Atentado contra Trump: los aires electorales en Estados Unidos
Por Tesi Tafich Romo
Amedida en que nos acercamos al proceso electoral americano el cuál se llevará a cabo el próximo mes de noviembre de 2024, el escenario político de Estados Unidos se estremece ante nuestros ojos. Sobre todo, después de que el pasado 13 de julio, durante un mitin en Butler, Pensilvania, el expresidente Trump fue alcanzado por una bala que le rozó la oreja derecha. Este incidente ha movido los hilos significativamente en la campaña electoral, presentando a Trump y a sus seguidores como víctimas de una persecución, lo que ha fortalecido el apoyo del partido Republicano por su candidato.
El impacto se ha reflejado inmediatamente dentro de los mercados económicos, al aseverar que Trump tiene mayores probabilidades de ganar las elecciones a la presidencia de Estados Unidos. Empresas como Trump Media & Technology Group, así como las criptomonedas y las acciones de otras industrias se han beneficiado por este atentado el cual ha beneficiado a la supuesta victoria republicana.
Tras este incidente me parece importante dar un vistazo atrás para recordar cómo se ha construido la historia de Estados Unidos que está marcada por eventos similares. Podemos empezar con el ejemplo más conocido: el asesinato del presidente John F. Kennedy, en 1963 a manos de Lee Harvey mientras viajaba en una caravana con su esposa; también en 1975, cuando dos mujeres intentaron asesinar el presidente Gerald Ford en distintos atentados en California; lo mismo sucedió con Ronald Reagan en 1981 cuando fue herido por una bala al salir de una conferencia del Hotel Hilton en Washington en 1981.
Kennedy fue el cuarto presidente estadounidense asesinado, después de Abraham Lincoln, James Garfield y Willlian Mckinley. Estos hechos no solo son trágicos, sino que nos permiten conocer los contrastes ideológicos y los conflictos que se han presentado en cada época. Las tensiones políticas en Estados Unidos han tenido un impacto significativo en la historia del país dirigiendo su camino.
Como podemos observar sea cual sea el escenario, estamos ante un país que ahora mismo está tratando de definir su identidad y su rumbo, y estos actos violentos contra los líderes dejan una huella imborrable, donde más que defender una perspectiva n donde la democracia defienda sus valores, estos actos subrayan los desafíos y los retos que tiene una política tan polarizada.
Las problemáticas que ocasiona una polarización violenta llevan a un desgaste entre demócratas y republicanos, en donde ambos lados caen en discursos permeados por una retórica agresiva. Los ataques personales y la desinformación prevalecen dentro del panorama mediático, lo que ocasiona que se fragmenten las opiniones y creen desacuerdos entre la población. Temas como la migración, el desempleo, o la entrada ilegal de drogas como el fentanilo quedan eclipsados por estos espectáculos políticos.
Pero esto es solo el comienzo de un problema mayor. El atentado político como el que ocurrió contra el expresidente Trump fomenta el debilitamiento de la democracia, el aumento de la violencia política, la proliferación de noticias falsas. Solo por mencionar algunas de las problemáticas que son cubiertas por este tipo de veladuras, en donde la cortina de humo socaba la capacidad del país por resolver los desafíos más urgentes. Solo podemos esperar a que se tranquilicen las aguas y encontremos puntos para el diálogo que en este momento que son más necesarios que nunca.
El reciente atentado marcó un nuevo rumbo para las elecciones presidenciales de noviembre. Según un sondeo realizado días después del ataque en Pensilvania, si las votaciones se realizaran hoy, el expresidente Trump ganaría con un cerrado 43% de los votos, mientras que el actual presidente Biden se quedaría con un 41% de los resultados. Es importante mencionar que, en la encuesta anterior, ambos candidatos estaban empatados con un 40%.
Estos resultados en las encuestas no solo se deben al atentado del 13 de julio. También reflejan una pérdida de confianza entre los demócratas hacia Joe Biden, debido a su actuación en el último debate en el que participó, lo que termina por afectar su contienda electoral. Esto se debe a que casi dos tercios de los votantes y veinte legisladores de su partido han pedido que el actual presidente cese a su candidatura.
Estamos viendo cómo el partido demócrata se enfrenta a una crisis de confianza lo que termina por mermar su unidad y su fuerza. Mientras que, del otro lado de la moneda, el partido republicano, ya se encuentra festejando en torno a su candidato. Celebran su respaldo a Trump, quien poco a poco se está consolidando hacia la victoria. En este contraste los demócratas deben volver a armar una estrategia ante el debilitamiento político de Joe Biden.
