Modelos económicos del México moderno y actual
El movimiento pendular político, administrativo y económico del Siglo XX y del Siglo XXI
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de la Revista Macroeconomía
La evolución de la economía mexicana, a partir del régimen del Presidente General Lázaro Cárdenas del Río se ha caracterizado por lo que estudiosos politólogos llaman la Ley del Péndulo (Arthur Schlesinger Sr.; Harvard University): el General Lázaro Cárdenas estableció un gobierno de izquierda que puso en práctica la Reforma Agraria, la Expropiación Petrolera, la educación socialista y un Plan Sexenal; fue un gobierno centralizador en lo fiscal y lo económico; sus relaciones con el sector privado fueron conflictivas, especialmente con los grupos empresariales de Monterrey que amenazaron con un “lock-out”, paralización y cierre de las empresas, que lo hizo viajar en tren a Monterrey y ahí, en el Palacio de Gobierno, a advertir a los hombres de negocios que de persistir en su actitud de desobediencia a las leyes, entregaría sus empresas a los trabajadores.
El Congreso de la Unión modificó la Constitución para aumentar el mandato presidencial del General Lázaro Cárdenas, de 4 a 6 años, del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940; durante este periodo, en el año de 1939, surgió el Partido (de) Acción Nacional, como un frente opositor al gobierno; por su lado, el Presidente Lázaro Cárdenas hizo las gestiones para cambiar el nombre al partido en el poder de Partido Nacional Revolucionario (PNR), 1929-1938, que había fundado el Presidente Plutarco Elías Calles, de corte nacionalista; al de Partido de la Revolución Mexicana (PRM), 1938-1946, de corte socialista.
La Reforma Agraria puesta en práctica por el Presidente Lázaro Cárdenas tuvo el efecto, al repartir las tierras a los campesinos, de incorporarlos al mercado; fue una liberación de la mano de obra con efectos parecidos a los que medio siglo antes tuvo la liberación de los esclavos en los Estados Unidos, por Abraham Lincoln; millones de mexicanos campesinos tuvieron ingresos propios y libre movilidad económica; se incorporaron millones de hectáreas a las producción (Ingeniero Manuel Mesa Andraca, Profesor de Economia Agrícola de la UNAM, 1893 – 1985).
La sucesión presidencial del General Cárdenas resultó muy complicada, porque se produjo también en medio de los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, y el Presidente Cárdenas se inclinó para dejar como sucesor a otro General, Manuel Ávila Camacho (1 de diciembre de 1940 al 30 de noviembre de 1946), reconocido como de corte derechista; religioso y que realizó un gobierno de estabilización económica con los empresarios; al General Ávila Camacho le tocó declarar la guerra a las Potencias del Eje (22 de mayo de 1942), Alemania, Italia y Japón.
Aquí es donde México inicia la construcción de un nuevo modelo económico, basado en la industrialización necesaria para lograr el “crecimiento hacia adentro”, ya que las importaciones de bienes y servicios se redujeron a causa de la Segunda Guerra Mundial, y el país se vio obligado a producir su propio acero, vidrio, y todo tipo de bienes de consumo, ya que la economía de los Estados Unidos se distrajo en la producción para la guerra, el abastecimiento a sus ejércitos y a las necesidades propias de su país.
En esa forma aumentó la producción agrícola y ganadera tanto para la exportación a fin de satisfacer la demanda de los Estados Unidos en guerra, como a la propia demanda interna, ya que las importaciones, como digo, se redujeron bruscamente.
Las reservas monetarias del Banco de México empezaron a crecer en forma notable, ya que la balanza comercial y de pagos resultaban muy favorables para la economía mexicana.
Es en este gobierno donde con motivo de la Segunda Guerra Mundial que México declaró a las Potencias del Eje, cuando se establecen convenios secretos para la producción de drogas heroicas exportables a los Estados Unidos para suministrar a los heridos de la guerra y a la industria farmacéutica norteamericana.
EL MODELO DE
ECONOMIA MIXTA
Podría decirse que desde los primeros tiempos de los gobiernos de la Revolución Mexicana, con el Presidente Plutarco Elías Calles, se inició un modelo que se fue conformando como ECONOMIA MIXTA; queriendo decir una participación tanto del sector público como del sector privado; así, con el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles se creó el Banco de México, S.A., fundado el 1 de septiembre de 1925, integrado por capital privado y capital público, para establecer una primera guía sobre el sistema bancario nacional; y después, la Nacional Financiera, S.A., ya bajo la Presidencia del General Abelardo L. Rodríguez, el 24 de abril de 1934; y el Banco Nacional de Comercio Exterior, bajo la Presidencia del General Lázaro Cárdenas del Río, el 8 de junio de 1937; la Comisión Federal de Electricidad, 14 de agosto de 1937, con el mismo gobierno cardenista; Petróleos Mexicanos, 7 de junio de 1938; y de la misma manera se fueron estableciendo otras instituciones mixtas y de apoyo financiero y de seguridad social como el Instituto Mexicano del Seguro Social, 19 de enero de 1943, en la Presidencia del General Manuel Ávila Camacho; y vino una serie numerosa de instituciones como el Infonavit, 21 de abril de 1972, ya en la Presidencia de Luis Echeverría Álvarez; y de esa manera se estableció un andamiaje muy amplio y poderoso del sector público, con el sector privado, para impulsar el desarrollo económico nacional.
