En sesión solemne por el centenario de la Universidad Nacional, el rector de la UNAM, José Narro Robles, pidió al Congreso de la Unión establecer un gran acuerdo en favor del rescate social que México requiere, para pagar deudas históricas y resolver graves problemas que agobian al país.
En la más alta tribuna de la nación, Narro Robles cerró las intervenciones de los dos presidentes de las mesas directivas de ambas cámaras, así como de representantes de las siete fracciones parlamentarias que integran el Legislativo. Tenemos que dar el gran salto del México desigual al país con equidad y justicia social. La agenda del siglo XXI tiene que pasar por estos tópicos, asentó.
También, requerimos una política de Estado que permita la cobertura en la educación superior, elemento indispensable para aspirar al desarrollo. Además, el cumplimiento de la Ley General de Educación que, desde hace más de cinco años, establece el compromiso de asignar el uno por ciento del Producto Interno Bruto a la investigación científica y desarrollo tecnológico.
Somos muchos más los que sostenemos que es posible un cambio de paradigma sin sobresaltos, y que también frente al debilitamiento del sistema de valores laicos, es indispensable emprender el rescate de su vigencia. “Lo que importa no es lo que la gente tiene en las bolsas de valores, sino los valores que los ciudadanos portan”.
La ceremonia solemne inició poco después de las 11:30 horas, con la interpretación del himno nacional, por la Orquesta Filarmónica de la UNAM. Después, se abrió la lista de oradores que culminó con el mensaje del rector Narro.
Es hora de reconocer, estableció, que muchos de nuestros problemas, especialmente los históricos, se derivan de un modelo que sólo los profundizará si continuamos por el mismo camino. Más allá de la retórica, si no se transforma radicalmente nuestra realidad, quedaremos retenidos en el viejo siglo.
Con relación al ámbito presupuestal, refirió los apoyos adicionales que en la última década ha aprobado la Cámara de Diputados para la educación superior, que ascienden a 50 mil millones de pesos. Ni las finanzas se desequilibraron ni se generó un colapso de la economía, y sí aumentó la matrícula en más de un millón de alumnos, puntualizó.
Al respecto, solicitó a la Cámara de Diputados que se incrementen los recursos para las universidades públicas federales y estatales, y que se mantenga el destinado a la UNAM, en los términos presentados en el paquete económico para 2011.
Es cierto, que en términos presupuestales se debe actuar con responsabilidad, pero no privilegiar políticas en las que es más importante preservar los equilibrios financieros o fiscales, que resolver los desequilibrios sociales o del desarrollo humano de nuestra gente, indicó.
Intervenciones de representantes
de cámaras y fracciones
Antes, en el inicio de las intervenciones en San Lázaro, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, pidió al pleno y a diversos sectores de la sociedad “atender el llamado del rector José Narro Robles para brindar mejores políticas en materia de educación”. De lo contrario, “los ninis seremos nosotros, que ni escuchamos ni atendemos las demandas para reencauzar el futuro del país”, dijo el priísta.
Después, Manlio Fabio Beltrones, presidente de la Mesa Directiva del Senado, también de extracción priísta, afirmó que nada se debe regatear a la Universidad. “No hay de otra más que el financiamiento público suficiente y transparente” para la formación de mexicanos capaces de interactuar en el entorno nacional y global. Asimismo, se refirió a la UNAM como “el proyecto educativo, científico y cultural más relevante del México independiente”.
En las intervenciones de las fracciones parlamentarias en orden ascendente, según el acuerdo parlamentario respectivo, Reyes Tamez Guerra, diputado por Nueva Alianza, señaló que México tiene hambre de justicia y debe despertar de la larga noche. La educación permitirá encauzar y transformar la realidad de la sociedad mexicana, apoyada en la Universidad Nacional, protagonista en la vida del país.
Luego, el senador por Convergencia, Luis Maldonado Venegas, dijo que no es fácil resumir lo que el país debe a la Universidad, ni lo que todavía estamos obligados a hacer por ella. Recordó a algunos de los mexicanos que desde la Rectoría han mantenido viva a la institución, desde Joaquín Eguía Lis, hasta Narro Robles.
Posteriormente, el diputado Jaime Cárdenas Gracia, del Partido del Trabajo, planteó que, por su contribución a la ciencia, al conocimiento y a la tecnología, la Universidad es el más destacado timbre de orgullo nacional y no se deben regatear los recursos para su labor en la preparación de miles de alumnos y en el desarrollo del país.
La diputada del PVEM, Ninfa Salinas Sada, propuso iniciar un proceso de cambio en la Universidad, para que permanezca como una de las grandes fortalezas de la nación. Es necesario vincular aún más la formación de los universitarios con los requerimientos del sistema productivo y, con ello, no fallar a quienes contribuyen con esta casa de estudios.
El coordinador de los diputados del PRD, Alejandro Encinas, refirió que en el marco del centenario de la UNAM la celebración no se puede reducir sólo al protocolo y demagogia, hay que tener una visión política y un proyecto que brinde mayores recursos en ciencia, tecnología y capital humano. Por ello, manifestó que en el próximo debate sobre el presupuesto el apoyo a la Universidad debe ser fundamental.
El senador panista Santiago Creel Miranda, consideró que a 100 años de la fundación de la UNAM, se hace necesario ratificar su vocación universitaria, y la mejor manera de cumplir con ese propósito, es consolidar el concepto de autonomía con su definitivo componente: el de los recursos públicos, para asegurar que esta casa de estudios garantice oportuna y eficazmente sus fines sociales.
El cierre de los mensajes estuvo a cargo de Francisco Labastida Ochoa, senador por el PRI, quien agradeció a la Universidad las aportaciones que ha hecho al desarrollo de México, como las generaciones de ingenieros, arquitectos, médicos, abogados, escritores y economistas, entre otros, que crearon las instituciones que hicieron posible el milagro económico del país.