Comunicación para la libertad y la democracia
Ninguna dictadura o régimen autoritario puede sobrevivir a la libertad de prensa
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de la Revista Macroeconomía, y Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias Políticas
Ninguna dictadura de nuestro Continente, de Europa, Asia o Africa ha podido sobrevivir a la libertad de prensa; desgraciadamente en América Latina la prensa libre fue combatida y destruida en Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora lo es en otros países cuyos gobiernos viven a disgusto con la crítica periodística, de televisión, radio y de redes sociales.
Increíblemente, en los propios Estados Unidos han surgido tendencias gubernamentales a echar fuera de los medios a periodistas críticos y a atacar también en forma directa a los reporteros, editorialistas y columnistas que revelan verdades que descubren la indecencia, la incredibilidad y la corrupción de los líderes de los poderes de ese gran país.
Lo mismo en México, es evidente que a los mandatarios, líderes del Poder Legislativo, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados y a poderes autónomos como el INE y el TEPJF, a la mayoría de los gobernadores y otros detentadores de poderes legales o fácticos como Andrés Manuel López Obrador, radicado en Palenque, no les gusta la libertad de prensa y la combaten de mil maneras.
LA LIBERTAD DE PRENSA, ULTIMO BASTION DE LA DEMOCRACIA
Y es que la libertad de prensa se ha constituido por su propio valor, fuerza y contenido, en el último bastión de la democracia mexicana.
Los Poderes de la Unión han ido cayendo uno por uno: primero fue el Poder Legislativo con sus senadores y diputados que, cuando en las urnas no lograron la mayoría calificada, la obtuvieron a base de presiones políticas y la mantienen hasta ahora; también cayó el Poder Ejecutivo, que se obtuvo a plenitud a base de ofrecimientos económicos, políticos y sociales, hasta lograr grandes subvenciones económicas para familias enteras, algunas de ellas que ya no necesitan ni siquiera trabajar; y ahora cae completo el Poder Judicial de la Federación con todos sus ministros, magistrados, jueces, que fueron votados a base de listas de acordeones, elaborados por fuerzas oscuras que también vigilaron su aplicación, hasta lograr la elección increíblemente mayoritaria de personas desconocidas.
Antes fueron destruidas poco a poco las instituciones democráticas como la Comisión de Transparencia, de Telecomunicaciones, de Libre Comercio y otras, hasta que ayer, 28 de julio, cayó el Instituto Nacional Electoral, para volverse un instrumento del Poder Ejecutivo, que podrá realizar las próximas elecciones Presidenciales y encauzarlas a la continuidad del régimen actual, sin ningún problema, a través de acordeones y otros recursos.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya había sido cooptado por el Gobierno anterior de Andrés Manuel López Obrador.
Así que solamente queda la libertad de prensa, radio y televisión como el último bastión de la democracia mexicana.
Agradezco al Dr. Arend Olvera Escobedo, Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias Políticas, el haberme invitado a participar en la elaboración de un libro en donde se plasme la realidad y el pensamiento actual de México.



