La Inteligencia Artificial en el mundo convulso

Por el Emb. Eduardo Roldán.
Internacionalista, diplomático, analista politico y escritor.
Hoy en día es un imperativo estratégico analizar y entender las decisiones tomadas por los actores internacionales involucrados en los procesos del mundo digital y en particular el uso de la inteligencia artificial (IA). El conflicto entre China y EE.UU ha puesto de relieve la tensión inherente en el uso de la inteligencia artificial y su potencial para mejorar la productividad. Al mismo tiempo, inversores como Microsoft y el gigante de capital de riesgo Sequoia no quieren frenar el desarrollo de esta tecnología mientras competidores como Google y las empresas chinas lo aceleran. Aunado a todos esos hechos, deben tenerse en cuenta los planteamientos de Stephen Hawking al respecto de nuestra nuevas realidades tecnológicas. Ideas que comparte también el ex-vicepresidente de Google, Geoffrey Hinton al afirmar que: “Si hay alguna forma de controlar la inteligencia artificial, debemos descubrirla antes de que sea tarde”.
Entender la relevancia de la Inteligencia Artificial (IA) es indispensable. La Inteligencia Artificial es una categoría analítica acuñada por John McCarthy del MIT en 1955. La IA ha dado un giro copernicano a las tareas tradicionales del quehacer humano. Ha revolucionado exponencialmente nuestro mundo. De una manera sencilla podemos definir a la IA como la capacidad de una máquina para imitar el comportamiento humano define a la IA, o como precisa la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) es “el conjunto de sistemas automatizados diseñados para realizar tareas típicamente asociadas con la inteligencia humana o funciones cognitivas”. Es claro que lo anterior está basado en algoritmos, que no son otra cosa que un conjunto ordenado y finito de operaciones, que permiten encontrar la solución de un problema por medio de una secuencia de pasos que arrojan un resultado de acuerdo con ciertas condiciones variables. Dichos algoritmos son esenciales para el funcionamiento de las computadoras, pues son la única manera de procesar los datos que provienen (de la memoria, del procesador, de los sensores, etcétera) del sistema operativo u otros programas de cómputo o de otras computadoras para realizar una acción e informar de un resultado.

Es evidente que la capacidad exponencial de la IA para aprender todo tipo de información, sistematizarla, identificar patrones y así tomar decisiones autónomas, se ha convertido en un ente omnipresente en el mundo digital del presente y futuro de la humanidad. ¿Podrá ser la IA consciente de sí misma y de los demás para poder desarrollar la empatía y la comprensión de las emociones? Es uno de los desafíos teóricos, técnicos, y éticos, entre los que se encuentra la comprensión de la inteligencia humana y desarrollar empatía.
Considero que los conflictos mundiales han sido factores fundamentales que han fomentado, acelerado e impulsado la generación y aplicación de tecnología bélica basada en IA. Hoy en día, la IA está teniendo un gran impacto en la formulación de las políticas públicas tanto nacionales como internacionales, en el comercio, la economía, la política, la cultura, la mercadotecnia, la justicia, la comunicación, la educación y la salud, entre otros sectores claves, pues vivimos en un mundo global.
Habiendo señalado la importancia de la IA en nuestros días, estamos obligados a reflexionar sobre los desafíos, pugnas y disputas geopollíticas y geoeconómicas que se dan, entre países y empresas, en la fabricación de chips para su uso regular y en especial para la utilización en la IA. Algunos sectores privados y públicos han utilizado a la IA para desinformar y divulgar mensajes falsos deliberadamente con una falta de ética. Un ejemplo es el conocido caso de Cambridge Analytica que desarrolló mensajes personalizados, en forma de memes y formatos de consumo rápido, con la finalidad de manipular a los votantes de varios países de EE.UU, Australia, India, Kenia, México, Reino Unido etc. El uso de esta tecnología puede minar la confianza y la autenticidad en la información y las interacciones humanas. Al respecto, Paola Villarreal se pregunta ”¿logrará la denominada IAGen inteligencia artificial generativa, fuerte, o completa como se le conoce, tener la capacidad de entender, aprender y aplicar conocimientos de manera similar a un ser humano, en una amplia variedad de tareas cognitivas?”. La respuesta no es simple, en virtud de que la IA es la síntesis de un proceso complejo y de multiusos, de tecnologías utilizadas en sistemas de IA, como se ilustra en las dos gráficas siguientes.
