“Están ustedes ciegos a lo que ocurre en México”; Lebarón
EL C. JULIAN LEBARON: Mi nombre es Julián Lebarón, soy de Galeana, Chihuahua. El siete de julio del 2009 fueron asesinados mis hermanos, pero he visto a través de dos años como es que todos los casos, que he visto o conocido están en la impunidad. Mi mensaje de hoy va dirigido a toda la nación, a los 112 millones de habitantes que han presenciado y soportado el extremo del dolor, la deshumanización y la violencia que habitan hoy en México.
Ustedes, los legisladores que presumen ser nuestros representantes, se han mostrado ciegos a la muerte que los rodea, y sordos a los gritos desesperados de indefensión que ahogan nuestros sueños en el desprecio de un mundo negro.
Yo los invito a que a partir de hoy, con sus acciones, ayuden a impedir que nuestro legado histórico quede sofocado, que se ahogue el águila en nuestra propia sangre.
Ustedes no pueden ser labradores de leyes que permitan la atrocidad impune de decenas de miles de mexicanos, asesinados, desaparecidos, torturados, secuestrados y humillados, ni ayer, ni hoy, ni mañana, nunca.
Mexicanas y mexicanos es tiempo de dejar de ser víctimas, de dejar de pedir soluciones a interlocutores que han probado su indiferencia e incapacidad, y hacernos cargo nosotros mismos de nuestro destino. Es tiempo de aceptar esa responsabilidad.
Por ello es necesario que ustedes –si es que son nuestros representantes– también participen en este movimiento por la paz.
Mexicanas y mexicanos, ciudadanos de este país y de este mundo, apelo a sus conciencias.
Es momento de reconocer que también nosotros, todos los habitantes que conformamos este país somos responsables de este holocausto, no sólo los criminales y los políticos.
Cada peso que pagamos de impuestos, es un voto de aprobación para que continúe nuestra desgracia.
Reflexionemos, entonces, cómo es que al quedarnos callados y consentir que las cosas sigan tal como están, mostramos conformidad con la burla, la habilaza, la deshonra y la esclavitud.
Ustedes que son llamados Diputados y Senadores, que dicen ser nuestros representantes, pero no lo son todavía, es tiempo que se muestren ciudadanos.
No es tiempo de escribir letras muertas, que parecen instrumento de burla, es tiempo de salir a las calles y manifestar en lo propio y la consternación ante la violencia que nos tiene de rodillas; es tiempo de gritar la verdad hasta que haga retumbar el peso de todo México.
Ciudadanos:
La guerra no traerá la paz, las drogas y las armas no son el problema, el problema somos nosotros que hasta ahora no hemos sido capaces de indignarnos y unirnos, ni siquiera para nombrar a nuestros muertos.
Ni el Presidente, ni los Diputados y Senadores nos van a traer paz. La paz será posible cuando reconozcamos todos que nuestro presente es la consecuencia de cada una de nuestras acciones, y que sólo a través de la participación colectiva podremos cambiar a México.
Yo ando con poetas, porque ellos saben que las palabras valen, que las palabras cuentan, y que un hombre sin palabra, es un hombre sin dignidad. Yo les pido que midan sus palabras y las honren.
Termino citando a Pablo Neruda, en memoria de mis hermanos y de todos nuestros muertos, incluyendo a los migrantes: “He de llamar aquí, como si aquí estuvieran. Hermanos, sabed que nuestra lucha continuará aquí en la tierra”.
Muchas gracias.