¿Mi hijo tiene cáncer?
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Por el Dr. Alejandro Flores Méndez
Past President del Club Rotario Plateros Centro Histórico y Líder del Proyecto
Sin duda, eso es lo último que un padre querría confirmar tras escuchar el diagnóstico del médico. Posiblemente muchos de nosotros hemos tenido que lidiar de manera cercana con el cáncer; un amigo, un abuelito, un primo, un padre. En mi caso, supimos que mi mami tenía cáncer hace 4 años, un cáncer en páncreas muy agresivo. Tras 6 meses de lucha, mi mami murió. Fue una lucha dura, y aún así, estoy seguro de que eso, no se compara con lo que tiene que atravesar un padre al saber que su hijo, que todavía es un niño, tiene cáncer. No está en el orden natural de las cosas, que un hijo sea enterrado por sus padres. ¡No, no podemos quedarnos a un lado, sabiendo esto, y no hacer nada!
Como rotarios, hemos desarrollado distintas actividades para ayudar a los pequeños con cáncer, y lo primero que uno puede preguntarse es, ¿cómo puedo ayudar a los pequeños y sus padres? En mi caso, tengo el privilegio de formar parte del Club Rotario Plateros Centro Histórico, y nuestro club desde hace más de 7 años de forma continua ha buscado acompañar a los pequeños cumpliéndoles un sueño, como conocer a un “hermoso” jugador de futbol (que en efecto es hermoso por dentro); les hemos llevado alegría, obsequiándoles juguetes, disfrazándonos de súper héroes o personajes de caricatura, y así, les cambiamos por un momento el entorno en el que se encuentran (y es que cualquiera que haya estado en un hospital un par de días, internado por una afección, sabe lo frustrante que puede ser, estar “atado” a una cama, en la cual no quieres estar); en fin, hay mucho quehacer.
Lo increíble es, que estando ahí con nuestros niños, uno de repente descubre, que son ellos los que te van a dar. Ellos son los que te van a enseñar a ser feliz, y no tú a ellos. Eso fue lo que me pasó en una visita que hicimos varios compañeros del Club, y algunos invitados distinguidos, incluido nuestro entonces Gobernador de Distrito, Francisco Ascanio, al Instituto Nacional de Pediatría (INP). Ahí, tuvimos la dicha de compartir algunos momentos con varios de sus pacientes, y nos tomamos una foto con una de las pequeñas que estaba internada, ya sin pelo por las quimios, y que estaba acompañada por su mami. La lección vino después, pues tras salir de ahí, y al observar la foto, noté que la única persona que estaba sonriendo de los cuatro, era la pequeña con cáncer. Qué absurdo, ¿no? La persona que dando una fuerte lucha por recuperar su salud, era la que podía sonreír de nosotros cuatro. ¡Que valientes son nuestros niños! Esa lección me acompañará el resto de mis días.
Pero ¿de qué tamaño es el problema? ¿Cuántos pequeños enferman de cáncer y cuántos mueren? Veamos algunas estadísticas. En México, cada año se diagnostican alrededor 5 mil casos nuevos de niños con cáncer; de éstos, unos 2 mil pequeños habrán de morir antes de 5 años. Dicho de otra manera, hoy que lees este artículo, 5 familias verán partir a sus pequeños. Esta cifra es francamente inaceptable, pues mientras la tasa de sobrevida en México ronda el 60%, en países Europeos o en Estados Unidos, la tasa de sobrevida es mayor al 90%. ¿Por qué pasa esto? Las razones son diversas: falta de información en el entorno de los pequeños que provoca atención tardía, falta de hospitales, falta de especialistas, falta de equipo, son sólo algunas de las razones. Además, tomemos en cuenta que el cáncer es un monstruo con muchas cabezas, pues los tipos de cáncer son muy diversos. En general, el cáncer se divide en 2 grupos: cáncer en sangre y tumores sólidos. En los niños, cada grupo representa aproximadamente un 50% de los casos.
Cuando empezamos a interactuar con los médicos del INP, en particular con nuestro ahora amigo, el Dr. José Martín Palacios, que en ese momento estaba en cirugía oncológica, decidimos centrarnos en los tumores sólidos. Hablamos varias veces sobre cómo impactar a nuestros niños en el hospital. Fue él quien nos hizo ver la oportunidad de hacerlo a través de un equipo médico, los bisturíes armónicos. Un bisturí armónico funciona con ultrasonido, y por esto al tiempo que corta, cauteriza. Por funcionar mediante ultrasonido, genera poca radiación, reduciendo el impacto en los órganos circundantes, y al cauterizar, reduce el sangrado al remover un tumor (que suele estar muy vascularizado). Esto es importante, pues incluso si se remueve un tumor con éxito, se puede morir desangrado. Además, al reducir el sangrado se minimiza la necesidad de cuidados intensivos e intermedios, y se mejora el pronóstico de los pequeños y se mitiga parcialmente la necesidad de camas en terapia intensiva e intermedia.
