Diálogo fallido
A semanas del diálogo de Chapultepec del 23 de junio entre Javier Sicilia y Felipe Calderón, el diálogo entre la sociedad civil y Los Pinos se evalúa fallido, por la falta de resultados y de conclusiones convincentes para los mexicanos.
Algunos piensan que solamente fue una farsa y que se habló ahí con valores entendidos; yo en lo particular, no lo pienso así pero sí creo que el poeta Sicilia perdió su solidez y decisión; perdió la oportunidad de convertirse, efectivamente, en el vocero de la sociedad civil mexicana.
Tal vez sea que, en efecto, Javier Sicilia no es un político y no busca obtener ventajas materiales o políticas; yo no dudo de su sinceridad, después de haber perdido tan dramáticamente un hijo.
Su discurso escrito era perfecto: le exigió a Calderón pedir perdón por las víctimas “de esa guerra atroz” que se desató en México; el reclamo por los 40 mil muertos y miles de desaparecidos era correcto, al igual que cuando preguntó si a Calderón le parecían los presentes algo parecido a daños colaterales; sin embargo, después el poeta se desdibujo: pidió permiso para fumarse un cigarro y luego pidió dinero para un monumento a las víctimas.
La cita para dentro de tres meses, fue una solicitud suplicante, y quien sabe si ésta llegue a realizarse; para muchos de nosotros, el público, queda un sabor de frustración, un presentimiento de que no se llegará a nada, como ya lo había advertido desde el principio el propio poeta Sicilia.
No queda más que esperar a que de éste encuentro llegara a surgir alguna cosa positiva para el país, pero el tiempo se acaba para la presente Administración, que ya empieza a preparar su salida, y eso hará más difícil el cambio en la actitud y en las políticas de seguridad que se reclaman por la sociedad civil que encabeza el poeta Sicilia.
Lic. Mauro Jiménez Lazcano, Director General de Macroeconomía