FUENTE: Ministerio de Defensa de España. (1/8/2024). ‘La inteligencia artificial en la geopolítica y los conflictos Madrid. Cuaderno de Estrategia 226.p.16
Sin duda que la tecnología está desplazando a millones de personas, pero también está generando empleos. De cuerdo con Villareal este es un desafío para las personas, “para adiestrarse en nuevas tecnologías y adaptarse al cambio profundo que enfrentamos. Uno de los sectores más impactados por la automatización es el de la manufactura y la cadena de producción”. Además, de que la IA tiene cada vez más mayor influencia sobre la toma de decisiones políticas y sociales, otro dilema resalta Paola Villareal es que “algorítmicamente la sociedad está siendo víctima de sesgos sociales, raciales y étnicos, cuyo resultado es el de refuerzo de la discriminación institucional pública, privada o policial hacia las minorías por el simple hecho de existir”. Por ello, ante ese entorno, “se podrían establecer mecanismos de rendición de cuentas que eliminen las cajas negras en los algoritmos y favorezcan que los desarrolladores y diseñadores respondan por las decisiones que se tomaron tanto en la etapa de diseño como en la operación de los modelos”.
Esto en virtud de que como lo explica Eduardo Salcedo: “La IA puede ser una fuerza para el bien pero también puede ser una herramienta para los malvados. Las redes criminales, en constante evolución y adaptables, recurren cada vez más a la IA para ocultar sus huellas, blanquear sus ganancias mal habidas y predecir las acciones de las fuerzas del orden. Esas redes emplean chatbots impulsados por IA para manipular los mercados, desarrollan “deepfakes” para difundir información errónea e incluso utilizan el aprendizaje automático para optimizar sus empresas delictivas”.
Ante estos hechos, debemos insistir en tener el control del ser humano sobre la IA y el uso de los chips altamente sofisticados utilizados para la creación de IA. La IA no es nuestra enemiga. No hay que subestimarla. El problema de ésta es que no tiene que rendir cuentas a nadie. Como humanos tenemos valores y ética, en tanto la inteligencia artificial no los tiene. Es el desafío que tenemos frente a ella. Pues el objetivo esencial debiera ser siempre el buscar el beneficio de la humanidad para combatir, a través de la digitalización, la delincuencia organizada, el tráfico ilícito de personas y armas, los delitos financieros y la corrupción, los ciberdelitos, el terrorismo, etc.
Estoy convencido que nada puede sobrepasar el contacto humano visual y corporal. Laercio Alburqueque, CEO de CISCO, describe atinadamente que “la tecnología es maravillosa, pero nunca va a automatizar el calor de un abrazo”. Pues, como decía Henry Kissinger “la razón es nuestra principal medio para entender el mundo. ¿Hasta qué punto cambia esto si las máquinas piensan? Éstas son las preguntas que se están haciendo en todas las plataformas digitales. Además, tiene mucha razón Vladimir Putin (2017) cuando plantea que “quien domine la Inteligencia Artificial dominará el mundo”. Ya que esa inteligencia no podría existir sin chips, sin semiconductores. Y por ello, estamos en medio de una lucha por la nueva hegemonía en este mundo global.
Lo anterior nos lleva a entender las consecuencias de las decisiones tomadas por los actores internacionales involucrados en estos procesos. El conflicto entre China y EE.UU ha puesto de relieve la tensión inherente en la producción y abastecimiento de los chips y en el uso de la inteligencia artificial y su potencial para mejorar la productividad. Al mismo tiempo, inversores como Microsoft y el gigante de capital de riesgo Sequoia no quieren frenar el desarrollo de esta tecnología mientras competidores como Google y las empresas chinas lo aceleran.