Sólo hay “un pequeño problema”. Los bisturíes armónicos son desechables y son caros. Cada bisturí cuesta $20,000 aproximadamente. ¡Eso es mucho dinero para tirar a la basura después de cada intervención! Y más para una institución pública, donde los recursos son escasos. Por esta razón, aunque no es lo ideal, los médicos intentaban reutilizar los bisturíes esterilizándolos para ocuparlos en una siguiente operación, con el riesgo de que se estropearán a la mitad del proceso. Encima, los bisturíes requieren un generador que produce el ultrasonido, y una pieza de mano, que permite conectar el bisturí con el generador. Estas 2 últimas piezas, en ocasiones no las tiene el hospital.
Con todos estos retos en mente, en el año rotario 2020-2021 nos embarcamos en una primera aventura: comprar 10 bisturíes para salvar a igual número de niños. En aquella ocasión, el entonces Gobernador del Distrito 4170, Jesús Calderón, generosamente nos “abrió la ventana” dándonos 5 minutos para exponer durante la Convención Distrital (que fue en línea debido al COVID) el proyecto. Esto con la idea de qué, rotarios y clubes, se sumarán a esta noble causa. ¡Y así fue! ¡Logramos nuestra meta para reunir los recursos que nos permitieron adquirir 10 bisturíes armónicos! Esto se logró, con las generosas donaciones de múltiples rotarios, destacándose lo he hecho por el Club Ciudad de México, y su entonces presidente, Eduardo Macías Ocampo. Los bisturíes se donaron al INP; y aunque estábamos contentos, aspirábamos a más. Confiábamos en hacer un Global Grant.
Fue con eso en mente, que visitamos a un querido rotario para buscar su consejo. Nuestro querido Nacho Holtz, que en paz descanse, nos abrió las puertas de su casa. Estando ahí, le platiqué de la foto con la pequeña, y la vergüenza que sentía por no haber podido sonreír junto con ella. A la fecha, sus palabras me resuenan: “no te preocupes Alex, el día que tú salves a un niño, serás tú el que estará riendo”. Inspirados por sus palabras, salimos decididos a conseguir ese proyecto global para salvar a nuestros niños, ayudar a sus padres, y también a los médicos que se esfuerzan por recuperar su salud.
En rotary se dice, que “rotary cambia vidas”; pero, nosotros fuimos más ambiciosos, salimos a decir “rotary salva vidas” Por eso, nos planteamos un objetivo “simple”.¡salvar 45 niños! Para esto, nos planteamos adquirir 45 bisturíes, un generador, y 2 piezas de mano. Se estimó que el proyecto nos costaría $96,750 USD. Para hacerlo, mi club puso una semilla de $5,000 USD. Nuestro Distrito, el 4170, ofreció dar otros $5,000 USD. Entusiasmados, y cada vez más acompañados, compartimos el proyecto con amigos rotarios. Pronto encontramos respuestas de parte de viejos aliados, como el Club Rotario University District de Seattle, quienes generosamente ofrecieron dar 2000 USD, y hablar con su Distrito, para que otorgara una cifra igual, y así fue. También se sumó el Club Meridianas, del Distrito 4195. Pero nos faltaba lo más importante, un socio internacional.
Encontrar un socio internacional no es fácil, aunque en nuestro caso, esto se logró gracias al apoyo de la Fundación Rotaria (LFR) del Distrito 4170, Dirigida en aquel momento por el actual gobernador, David Carranza. Fueron ellos quienes organizaron una feria de proyectos, para exponerlos a un grupo de rotarios connotados, que se agrupan bajo el apropiado nombre de Heart 2 Heart. Y ahí se hizo presente la Magia de Rotary, pues pocos meses más tarde, recibimos la feliz noticia de que Bryce Adam y los Clubes Kentland & Rensselaer habrían de participar, junto con los distritos 6560, 6460, 6510, 6540, 6780, 6040. Pero, ¿por qué llamar a esto magia? ¡Muy fácil! A la fecha, yo no conozco a Bryce, no tengo aún ese gusto; y sin embargo, él y todos los clubes que nos apoyaron, aportaron cerca de $42,500 USD para el proyecto. También aquí fue fundamental, el apoyo y seguimiento del Past-Gobernador Ron Appuhn, con quien solo he tenido contacto a través de correos electrónicos. Una vez que tuvimos esto, LFR aportó los $38,000 USD qué hacían falta para completar los recursos. De nuevo, la magia rotaria, que permitió convertir así $5,000 en casi $100,000.
Confieso que nada de eso fue fácil, aún cuando se resume en un párrafo; además, lo más complejo aún estaba por venir. Pero, desde ya confieso, que nuestros niños y sus padres merecen ese esfuerzo y más. ¿Por qué digo que lo más complejo estaba por venir? Porque increíblemente, y por razones que no merece la pena abordar aquí, nuestro en aquel momento socio para el proyecto, el Instituto Nacional de Pediatría, tuvo que ser cambiado. De manera inverosímil, encontrar un nuevo socio, no fue tarea fácil, y nos llevó poco más de 1 año, encontrar un nuevo hospital para desarrollar el proyecto. También tuvimos problemas con el que iba a ser nuestro proveedor del equipo médico, el tipo cambiario se modificó fuertemente por la devaluación del peso (pasamos de $17 a $20 pesos por 1 USD), etcétera. Pero ese cambio de ruta, nos dio la oportunidad maravillosa, de encontrar nuevos aliados.