En este lapso se fundaron las grandes agrupaciones empresariales como la Concamin, 1918, la Canacintra, 1941, la Concanaco, 1917, la Coparmex, 26 de septiembre de 1929; el Consejo Coordinador Empresarial, 1976, la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) se fundó en 1959; y multitud de organizaciones empresariales estatales y regionales.
El modelo de economía mixta consistía en una forma de asociación y colaboración entre el Estado mexicano y el sector privado, en que coexistían empresas públicas como la CEIMSA, 1950, la Compañía Exportadora e Importadora Mexicana, S.A. asumió las funciones de elaboración, distribución y venta de leche importada que se reconstituía en el país, asegurando que ésta fuera de buena calidad y a precios accesibles para la población de escasos recursos, que derivo en Conasupo, la Compañía Nacional de Subsistencias Populares fue una empresa paraestatal mexicana que se dedicó a acciones relacionadas con el sistema de abasto. Fue creada en 1961 con el fin de garantizar la compra y regulación de precios en productos de la canasta básica, particularmente el maíz, fundada en 1962; los Ferrocarriles Nacionales (Ferrocarriles Nacionales de México fue un organismo público descentralizado de México, creado por Porfirio Díaz el 29 de febrero de 1908), el Banco Nacional Agrario, destinado a refaccionar a los ejidatarios y comuneros; el Banco Nacional Agrícola, destinado a refaccionar a los agricultores y pequeños propietarios; el Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (el 15 de Julio de 1947 inició operaciones, bajo la figura jurídica de una Sociedad Anónima de Capital Variable), y las empresas privadas, y en el que a través de diversos mecanismos se fijaban precios que favorecían el crecimiento de las empresas privadas mediante subsidios en las tarifas de energía eléctrica, de transportación ferroviaria; de los precios de los combustibles, del maíz y de otros insumos para la producción industrial y producción y distribución de alimentos como las tortillas.
Este modelo de economía mixta fue seguido por todos los gobiernos desde el General Calles hasta la fecha, en que subsiste, con diversas variantes; así, por ejemplo, en los tiempos de los Presidentes Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, la participación en el Producto Interno Bruto de las empresas públicas era superior a la de las empresas privadas; posteriormente, la proporción fue cambiando, hasta llegar al momento actual, en que, la proporción del sector público en el PIB es relativamente menor, aunque haya una tendencia a aumentar la proporción de la participación del sector público en el PIB.
MODELOS ECONOMICOS Y RELACIONES INTERNACIONALES
Los modelos económicos establecidos en México han ido evolucionando con base en las relaciones productivas nacionales, y también de acuerdo a las necesidades y relaciones internacionales; en el inicio de la postguerra, concretamente, la nueva situación económica mundial influyó de una manera muy poderosa en el desarrollo económico mexicano.
Desde que México declaró la Guerra a las Potencias del Eje, se establecieron legislaciones como los artículos 145 y 145 bis del Código Penal, que establecieron lo que se llamó el “delito de disolución social”, para limitar las huelgas y cualesquiera otros movimientos sociales, para no interferir en la producción y la paz social mexicana en tiempos de guerra.
Este delito, de “disolución social”, estuvo vigente hasta finales del año de 1969, en que fue derogado, un año después del Movimiento Estudiantil de 1968, que exigió su derogación, entre otras cosas.
Durante el período de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos requerían de abastecimientos agrícolas tanto alimentarios como para la producción industrial, por ejemplo de telas para uniformes militares y vestido de la población en general; de tal suerte que la producción algodonera mexicana creció fuertemente y esa actividad se convirtió en una gran fuente de riqueza para la nación; lo mismo la producción de caucho y hule; la producción de maderas para la construcción y mueblería; lo mismo ocurrió con la industria minera, cuya producción creció en forma geométrica, el hierro, carbón, zinc, azufre; sal, para la industria química; azufre; y una enorme cantidad de otros artículos agrícolas, mineros, y también los servicios; surgió el Programa Bracero para enviar a miles de mexicanos a los campos agrícolas de Estados Unidos que habían quedado desiertos por el reclutamiento militar, que llevó a los jóvenes norteamericanos a los campos de guerra en Europa, y a la industria militar de ese país.
