El olvido actúa muy rápido.

Por eso la justicia no sólo exige cumplimiento de la ley, exige memoria.

El Estado de derecho —ese pacto valioso que nos permitía confiar— lo han resquebrajado. La complicidad e impunidad tiende una capa protectora a la corrupción, a los actos anticonstitucionales, al crimen organizado y, a los caprichos del poder.

Nos atormenta la fragilidad del presente que, reclama base firme, allí donde no existe ninguna

¡No hay libertad duradera donde la justicia se construye en acordeones!.

La erosión del Estado social

El Estado social, esa culminación histórica de la Revolución Mexicana, ha sido asaltado; contradicciones, claudicaciones, desviaciones y retrocesos. Ese Estado social se ha batido en retirada.

   Sus conquistas —progreso, educación, ciencia, salud, seguridad social, desarrollo— retroceden ante el avance del mercado, la creciente deuda, la mediocridad y la indiferencia.

Durante décadas, su legitimidad se basó en una promesa: Proteger a los ciudadanos contra exclusión, desigualdad y las embestidas del destino.

Hoy, esa promesa está rota. Una parte del binomio se ha fugado.

El Estado ya no puede aliviar la incertidumbre, y menos aún eliminarla.

Incluso los más afortunados viven bajo la sombra del azar frente al desastre.

Leibniz tenía razón: un mundo perfecto no lo sería si no contuviera algo de mal.

Pero el mal debería estar acotado, vigilado, confinado.

Vivimos en un mundo que ha descuidado sus límites; El mal circula sin fronteras, mientras los ciudadanos buscan un orden fiable que ya no existe. Y crece el descontento en un pueblo hastiado de mentiras y promesas incumplidas.

El Dr. Héctor San Román Arreaga, con gran énfasis expone la realidad política, económica y social de México

Soñamos con un mundo de confianza; con una realidad donde la ley tenga rostro humano y el poder sea tutela, no dominio.

Ese sueño, desde Tomás Moro, tiene nombre: Utopía.

La utopía, en su sentido más alto, no es evasión: es esperanza de que podemos alcanzar libertad y justicia, hacerlas presentes en todos los actos de nuestra vida republicana.

La perversidad en el lenguaje y su pérdida de sentido

El primer síntoma de una crisis política es la corrupción del lenguaje.

Cuando las palabras ya no deletrean la realidad y son sustituidas por soberbia y mentira, se abre la puerta al totalitarismo.

Las dictaduras no comienzan con cárceles ni con fusiles: comienzan con engaños y mentiras, el lenguaje se aleja de a la verdad y se vuelve instrumento de dominio.

George Orwell lo advirtió con lucidez: “El propósito de la neolengua no es ampliar, sino reducir el campo del pensamiento”.

Y cuando el pensamiento se reduce, el ciudadano se convierte en vasallo.

En México —como en buena parte del mundo contemporáneo— la política ha hecho del lenguaje el arte de mentir para construir la posverdad.

“Transformación”, “democracia”, “pueblo”, “cambio”, “justicia social”… son palabras que suenan bien, pero vaciadas de contenido.

El discurso público se ha convertido en una competencia por el control del relato, vivimos una crisis de la verdad.

Nombrar correctamente las cosas es parresia, hablar con libertad, decir la verdad sin miedo a las consecuencias.

¡En un Estado totalitario construido sobre una mentira total, decir, la verdad es un acto revolucionario!

La libertad intelectual

y el valor de pensar

La Dra. en Contabilidad y Administración, Rotaria Blanca Leticia García de Alba, felicita al Dr. Héctor San Román por su brillante exposición

Si la libertad ya la habíamos conquistado. ¿Cómo es posible que la capacidad humana de imaginar un mundo mejor y hacer algo para mejorarlo no haya formado parte de esa victoria? ¿Y qué clase de libertad hemos conquistado si tan sólo sirve para desalentar la imaginación y para tolerar con impotencia, en calidad de personas libres, casos que atañen al abuso de poder y la corrupción.

No hace falta repetirlo muchas veces, no se puede inclinar de lado de la necesidad, si no se orienta necesariamente hacia la libertad, todas las ocasiones, todas las posibilidades están del lado de la libertad y no de la necesidad; y si quisiéramos apostar, habrá que hacerlo por la libertad.

No hay libertad política sin libertad de pensamiento.

No hay Trabajo digno sin libertad sindical.

No hay libertad ciudadana si la delincuencia fija las reglas.

No hay pensamiento libre sin el ímpetu de la moralidad.

Y no hay libertad de prensa donde el poder sojuzga, amenaza y castiga

Vivimos tiempos donde la crítica la pretenden domesticar.

Los intelectuales, los periodistas, los académicos, deben navegar entre conveniencia y conciencia.

Muchos prefieren la prudencia del silencio a la incomodidad del disentimiento.

¡Pero el silencio —cuando es complacencia — no es neutralidad, es cobardía!.

Hannah Arendt lo expresó con crudeza: “La libertad de opinión es una farsa si la información sobre los hechos no está garantizada”.

Por eso, la tarea del pensamiento libre es restablecer la verdad de los hechos antes de que el poder los borre.