El presidente de Microsoft, B. Smith, dice que no hay que preocuparse en exceso sobre las posibilidades de una IA superinteligente en el corto plazo. Smith afirma que no está de acuerdo con los informes de que OpenAI habría creado una IA que supondría una amenaza para el mundo. Sin embargo, ante la relevancia de esta tecnología la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU decidió establecer un Centro especializado sobre inteligencia artificial. Mismo que estará vinculado a los sistemas de defensa e inteligencia de ese país. Al respecto, el General Paul Nakasone señaló que dicho centro estará incorporado al Centro de Colaboración en Ciberseguridad ya existente.
Por esta razón, el presidente Vladimir Putin anunció que “Rusia establecerá un plan estratégico nacional relativo al desarrollo de la inteligencia artificial. Y así enfrentar el monopolio del mundo occidental”. De esta forma Rusia se burla de las sanciones de Estados Unidos y sabe cómo esquivarlas. Asimismo, las prohibiciones del entonces Presidente Biden contra China han traido consecuencias económicas graves. Sin embargo, China ha estado logrando evitar las sanciones y adquiriendo tecnología traficando a través de compañìas interpósitas y recurriendo al contrabando. La guerra tecnológica-digital entre EE.UU y China alcanzó otro nivel de tensión en enero de 2024, pues el gobierno estadounidense aplicó nuevas acciones para impedir a empresas chinas el acceso al mercado global de los semiconductores. Por ello, China acaba de imponer restricciones a la exportación a EE.UU de tierras raras, 17 elementos químicos fundamentales para la produción de multiples equipos tecnológicos,
Para Estados Unidos, y el mundo occidental, el arribo de China como la segunda gran potencia económica y tecnológica acarrea tomar en cuenta lecciones fundamentales al respecto. Más de la mitad de los investigadores en IA de Estados Unidos proceden del extranjero. La competencia con China exige una reinvención de la interacción entre el gobierno, el sector privado y el mundo académico. En esa tesitura, es fundamental subrayar que, en mayo de 2023, bajo la dirección de Arati Prabhakar, director de la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología del Gobierno de Estados Unidos, que apoya al presidente de Estados Unidos en los asuntos relacionados con ciencia y tecnología, publicó el Plan Estratégico Nacional de Investigación y Desarrollo de IA. Éste cuenta con nueve temas estratégicos que tratan sobre: 1.- Inversiones; 2.- Colaboración entre seres humanos y la IA; 3.- Aspectos éticos, legales y sociales; 4.- Asuntos que aseguren la seguridad y protección de los sistemas de IA; 5.- Desarrollo de entornos públicos y datos compartidos para entrenar la IA; 6.- Estándares y criterios de referencia; 7.- Evaluación de las necesidades de investigadores en el campo de la IA; 8.- Alianzas público-privadas para potenciar los desarrollos en IA; y, 9.- Desarrollo de programas de cooperación internacional .
Dicha política pública se sustenta en la necesidad de predecir acciones en los ámbitos tecnológoc, económico, político, social, empresarial, militar, de salud pública y muchos otros, sobre todo cuando se trata de infraestructuras críticas. El objetivo pues es de dotar a Estados Unidos de mayores capacidades en defensa y seguridad alrededor de estas nuevas tecnologías y, fundamentalmente, de incorporar nuevas capacidades en IA.