Al mismo tiempo, y por las mismas razones, las importaciones que hacía nuestro país de artículos para el hogar, de consumo, de artículos industriales de vidrio y acero, de plástico, de llantas para automóvil, de ropa y numerosos productos, obligaron a la rápida industrialización de nuestro país, surgiendo de esa manera la industria del hierro y del acero de México, la industria del vidrio, concentradas particularmente en Monterrey; nació Altos Hornos de México y Vidriera Monterrey; vino la necesidad de satisfacer el mercado interno de estufas, de licuadoras, cuchillería y todos los artefactos para la cocina y el comedor, surgiendo las grandes industrias de productos para nuestro hogar en nuestro país, incluidos también artículos como radios y televisores. La industria del calzado tuvo un auge sin precedente, en León, Guanajuato y sus cercanías.
El Producto Interno Bruto mexicano (PIB) creció de una forma notable y ante la disminución de importaciones de bienes y servicios y el crecimiento enorme de exportaciones de todo tipo, crecieron en forma rápida las Reservas Monetarias del Banco de México, al que contribuyeron también en forma notable las remesas de los braceros que empezaron a llegar en dólares, y de ahí hasta la fecha; creándose al mismo tiempo un nuevo fenómeno social ya que numerosos mexicanos trabajadores empezaron a quedarse y a radicar en los Estados Unidos, atrayendo a sus familias desde México o formando nuevas familias allá hasta llegar a lo que es hoy una población de 40 millones de mexicanos que viven en los Estados Unidos, 11 millones de los cuales son indocumentados y el resto ya son residentes en ese país con todos los derechos, incluso el de votar; estos mexicanos envían hoy día a nuestro país un promedio de 45 mil millones de dólares anuales, calculados para este año de 2021, a razón de mil dólares por persona; cosa que no es mérito de ningún gobierno, sino al contrario, ya que la migración mexicana se produjo entre otras cosas, por falta de oportunidades de empleo en el país, como es hasta la fecha.
SE ESTRECHAN LAS RELACIONES ECONOMICAS MEXICO-ESTADOS UNIDOS HASTA LLEGAR AL TLCAN
Y EL T-MEC
A partir de la Segunda Guerra Mundial, en que México se volvió aliado militar de los Estados Unidos, se estrecharon muy fuertemente las relaciones económicas entre México y ese país, hasta establecerse, el 1 de enero de 1994 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, incluyendo a Canadá y el 30 de noviembre de 2018, cambiándole el nombre y haciéndole otras modificaciones reglamentarias, continuo con el nombre de Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Terminando la Segunda Guerra Mundial, el 2 de septiembre de 1945, volvió a cambiar la situación económica mundial y con ella el modelo mexicano de crecimiento económico: las importaciones de bienes y servicios comenzaron a crecer muy fuertemente y se vino la era de los Cadillac’s y los Packard’s; los materiales de construcción y mármol de Carrara; nuevos fraccionamientos en la capital de la República, como las Lomas de Chapultepec y Polanco, y desarrollos de lujo en otras grandes ciudades del país; las reservas monetarias bajaron bruscamente y a finales de los años 40´s (22 de julio de 1948), en el régimen del Presidente Miguel Alemán, ocurrió una devaluación monetaria y otra más en 1954 (17 de abril de 1954) ya en el gobierno del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, para pasar al tipo de cambio de 12.50.
Se produjeron nuevos reacomodos económicos en la Conferencia de Chapultepec, convocada por nuestro país, (México 1 de febrero al 8 de marzo de 1945), para fijar los nuevos términos de comercio entre México y los Estados Unidos; nuestro país se negó a entrar al GATT, Acuerdo General de Aranceles y Comercio el 30 de octubre de 1947; se iniciaba un nuevo modelo de desarrollo económico mundial, con base en las nuevas relaciones económicas internacionales, que a través del GATT procuraban eliminar los aranceles y barreras al comercio internacional, lo que en ese momento perjudicaría mucho a nuestro país, por lo cual se decidió no entrar en ese acuerdo; no obstante, las relaciones con Estados Unidos se mantuvieron muy estrechas proporcionando materias primas, abastecimientos y braceros a la economía norteamericana que entraba a nuevo conflicto bélico: la Guerra de Corea (25 de junio de 1950 al 27 de julio de 1953); las exportaciones mexicanas de algodón, productos agrícolas, minerales y productos industriales, mantenían los niveles económicos y el crecimiento del Producto Interno Bruto; pero la dependencia de la economía mexicana respecto de la economía norteamericana se hizo cada vez más evidente; los embajadores de México en Estados Unidos eran personajes notables y muy escuchados por los presidentes, como Antonio Carrillo Flores y otros; y los embajadores de Estados Unidos en México también eran personajes que ejercían gran poder e influencia en la vida mexicana, como Robert C. Hill y otros.