La libertad intelectual no se mide por lo que decimos sin consecuencias, sino por lo que nos atrevemos a decir con razón, cuando todo es diatriba, todo es amenaza.

El Dr. Héctor San Román responde preguntas planteadas por rotarios del Club Plateros Centro Histórico, en relación con la realidad mexicana

Disensión democrática y el valor de la crítica

La democracia y la libertad son valores republicanos y los tenemos que defender de la canalla.

Debemos hacernos oír y defender el Estado de derecho. “Somos muchos, porque todos somos pueblo. Pueblo es una palabra secuestrada, que en los últimos años, la han alejado de la democracia. Y, en cambio es la más democrática de las palabras.

La lucha por la expansión de la democracia en todos los ámbitos de la vida pública, debería ser el gran objetivo de las fuerzas progresistas, políticas y sociales en el siglo XXI

La democracia no consiste en la unanimidad, sino en la dialéctica creativa del desacuerdo.

La democracia o se expande en todos sentidos o se irá vaciando de contenido real. Debe penetrar en los procesos económicos estratégicos con el fin de que el desarrollo general de la sociedad se oriente y responda a los intereses, las aspiraciones y los valores de los ciudadanos, auténticos sujetos de la democracia y, por ende, los detentadores del poder.

Sin crítica, la democracia es una máscara hueca; sin disenso la política degenera en culto a la personalidad.

La historia enseña que las sociedades que desconocen  el valor de la libertad, apuestan por la esclavitud.

Y una sociedad obediente no tarda en volverse sumisa y cobarde.

Por eso la crítica no es enemiga de nadie en particular: es el despertar de conciencia.

El ciudadano que disiente no destruye, sólo expresa su desacuerdo.

Decía Octavio Paz que “la libertad es crítica, y la crítica es creadora.”

La crítica auténtica nace del apego a la verdad, no del rencor ni la venganza.La justicia como virtud de las instituciones

Si la libertad es el alma de la democracia, la justicia es su conciencia.

Las instituciones no valen por su antigüedad, sino por su capacidad de proteger al  ciudadano ante el desamparo y la adversidad.

Una institución justa no sólo se define por el contenido de su ley, sino por la ética en su aplicación.

El verdadero Estado de derecho no consiste en la suma de leyes, reglas y normas constitucionales, sino en la confianza que éstas inspiran.

Cuando un ciudadano confirma que la ley lo protege incluso ante el abuso de poder, ahí comienza la confianza en los valores democráticos.

Sin esa confianza, la ley es letra muerta.

La justicia, en su sentido más profundo, no es venganza ni despojo.

Es el respetar de todos, su libertad, igualdad y dignidad.

Cuando el poder olvida ese principio, despierta el México bronco y enfrenta al despotismo

       

La verdad un valor ciudadano

El Dr. Fernando Salgado Delgado, Secretario General sustituto de la CTM, invitado especial del Club Rotario Plateros Centro Histórico

La libertad nos llama a enfrentar nuestras limitaciones, a redoblar las fuerzas que nos condicionan y a actuar con creatividad y ética.

Y en esa acción consciente, emerge el hambre de realidad: la necesidad de vivir con verdad, de no contentarnos con ilusiones ni evasiones, de construir una sociedad y una vida donde prive la libertad.

El pensamiento crítico no es una forma de pesimismo; es una forma de esperanza lúcida por la verdad.

Esperanza que no ignora las ruinas, pero que sigue viendo entre ellas el resplandor de la justicia.

“Nada grande se ha hecho sin pasión”, escribió Hegel.

Y la pasión por la libertad y la verdad, es la que sostiene, aún hoy, los actos más nobles de nuestra historia.

  Ser libres, nos dice Kant, es atreverse a pensar.

Y atreverse a pensar —en medio de la oscuridad— es el más elevado acto de fe en la humanidad.

La libertad en todos sus aspectos no se hereda: se lucha por ella. Es un derecho fundamental.

¡Y ejercerla, en tiempos de autoritarismo, es el modo más digno de existir!

Muchas gracias por su atención.

El Presidente del Club Rotario Plateros Centro Histórico, Lic. Mauro Jiménez Lazcano, presenta la brillante trayectoria del Dr. Héctor San Román a los asistentes a la sesión

PREGUNTAS Y RESPUESTAS EN LA SESION ROTARIA

Al finalizar su conferencia, el Dr. Héctor San Román aceptó dialogar con los Rotarios del Club Plateros Centro Histórico, en donde afloraron numerosas e importantes preocupaciones como ciudadanos mexicanos.

AUXILIO A LOS DAMNIFICADOS

Durante la sesión del Club Rotario Plateros Centro Histórico, el Presidente del mismo informó sobre las diversas acciones que han tomado los Rotarios del Distrito 4170, bajo la guía de su Gobernador el Lic. Jorge Omar Moreno Alatriste, quien ha trazado una serie de lineamientos para llevar auxilios básicos como alimentos, medicinas, ropa y otras vituallas y aportaciones en efectivo, en auxilio de los mexicanos que lo necesitan.

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button