Teniendo en mente todo lo antes planteado, el presidente Donald Trump, desde el primer día de su segundo mandato -20 de enero de 2025- decidió lanzar un programa denominado Stargate. Al respecto, Elon Musk, dueño de Tesla, SpaceX, cofundador de OpenAI y Jefe del Departamento de Eficiencia gubernamental de EE.UU, ha señalado su escepticismo sobre el proyecto Stargate, empresa cuyo objetivo es convertir a EE.UU en líder en IA. Con tal propósito el Donald Trump anunció la creación de Stargate, una empresa conjunta entre OpenAI, creadora de ChatGPT, SoftBank y Oracle, para invertir 100 mil millones de dólares en infraestructura que impulse la IA. Lo que beneficia a las tecnológicas como Oracle, Nvidia, SuperMicro, Microsoft, Dell, Amazon, Meta, Apple y Alphabet. Resulta claro que el escepticismo y críticas provenientes de Musk están motivados por la competencia que representa Stargate para los propios proyectos sobre IA que tiene Elon Musk. Sin duda, todo ello resalta las tensiones ya existentes al interior del segundo mandato de Trump. También nos hace ver que esas mismas nueve empresas transnacionales, cuyos CEO´s fueron invitados VIP a la tomade posesión del segundo mandato presidencial de Donald Trump, serán el equilibrio para balancear la influencia de Elon Musk.
En tanto la estrategia de China, desde 2017, tiene en marcha un decidido plan de desarrollo de la IA. En ese año, fue el Consejo de Estado de China quien publicó una circular denominada: Plan de Desarrollo de la Nueva Generación de Inteligencia Artificial. En su preámbulo, este documento indica que: El rápido desarrollo de la inteligencia artificial cambiará profundamente la vida de la sociedad humana y cambiará el mundo. Con el fin de aprovechar las grandes oportunidades estratégicas para el desarrollo de la inteligencia artificial, siguiendo los requisitos del Comité Central del PCCh y del Consejo de Estado, se llevará a cabo la formulación de este plan para construir las ventajas de China como pionera en el desarrollo de la inteligencia artificial, acelerando la construcción de un país innovador y una potencia mundial en ciencia y tecnología .
Lo anterior refleja el alto grado de importancia que otorga China al desarrollo de la IA. Consecuentemente China, en paralelo, ha implementado políticas públicas en el ramo de la IA: Hoy en día, China acapara el 73% de las inversiones mundiales en IA y tiene 1,122 empresa dedicadas a la investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías en IA. La Academia Nacional de Ciencias de China tiene más de 2 mil solicitudes de patentes en Inteligencia Artificial (IA) registradas ante la Organización Mundial de Propiedad Intelectual. Sus aplicaciones representan un mercado de más de 21, 400 millones de dólares. Es decir, 5 % del PIB mundial, pero llegará a 190 mil millones de dólares en el 2025 y en el 2030 será de 15.7 millones de millones. En 2019, China contaba con 210 mil robots industriales más que EE.UU y la UE juntos. El 12 de enero de 2024, China publicó una lista de 184 centros de Inteligencia Artificial sólo en niveles de primaria y secundaria y ha establecido desde el 2020 más de 100 licenciaturas en IA y otras diciplinas vinculadas a ella.
La política de China en relación con el uso de la IA en la educación está impulsada por una combinación de iniciativas gubernamentales estratégicas y la colaboración con el sector privado. Dicha política pública se ha basado en cinco ejes: 1.) Regulación y apoyo gubernamental; 2.) Integración de la IA en la currícula educativa; 3.) Colaboración pública-privada; 4.) Fomento de la Investigación y Desarrollo; y 5.) El desarrollo de una fuerza laboral capacitada.
En lo referente a la defensa y seguridad, China, al igual que Estados Unidos mantiene una estrategia definida. El propio gobierno chino tiene publicada su Estrategia de inteligencia artificial para defensa y seguridad, en cuyo texto se hacen afirmaciones como estas: En el contexto de los desafíos multifacéticos a la paz y al desarrollo mundiales, todos los países deberían defender una visión común, integral, cooperativa y sostenible respecto de la seguridad global, buscando el consenso sobre cómo regular la aplicación militar de la IA mediante el diálogo y la cooperación, construyendo un mecanismo de gobernanza eficaz y evitando que la aplicación militar de la IA provoque daños significativos o incluso desastres a la humanidad.