Podemos decir que a partir de la Segunda Guerra Mundial y la postguerra, el modelo de crecimiento mexicano estuvo condicionado en gran parte y con mucha fuerza por el modelo de desarrollo económico de los Estados Unidos, y en general, de la economía internacional occidental.
El crecimiento del PIB mexicano estaba ligado muy fuertemente a las exportaciones agrícolas, minerales, industriales, pesqueras; y a las importaciones provenientes de los Estados Unidos de América.
En general, el comercio mexicano internacional dependía en un promedio de 80%, desde 1941, que entró el país a la Segunda Guerra Mundial, hasta la fecha, en que el TLCAN y su heredero el T-MEC son factores definitivos y definitorios en la economía nacional. Así por ejemplo, el comercio anual entre México y Estados Unidos es hoy día equivalente a 600 mil millones de dólares anuales, más de un millón de dólares por minuto; mientras que, con China es de 100 mil millones de dólares y con Europa y Japón se ha reducido relativamente el comercio.
Desde el inicio del periodo de la postguerra, a partir de 1945, el país se vio obligado a trazar lo que se denominó un “Modelo de Crecimiento Hacia Adentro”, que trataba de limitar al máximo las importaciones y mantener, desde luego, un buen nivel de exportaciones y servicios al exterior, incluyendo el turismo, que poco a poco se fue convirtiendo en una industria altamente productora de divisas; hasta la fecha de hoy, en que constituye un importante factor económico para el desarrollo y captación de divisas para el país, que hoy se comparan con lo recibido por las exportaciones del petróleo; la industria turística se empezó a denominar a partir del periodo del Presidente Miguel Alemán Valdés, “la Industria sin Chimeneas”, aludiendo a que, por supuesto, no era contaminante.
La industria turística se desarrolló velozmente; era “la industria sin chimeneas, pero con ‘Plumas’”, porque ese era el apodo del Director del Departamento de Turismo de entonces, Alfonso García González; hoy esa industria, tiene un potencial enorme en el país, tanto en las ciudades de la frontera, como en las costas y el centro del país; toda la nación mexicana tiene un atractivo turístico completo: histórico, geográfico, culinario, y nuestro país ya es uno de los más visitados en el mundo; así por ejemplo, antes de la pandemia, estaban llegando a México más de 60 millones de turistas al año; y en la frontera, los cruces en ambos sentidos eran de más de un millón de personas al día; los gobiernos a partir de esa fecha desarrollaron grandes complejos turísticos como Acapulco (Miguel Alemán), Cancún e Ixtapa Zihuatanejo, Puerto Vallarta (Luis Echeverría Álvarez); Los Cabos (José López Portillo); Bahías de Huatulco (Miguel de la Madrid Hurtado), Autopista del Sol y Rivera Maya (Carlos Salinas de Gortari).
En el Modelo de Crecimiento Hacia Adentro, a partir de Miguel Alemán Valdés, se produjo una industrialización acelerada del país, en todos los aspectos: hierro, acero, vidrio, minería, industria hulera, industria productora de bienes de consumo para el hogar; industria farmacéutica; industria química y se fueron aprovechando las facilidades y recursos existentes.
En el Modelo de Crecimiento Hacia Adentro, el Estado optó por subsidiar el desarrollo industrial a través de las tarifas bajas del transporte ferroviario, del suministro eléctrico y para la industria y el consumo del hogar; se desarrollaron las grandes presas hidroeléctricas de Chicoasén, Malpaso, La Angostura (Luis Echeverría Álvarez), Peñitas (José López Portillo), el Infiernillo (Adolfo López Mateos), la Villita (Díaz Ordaz), las plantas geotérmicas en Baja California (Luis Echeverría Álvarez); las plantas de ciclo combinado y se construyó e instaló, la planta nuclear de Laguna Verde, Veracruz (Luis Echeverría Álvarez-José López Portillo).
La industria eléctrica mexicana, a través de la Comisión Federal de Electricidad creció enormemente para satisfacer la demanda interna planteada tanto por el crecimiento industrial como por el crecimiento de las ciudades y poblaciones grandes, medianas y pequeñas, incluyendo también programas para electrificación del campo; fue un desarrollo de la producción eléctrica nacional exponencial que en determinados momentos nos ha permitido exportar electricidad a California, Estados Unidos y a Guatemala.
