Democracia es equilibro e independencia de los Tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial

Es cierto que “la Democracia es el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, que dijo Abraham Lincoln en su célebre discurso de Gettysburg, al triunfo de la Guerra Civil norteamericana; pero también es cierto que la democracia la definió Samuel Adams como un sistema de “frenos y contrapesos” (Checks and balances), entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y así se creó la democracia en América que tanto asombró al politólogo francés Alexis de Tocqueville.

Por eso ha sido tan grande el sistema democrático norteamericano que ha impedido la dictadura y la prolongación indebida en el poder de hombres como Donald Trump, que nunca entendió la política, ni la diplomacia, ni al sistema electoral norteamericano; porque la democracia es precisamente lo contrario al “Gobierno de un solo hombre”, como aquí fue con Antonio López de Santa Anna y con Porfirio Díaz; esa es la razón por la que recientemente se ha indignado la opinión pública mexicana, ante los intentos de avasallar al Poder Judicial Mexicano, incluyendo al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Nadie niega al Titular del Poder Ejecutivo su popularidad, que todavía conserva, aunque hay que analizar las encuestas más recientes para observar la tendencia sobre sus políticas públicas; pero es muy distinto eso al intento de adueñarse o colonizar a los otros dos poderes de la Unión, lo cual dejaría sin equilibrio, y sin frenos ni contrapesos al Poder Ejecutivo Federal, lo que sería indeseable al analizar lo que pasa por ejemplo en Venezuela o lo que ha ocurrido en la propia Cuba, que es el temor que sienten amplios sectores de la población mexicana que son amantes de la libertad económica, del libre mercado, de la libertad de movimientos, de la libertad educativa y de la libertad de ideología y pensamiento.

El sólo pensar que el sistema político y democrático mexicano pudiera derivar hacia una dictadura chavista, resulta repugnante; de ahí la importancia de las elecciones próximas de 6 de junio y del mensaje que darán los mexicanos al Gobierno.