Elecciones y Economía
Ante el inicio prácticamente de las campañas políticas para disputarse a nivel federal la Presidencia de la República así como 128 Senadores y 300 Diputados de Mayoría Relativa y 200 de Representación Proporcional; y a nivel estatal, siete gubernaturas (incluyendo el Jefe de Gobierno del Distrito Federal) además en quince estados se elegirán 347 Diputados de Mayoría Relativa y 232 de Representación Proporcional, en 887 ayuntamientos (incluyendo las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal).
El costo económico de la democracia representa para el país, el 0.52% del Presupuesto de Egresos de la Federación que se destina exclusivamente al Instituto Federal Electoral cantidad similar al destinado a la Procuraduría General de la República (0.52%).
Este árbitro, el IFE, es quién dicta entre otras funciones, las reglas y montos destinados a las campañas electorales federales, con sus representaciones estatales.
Ningún país en proceso de elecciones deja de tener ciertas circunstancias que hay que revisar.
Primero, hay un presupuesto de gasto por parte del país que se destina a las elecciones, mismo que impulsa a la economía, normalmente toda elección tiene un acelerador económico.
En esta etapa, todos los gobiernos usan más recursos para desarrollar actividades económicas, generar empleo y tener una buena imagen en el ambiente político, normalmente esto lo hace el partido en el poder, esta es una parte importante que constituye un efecto multiplicador.
Desafortunadamente, las elecciones se constituyen en un negocio para mucha gente, en muchos casos no transparente.
Segundo, las elecciones siempre son un elemento de interés de alternativa política, en términos de proponer ajustes o un cambio en la direccionalidad económica de un país;
eso hace que las ofertas políticas sean abundantes. Pero la gente se pregunta: ¿Van a usar recursos para darle mayor beneficio a la gente de mayor edad? ¿Van usar recursos para impulsar la infraestructura? ¿Van a usar en las campañas, ofertas para cambiar la estructura política en términos de energías? ¿Van a aumentar impuestos, las ofertas de los candidatos?
Las diversas propuestas crean expectativas en la población y generan en los inversionistas expectativas positivas de inversión.
No necesariamente todo lo que ofrecen se va a cumplir, ni lo que no dicen no se va a hacer, por ejemplo, muchas cosas que mencionó en su campaña hacia la presidencia el presidente Barack Obama no se han cumplido. En Brasil, en la misma situación, con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de orientación de izquierda, sorprendió a muchos al adoptar una política económica ortodoxa y fundamentalista.
El tercero, más importante, ¿Cuál es el ambiente de negocios y de actividad económica que se genera en términos concretos? Esto depende de la calidad del debate y propuestas concretas hacia el empleo, el control de la inflación y demás variables.
El cierre de gobierno al final del proceso electoral es un elemento fundamental en el desarrollo económico de un país; se logra por medio de un equipo de enlace para la transición o entrega ordenada del poder, mismo que se observó durante la transición del presidente Ernesto Zedillo hacia el presidente Vicente Fox, misma que fue llamada “de terciopelo” por su nivel de civilidad.
No obstante, lo más importante es ¿cuál va a ser la decisión de los ciudadanos en su momento del voto?
Independientemente de las personalidades y ofertas de los partidos políticos, hay una inercia legal y económica que está relacionada con el Gobierno Federal; a este Poder Ejecutivo y al próximo Congreso le toca proponer y autorizar, respectivamente el presupuesto federal para el 2013, que va a dar continuidad a la administración pública, sea quien sea el presidente y la formación del Congreso.
Pero los cambios que necesita el País son de fondo, necesarios desde ahora. Cómo va a ser la distribución de la Federalización de las participaciones y recursos. Estas decisiones son de ahora, no debe esperarse al nuevo Congreso.
El comenzar a ejercer el presupuesto en los primeros tres meses, siempre es muy complicado; pero se descarta que haya un cambio de rumbo económico.
El 2013 es un año de los más difíciles para México porque tiene un marco mundial muy agresivo y un marco interno de arranque muy recesivo.
Por Julio A. Millán B., Presidente de Consultores Internacionales S.C.