La electrificación de las ciudades y del campo impulsó el crecimiento del PIB y la industrialización del país, de tal suerte que a finales de los años de los 50’s y principios de los 60’s se llegó a hablar de “el milagro mexicano”, como dijo en su visita a México (1962) el Ministro de Economía alemán de entonces, señor Ludwig Erhard, quien a continuación fue Primer Ministro de ese gran país, que había experimentado también un gran crecimiento económico llamado “el Milagro Alemán” (fue un político alemán, canciller federal entre 1963 y 1966. Democristiano con tendencias liberales, se le considera el padre del milagro económico alemán de posguerra).
Bajo el régimen del Presidente Adolfo Ruiz Cortines se produjo una desaceleración del crecimiento económico debido al fin de la Guerra de Corea, que redujo el nivel de exportaciones mexicanas; hubo un buen desarrollo de la agricultura del norte del país y de construcción de infraestructuras sobre el Río Bravo; se desarrollaron obras hidráulicas agrícolas en el norte del país; también se dio un gran impulso al desarrollo económico marítimo.
MODELO DEL “DESARROLLO ESTABILIZADOR”
Entrando el gobierno del Presidente Adolfo López Mateos se inició un periodo de política económica denominado Desarrollo Estabilizador, que se prolongó durante dos sexenios, hasta el final del gobierno Gustavo Díaz Ordaz; fue un periodo de desarrollo de la industria y del campo, con la participación de capital extranjero y aliento a las inversiones extranjeras en México; de relativo control de la inflación; el autor de este modelo fue el Secretario de Hacienda, licenciado Antonio Ortiz Mena quien ejerció durante los 6 años del Presidente Adolfo López Mateos y los 6 años del Presidente Gustavo Díaz Ordaz; en total 12 años en el puesto encargado de elaborar las políticas económicas y monetarias, que le dieron estabilidad al país.
En este lapso del Desarrollo Estabilizador se realizaron inversiones en infraestructura y obras públicas basadas esencialmente en el crédito exterior, en el que participó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, así como el llamado EximBank (The Export-Import Bank of the United States es la agencia de créditos para exportaciones de los Estados Unidos. Su misión es apoyar con financiamiento las exportaciones de productos y servicios estadounidenses hacia mercados internacionales).
DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA TURISTICA, ECONOMICA Y SURGIMIENTO DEL BOOM PETROLERO: “MODELO DEL CRECIMIENTO HACIA AFUERA”
Con el gobierno del Presidente Luis Echeverría Álvarez se configura el “Modelo del Crecimiento hacia Afuera”, toda vez que el modelo del “Crecimiento hacia Adentro”, se había agotado.
El Presidente Echeverría abrió la política económica hacia el exterior, con Europa, los países árabes, África, China y Japón y fortaleció las relaciones económicas con Estados Unidos y Canadá.
Se firmaron convenios y tratados de colaboración y de inversiones y comercio equitativo, lográndose la firma en la ONU, por 170 países de la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados.
Por medio de la diplomacia y la acción internacional México logró el establecimiento y reconocimiento del “Mar Patrimonial de 200 millas”, con lo cual se duplicó el espacio soberano del país, con las riquezas contenidas en el Mar Patrimonial y los fondos marinos, contenedores de grandes recursos petroleros; se inició el “Boom Petrolero Mexicano” que ha perdurado por más de 50 años y que ha servido para el sostenimiento y crecimiento del PIB bajo las diversas administraciones provenientes de distintos partidos e ideologías.
Sobre la base de la vigencia del Mar Patrimonial de 200 millas, la producción petrolera nacional, por medio de la modernización de Pemex y el Instituto Mexicano del Petróleo, bajo la dirección del gran técnico petrolero ingeniero Antonio Dovalí Jaime, empezó a crecer en forma acelerada; fue el momento en que por primera vez Pemex realizó exploraciones y extracciones profundas en la plataforma continental, a más de 4 mil metros; el gobierno siguiente, del Presidente José López Portillo, siendo el director de Pemex el ingeniero Jorge Díaz Serrano, desarrolló grandes yacimientos, entre ellos uno gigantesco que llevó el nombre del pescador que descubrió el chapopote frotando en el mar, el Pozo Cantarell, considerado en su momento el segundo en riqueza después de alguno localizado en Kuwait; ese pozo Cantarell proporcionó una gran riqueza a la nación mexicana que, junto con otras explotaciones nuevas y gigantescas en el país, llevaron al Presidente José López Portillo a exclamar: “¡debemos aprender a administrar la abundancia!”.