Por lo anteriormente planteado, desde el punto de vista geopolítico y geoeconómico,, la carrera por innovar y ampliar la IA en las economías nacionales está en marcha. EE.UU está actualmente a la cabeza, pero otros países están haciendo lo suyo propio para acelerar sus esfuerzos de diferentes maneras. De acuerdo a lo planteado en el Anuario geoestratégico del 2024, “China seguirá invirtiendo en investigación para intentar alcanzar la autosuficiencia en IA. El Reino Unido mantendrá la regulación al mínimo para tratar de fomentar la innovación y ampliar su reciente récord de atraer la tercera mayor inversión mundial en IA. Y Arabia Saudita seguirá comprando tecnologías de vanguardia para desarrollar su industria de IA”
Consecuentemente considero que la gobernanza y regulación deben unir a las partes interesadas públicas y privadas con el mundo académico y las organizaciones de la sociedad civil para desarrollar mecanismos de gobernanza e instituciones duraderas equipadas para administrar y gobernar las tecnologías de IA. Se requiere la creación de marcos reguladores sólidos para gestionar eficazmente los riesgos y oportunidades de la IA. Otra línea de trabajo, es el de sistemas y tecnologías seguros, que deben reunir a responsables científicos y productores de IA con el objetivo de avanzar en el consenso sobre los enfoques de gobernanza técnica asociados a los sistemas avanzados de IA.
Además, el informe del Foro Económico Mundial de Davos del 2025 sobre los “Futuros económicos globales y la productividad en el 2030” examina de una manera muy detallada cómo las dinámicas de la tecnología, entre ellas la IA, y el capital humano darán forma a la productividad global durante esta década. En él se destacan estrategias clave para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades en un contexto económico cada vez más incierto del actual mundo global. Todo lo anterior se visualiza en las siguientes gráficas:
En conclusión, las nuevas tecnologías, y la IA dentro de ellas, están desempeñando un papel crucial en el desarrollo de las naciones. La IA debe centrarse en mejorar las capacidades humanas, en la empatía, en la ética, en la seguridad y en la confianza. La IA debe utilizarse para el beneficio de la supervivencia y la prosperidad de la humanidad. No para su destrucción.
Es claro que los conflictos mundiales han sido factores fundamentales que han fomentado, acelerado e impulsado la generación y aplicación de tecnología bélica basada en IA. Así, hoy en día, la IA está teniendo un gran impacto en la formulación de las políticas públicas tanto nacionales como internacionales, en el comercio, la economía, la política, la cultura, la mercadotecnia, la justicia, la comunicación, la educación y la salud, entre otros sectores claves, pues vivimos en un mundo global.
Es evidente que la IA, no es nuestra enemiga, fomenta el conocimiento humano pero no el entendimiento humano. La IA hace juicios probabilísticos basados en patrones y tendencias, pero no necesariamente siempre serán precisos y que reflejen resultados verídicos del mundo, hechos que podrían desestabilizar todo, desde las amistades personales hasta la disuasión nuclear en el mundo convulso en que vivimos.
Todo lo antes escrito nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la IA, sus beneficios, su uso múltiple en el mundo global de hoy, y los desafíos a los que nos enfrentamos. Estoy convencido que nada puede sobrepasar el contacto humano visual y corporal, y la IA nunca podrá automatizar el calor humano de un abrazo o un beso.Termino con unos planteamientos finales que nos ayuden a reflexionar sobre el mundo global en que vivimos. Jean Monnet dijo alguna vez: “Nada pasa sin el hombre”. Hoy yo diría, “Nada pasa sin la gente” o como lo planteó Publio Terencio: “Nada de lo humano me es ajeno”. “Son los vientos de cambio” diría Anthony Eden. O como dijera Charles Darwin, “Las especies que sobreviven no son las especies más fuertes, ni las más inteligentes, sino las que se adaptan mejor a los cambios”.