Fue así, que conocimos a Gina Romero, una aparentemente frágil mujer de poco más de 30 años; pero con una fuerza inconmensurable, pues con su fundación “el avión de los sueños”, cumple los deseos de nuestros pequeños, que no habrán de curarse del cáncer. También durante el camino, nos encontramos con Daniela Lombardo, otra mujer increíble, que transformó su dolor por haber perdido a su pequeño Alexis, de 3 años, como consecuencia del cáncer; y en honor a Alexis, creó la Fundación Cassava-Roots, que administra ludotecas orientadas específicamente para la atención a niños con cáncer. Y por una coincidencia increíble, gracias a Luis Márquez Plaza (y a su hermana Estelita y su sobrino Migue, compañeros míos en el Club) pudimos hablar con las autoridades del mejor hospital donde podríamos haber desarrollado este proyecto, en el Hospital Infantil de México federico Gómez, cariñosamente conocido como el Infantil, y que en algunos rankings se considera el hospital pediátrico más importante de Latinoamérica.
Increíblemente, en el camino como mencioné, hubo que salir a buscar nuevos proveedores, e incluso un querido amigo y socio del Club CDMX, David Bortolussi me ayudó en esta búsqueda. Es increíble; pero, desde que se planteó el proyecto a la fecha ya pasaron 4 años, así que también tuve el apoyo de los presidentes en turno de mi Club: Miguel Ángel Gerrero, Oscar René Domínguez, Tere Vargas y actualmente Caro Morales. Encima, con tantos cambios, también se requirió la complicidad del actual Director de LFR en el Distrito, nuestro querido amigo Luis Antonio Guerrero. Él, generosamente nos ayudó para que habláramos en su momento con Rebeca Mendoza, que es Oficial Regional de Subvenciones de LFR, pues tras tanto tiempo y cambios, necesitamos de su intervención para que el proyecto original reflejara las nuevas condiciones. Pero con tantos cómplices, la verdad es que los sueños se hacen realidad.
Y sí Nacho, tenías razón, ahora sonrío. Y ¿cómo no voy a hacerlo? Originalmente nos planteamos adquirir 1 generador, 2 piezas de mano, y 45 bisturíes; y sin embargo, y a pesar de los retos, al final obtuvimos 1 generador, 2 piezas de mano, más de 60 bisturíes, un refractor quirúrgico, un ultrasonido de última generación, y una ludoteca (que será administrada por la fundación Cassava Roots y para lo cual contamos con una Subvención Distrital), con todo el equipo siendo donando al Infantil. Tanto equipo se logró, porque incluso los proveedores, terminaron siendo empáticos con el proyecto, y se convirtieron en un cómplice más, como lo es Juan Ramón de Laparoscopic.
Las autoridades del Infantil han sido extremadamente generosos, y las reuniones con el Dr. Adrián Chávez, Director General del Infantil y su equipo han sido siempre positivas. Con mucha alegría, hace pocos días, tuvimos el privilegio de dar el cerrojazo de oro para esta etapa, entregando al Infantil justamente el ultrasonido en compañía de nuestros compañeros Heart 2 Heart, quienes nos visitaron desde EEUU. Tuvimos la fortuna de recibir a: Beth Stubbs, Directora de RI, David R. Carroll, GE 6780; Robert S. Dansereau GD 6780, Stephen R. Hopper, PGD 6460, Dan O’Brien, GD 6460, Big Rich, PGD 6200, Ken Ota, MD L1, junto con Rosa M. Mar, Jill R. Jordan, James V. Holleman, James A. Shamblin, Rebecca C. Doyle y Michael Martin. Fue algo increíble, pues del Infantil nos arroparon el Dr. Adrián junto con el Dr. Víctor Olivar, Director Médico; CP Cipriano Solís, Director de Administración; CP Luis Márquez Subdirector de Recursos Financieros; junto con la Lic. Rubí Talamantes, CP Javier Sandoval, LC Sergio Flores, CP Rogelio Torres y la Dra. Berhta Romero, todos distinguidos miembros del Infantil. También nos acompañaron Naye y Fer de Fundación Cassava-Roots.
Todos en el Club estamos muy contentos por los resultados; pero, sabemos que esta no es una tarea terminada. Por eso, el compromiso de los socios en el Club Rotario Plateros Centro Histórico es continuar esta historia, como ya lo ratificó nuestro presidente electo, Mauro Jiménez Lazcano (quien generosamente además nos brinda este espacio), y así seguir ayudando a través de una nueva subvención, a los niños y sus familias. En la nueva aventura, sabemos que habrá nuevos retos; ¡pero también confiamos en que encontraremos nuevos cómplices! Si quieres convertirte tú en uno de ellos, ¡no dudes en buscarnos! (puedes contactarnos a través del correo flores.mendez.alejandro@gmail.com) Deseo que, el de la sonrisa en la próxima foto, ¡seas tú!