Sobre la base de la riqueza petrolera, en tiempos del Presidente Vicente Fox México llegó a extraer cerca de 5 millones de barriles diarios, al precio internacional promedio de 100 dólares por barril; la abundancia petrolera llevó al país a un crecimiento económico sin precedente; se expandieron las ciudades y nacieron nuevas urbes; obras de infraestructura, puertos, aeropuertos, y se expandió el comercio internacional mexicano; se crearon nuevas regiones turísticas como la Rivera Maya, Los Cabos, Baja California y el PIB por persona pasó de 600 dólares anuales en tiempos del Presidente Adolfo López Mateos a 8,500 dólares de promedio en estos años.
EL TLCAN Y EL T-MEC, FACTORES DE DESARROLLO ECONOMICO NACIONAL: “MODELO DE CRECIMIENTO TLCAN-T-MEC”
De 1994 a la fecha, el país vive en un “modelo de crecimiento TLCAN-T-MEC”, con las ventajas y desventajas que ha desarrollado desde su inicio.
“El efecto TLCAN” fue definitivamente destructor de grandes estructuras de producción industrial y del campo mexicano y aceleró el fenómeno de la migración de campesinos, obreros de fábricas y talleres y pequeñas empresas, y de personal desocupado, hacia los Estados Unidos; a partir de 1994 la migración de los trabajadores mexicanos al norte se multiplicó geométricamente, llegando a más de 500 mil personas al año, en tiempos del Presidente Vicente Fox.
A partir del primero de enero de 1994 el país inició un desarrollo económico basado en el “Modelo TLCAN”, que es el que se sigue hasta la fecha, con la aclaración de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte fue sustituido por el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, T-MEC, que es la continuación del anterior solamente con un grado de avance y mejoría en ciertos capítulos de la economía de los tres países, enfocados, sobre todo, a los aspectos laborales y de derechos humanos.
ORIGENES DEL TLCAN
Y DEL T-MEC
En los círculos diplomáticos y políticos de los Estados Unidos y de México empezó a circular la idea de la unión económica de México-Estados Unidos y Canadá hacia finales del gobierno del Presidente José López Portillo, y ante el surgimiento de la gran riqueza petrolera mexicana; ya durante el gobierno del Presidente Miguel De la Madrid Hurtado esta idea de una unión económica se fue perfeccionando, teniendo como modelo la Unión Aduanera Europea y después el Mercado Común de Europa; todo con base en las nuevas realidades económicas internacionales, que exigían a los Estados Unidos una mayor productividad y una producción más abundante y barata de bienes y servicios; además, estaba surgiendo China como la nueva potencia económica para convertirse en “La Fábrica del Mundo”.
La unión económica latinoamericana que se había planteado décadas antes, durante el gobierno del Presidente Adolfo López Mateos y se había fortalecido en el régimen del gobierno del Presidente Luis Echeverría Álvarez en que se formó la ALALC, Alianza Latinoamericana de Libre Comercio, que incluía también un capítulo relativo al Caribe; no rindió los frutos deseados, por el hecho de la similitud entre las economías latinoamericanas cuyas estructuras y producción eran muy semejantes, de tal suerte que competían entre ellas en materia de productos agrícolas, minerales, pesqueros y otros.
En el gobierno de el Presidente Miguel De la Madrid Hurtado se trazó el objetivo de entrar al GATT, Acuerdo General de Aranceles y Comercio, lo cual produjo una seria discusión al interior de los factores de la producción nacional, lo cual fue resuelto tiempo después, al final del gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari, que concretó la creación, junto con Estados Unidos y Canadá del TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El primero de enero de 1994 se proclamó el inicio del TLCAN, que provocó la protesta de grupos campesinos representados por el Subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que se levantó en armas, en Chiapas, contra ese proyecto económico, político y diplomático.
CAUSAS, OBJETIVOS
Y METAS DEL TLCAN
Lo que se buscaba con la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte era aprovechar la abundante fuerza de trabajo mexicana y los recursos naturales agrícolas y mineros, especialmente petróleo y los recursos marinos de México; el capital, la industria, la tecnología y la ciencia de los Estados Unidos y los gigantescos recursos naturales de Canadá, junto con su población altamente educada y productiva: se creaba así una región de potencia económica suficientemente competitiva respecto del Mercado Común Europeo y la región de China continental; y así ocurrió.
Del periodo del crecimiento industrial hacia adentro del Presidente Miguel Alemán Valdés, que fue fulgurante a causa de las condiciones que había creado la Segunda Guerra Mundial se pasó a la austeridad del régimen del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, que se vio obligado a una segunda devaluación del peso mexicano después de la que había realizado el Presidente Miguel Alemán Valdés.