Todo esto está sucediendo a tan solo cuatro meses de las elecciones. Sin embargo, en una entrevista para BET News, el candidato demócrata, afirmó que sólo consideraría abandonar su campaña por un grave problema de salud. Ante la pregunta realizada por el entrevistador, Biden respondió: “Si me surgiera alguna condición médica, si los médicos vinieran a decirme que tengo este o aquel problema” entonces solo así podría replantearse su participación para noviembre.
Lo que habrá que analizar es de qué manera, la ofensiva mediática, política y financiera que apenas comienza, puede afectar la salud del presidente. Por su parte, el conocido periódico Boston Globe, se unió a la postura de que el actual presidente debería retirarse. Mientras que un congresista, alzó la voz para pedirle que cediera su puesto. Así mismo, el pasado miércoles 10 de julio, The New York Times, realizó un sondeo por parte de la Universidad de Siena, que asegura que la distancia entre Trump y Joe Biden se ha duplicado de 3 a 6 puntos entre los posibles votantes. A pesar de las crecientes presiones, Joe Biden parece decidido a mantenerse en la contienda, confiando en poder derrotar nuevamente a Trump como ocurrió en el 2020.
Aun en contra de las insistencias de su partido: el actual presidente de los Estados Unidos de América, declaró el pasado miércoles que: “Catorce millones de demócratas como ustedes votaron por mí en las primarias. Ustedes me eligen como candidato, nadie más. Ni la prensa, ni los expertos, ni los donantes. Ustedes los votantes, deciden, nadie más, y yo no me voy a ir a ninguna parte. Me postulo y vamos a ganar.” Con este mensaje contundente en contra de sus detractores Biden cerró su discurso.
A pesar de las divisiones internas que se encuentran dentro del partido demócrata, varios gobernadores que han apoyado al presidente coinciden en que lo más importante es evitar que Donald Trump se alce con la victoria este próximo 5 de noviembre. La gran diferencia es que, durante las elecciones pasadas, en el 2020, para estas mismas fechas, Biden se encontraba con una ventaja cercana a los nueve puntos. Al final, ganó las elecciones con una diferencia de cinco puntos: 51.25% para Biden y 46.8% para Trump.
Mientras el Partido Demócrata piensa en un nuevo plan de acción en torno a su candidato, Trump está listo para cerrar la Convención Nacional Republicana de cuatro días en Milwaukee. Hay una gran expectativa en torno a su discurso. Se espera que esté enfocado en varios temas clave que hablen sobre la economía, la inflación, y la reducción del crimen.
La relevancia de esta convención es que Trump aceptará oficialmente la nominación como candidato presidencial. En estos momentos el Partido Republicano se encuentra más unido que nunca, todos los delegados están a la expectativa para demostrarle su apoyo a Trump. Este evento adquiere mayor relevancia al ser la primera vez que el candidato republicano hablará en público después del atentado en su contra. El expresidente se ha presentado durante el segmento estelar de la Convención para ser recibido por un gran número de seguidores quienes no han dudado en empatizar con él cubriéndose la oreja derecha.
Miriam Cano, miembro de la organización Latinos por Trump, ha dicho las siguientes palabras con respecto a lo que podríamos esperar del discurso: “Es un hombre valiente, es un hombre guerrero, pero lo vi también más humilde. Hay algo que te sucede cuando tocas muy cerquita a la muerte, que te cambia. Yo siento que ahora él va a ser una persona que va a atraer a más personas porque va a hablar con más humildad.” Por lo que se espera que el discurso vaya dirigido a la unidad, a estrechar lazos, a crear un ambiente de paz en Estados Unidos.
Ante este preámbulo solo podemos analizar que la percepción que se tenía del exmandatario ha cambiado, y que su capacidad para atraer al público y a los votantes ha aumentado. Este cambio podría influir considerablemente en las elecciones de noviembre, especialmente si su discurso se enfoca en crear una imagen positiva que fomente un ambiente más conciliador y menos polarizado en Estados Unidos. Solo queda esperar para ver cómo es percibida su personalidad después del atentado y si este evento puede ser un detonante que asegure su victoria para la presidencia.
Bibliografía
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/jesus-delosrios/2024/07/18/ahi-viene-el-trump/