Fue en el régimen de Miguel Alemán Valdés cuando se construyó e inauguró la Ciudad Universitaria de México, el 20 de noviembre de 1952, que fue objeto de admiración mundial por su concepción, funcionalidad y belleza; miles de turistas del extranjero tanto de Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá pasaron a visitarla y conocerla, siendo una muestra del avance y desarrollo del país.
A continuación, el nuevo gobierno del Presidente Adolfo López Mateos reinició un periodo de crecimiento económico manteniendo el modelo del “Desarrollo Estabilizador”, bajo la dirección del Secretario de Hacienda Antonio Ortiz Mena que continuó en el gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz; fue un periodo de crecimiento del PIB “Estabilizado”, manejando las palancas de los recursos presupuestales, de la inversión extranjera y de los créditos internacionales con los que se realizaron gigantescas obras públicas en materia hidráulica y de producción eléctrica; gigantescas represas como el infiernillo; la presa de la “Amistad”, en la frontera norte, para desarrollar la agricultura de toda esa región y la construcción de canales y sistemas de riesgo en el norte del país.
En tiempos del Presidente Adolfo López Mateos se realizó una marcha al sureste, para poblar y hacer producir a La Chontalpa (Es una de las cinco subregiones productivas en las que se divide el estado mexicano de Tabasco, su nombre deriva del grupo étnico chontal de Tabasco, debido a que este se asienta en el área), que era una región pantanosa y con población venida de varias partes del país, se pobló y se desarrolló, bajo la dirección del Profesor Roberto Barrios, Jefe del Departamento Agrario del Gabinete del Presidente Adolfo López Mateos.
Don Adolfo López Mateos desarrolló un amplio programa de relaciones con el exterior, en que visitó Europa, Japón y el Sureste Asiático, en busca de tecnología e inversiones extranjeras, lo cual logró, especialmente con Japón y Alemania, que lanzaron programas importantes de inversiones y desarrollo automotriz y tecnológico.
El Modelo del Crecimiento hacia Adentro se fue agotando hasta que fue necesario un replanteamiento en las políticas económicas, para aumentar las relaciones comerciales y de inversión con el extranjero; el Presidente Luis Echeverría Álvarez inició un programa de ampliación de relaciones diplomáticas y económicas con América del Norte, América del Sur y el Caribe, Europa, África, los países árabes, Japón y China, logrando el establecimiento de relaciones diplomáticas, políticas y económicas con la República Popular China presidida por Mao Tse-tung y siendo Primer Ministro de esa gran país el señor Chou Enlai.
Se dio un gran impulso a los programas de educación secundaria y tecnológica y universitaria: se crearon la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y la Universidad Autónoma de México (UAM), el Colegio de Bachilleres y se aumentaron los presupuestos de todas las universidades y tecnológicos del país.
Los grandes descubrimientos petroleros dieron paso a un boom económico en el siguiente gobierno del Presidente José López Portillo.
Con el Presidente Miguel De la Madrid Hurtado vino un periodo de crecimiento relativamente lento y se dieron pasos para integrarnos de una manera más amplia al comercio internacional; en el gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari se dio impulso a importantes obras públicas como la super carretera del Sol México-Acapulco; se fortaleció la industria petrolera y se dieron los primeros pasos en firme para integrar, originalmente con la idea del establecimiento de un Mercado Común de América del Norte, a establecer y firmar un Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá, como salida a las necesidades de crecimiento económico de los tres países, lo cual se logró y ha estado funcionando hasta la fecha.
ESTABLECIMIENTO DEL MODELO DE DESARROLLO TLCAN Y EFECTOS POBLACIONALES
Los resultados y efectos económicos y poblacionales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y actual derivado el T-MEC, están a la vista.
En primer término hay que mencionar que, prácticamente al inicio del TLCAN, se produjo en México una grave crisis económica no atribuible a este tratado, sino a otras razones internas de nuestro país, que dio origen al llamado FOBAPROA; y dentro de este tema tan grave que surgió, fueron los Estados Unidos mismos, por medio del Presidente Bill Clinton y el Vicepresidente Al Gore, quienes contribuyeron a resolver el problema mediante un crédito de 20 mil millones de US dólares y con un complemento del Fondo Monetario Internacional y otras instituciones bancarias que en total aportaron otros 10 mil millones de dólares.
El Senado norteamericano se había negado a otorgar el crédito necesario para México, pero el Vicepresidente Al Gore convenció a ese órgano legislativo norteamericano asegurándole que en un plazo muy corto México devolvería lo prestado y además con una alta tasa de interés, lo cual ocurrió; en el primer año de gobierno de Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, México devolvió a Estados Unidos los 20 mil millones de dólares más 500 millones de intereses (4% de tasa de interés anual).
El Presidente Ernesto Zedillo desarrolló un gran programa de privatizaciones de bienes nacionales y empresas para recaudar fondos que permitieran pagar la deuda externa que se había contraído, y aumentó el IVA del 10 al 15%
El FOBAPROA se convirtió en una deuda pública que está vigente y se paga anualmente por ley.
En el modelo de desarrollo T-MEC Remesas, actual, queda de manifiesto la unión cada vez más fuerte en lo económico que existe entre México, Estados Unidos y Canadá, aunque, es natural, persisten diferentes intereses y frecuentes diferendos legales que tienen que resolverse en paneles.
Desde la negociación del original Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cada uno de los tres países apartó el tema de su mayor conveniencia, para dejarlo fuera del Tratado, como parte no negociable; México apartó el petróleo y la industria petrolera; Estados Unidos resguardó el asunto de la migración y de los trabajadores migratorios y Canadá reservó para sí el asunto del Medio Ambiente; todo ello significó que realmente el TLCAN y ahora su heredero, el T-MEC, no sea un “Mercado Común”, parecido a lo que construyó la Unión Europea que, por cierto, ahora se ha fraccionado con la salida (“Brexit”) de Gran Bretaña.
El T-MEC no deja de ser un Tratado comercial y en menor medida de inversiones; pero, la inercia de la economía y de la sociedad tiende al establecimiento, aunque en un futuro que se ve lejano, de un Mercado Común norteamericano; pero recientemente han resurgido en los Estados Unidos y México las tendencias aislacionistas.
Así, por ejemplo, el ex Presidente Donald Trump, amenazó a México hace tres años con poner aranceles fuera del tratado T-MEC y su política hacia México fue muy negativa, con el impulso a la construcción del Muro.
Afortunadamente, el nuevo gobierno norteamericano, que preside Joe Biden ha desistido de ese despropósito, y se vuelve a la idea de una colaboración más estrecha en lo económico y social entre los tres países; hay que hacer notar que Canadá también se ha convertido en un gran factor de importancia para México, porque recibe en su territorio a miles de trabajadores mexicanos absolutamente documentados, y todos son sujetos de contratos de trabajo beneficiosos y bien aplicados; y cada día ese país se convierte en un destino deseado por trabajadores mexicanos.
EL FUTURO DEL MODELO T-MEC DE DESARROLLO
En las condiciones actuales es absolutamente impensable la desaparición o destrucción, anulación o denuncia del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, de comercio; en la situación actual hay 40 millones de mexicanos que trabajan en los Estados Unidos de América, 30 millones de ellos bien documentados y sólo 10 millones indocumentados; los 30 millones de los que hablamos, son trabajadores agrícolas, industriales, pequeños comerciantes y empresarios de diversos tipos; y ahora ni siquiera los norteamericanos y menos el gobierno de los Estados Unidos podrían pensar que su economía funcionara sin los 40 millones de trabajadores y empresarios mexicanos; en cuanto a México, la migración de trabajadores a los Estados Unidos ha representado una solución no deseable, pero necesaria, al problema del desempleo.
EL MODELO T-MEC Y LAS REMESAS – TARJETAS DE SUBSIDIOS A LA POBLACION
Hoy, nuestro país vive en el modelo T-MEC, que incluye las remesas enviadas por 40 millones de mexicanos a nuestro país y que en 2020 ascendieron a 42 mil millones de dólares y en 2021 pueden ser mayores: alrededor de 50 mil millones de dólares; cantidad que alimenta las reservas internacionales del Banco de México y apoya el desarrollo de México; al tiempo que sostiene el tipo de cambio.
Este modelo incluye un amplio sistema de TARJETAS DE SUBSIDIO a grupos vulnerables de la población que incluyen adultos mayores, mujeres, becas para jóvenes y niños, y que a la fecha significan una derrama anual de 400 mil millones de pesos, (equivalentes a 20 mil millones de dólares).
Por cierto, las remesas no son producto ni fruto de ningún gobierno de la República, sino al contrario, demuestran que el país no ha podido dar empleo suficiente y deseable a esa enorme cantidad de trabajadores mexicanos.
Este nuevo modelo T-MEC-Remesas-Tarjetas de Subsidio Popular será el dominante en las próximas décadas y muy difícilmente podría ser modificado o sustituido por un nuevo modelo económico cerrado, autonómico o socialista; más bien, garantizará la existencia de la economía de mercado y la libre movilidad social, incluyendo la apertura total de las fronteras.
Al terminar esta exposición que pretende dar un panorama a vuelo de pájaro del desarrollo de nuestro país en lo que va de este siglo XXI y los últimos 50 años del siglo XX, confirmo mi fe en México y nuestro pueblo, porque constituimos una nación plural, libre, soberana y amante de la libertad y el progreso.