FOBAPROA; Patente Mexicana
Por Mauricio Urtaza
Sí el gobierno mexicano pudiera cobrar, al menos por un tiempo, derechos de autor representaría un ingreso equiparable a los ingresos por petróleo o bien, si fuera una comisión por éxito, pasaríamos de inmediato al primer mundo. Al ver lo que está sucediendo en el mundo, los que pasamos por esto ya sabemos que sigue.
Vayamos por partes, en agosto del año pasado, se inició una campaña mediática como nunca se había visto que auguraba una pésima situación económica que a la postre resultó una crisis que se ha comparado con las peores que han ocurrido en el mundo.
Hace unos 6 o 7 años me invitaron al enorme negocio que eran los bienes raíces en el Estado de Nevada, particularmente en los Condados alrededor de la Ciudad de Las Vegas, tal era la conmoción que personalidades de la talla de George Clooney crearon una empresa para el desarrollo de nuevos complejos residenciales a todo lujo, puesto que en los 4 o 5 años anteriores habían aumentado su valor hasta en 3 y 4 veces. Situación inédita en los Estados Unidos ya que el efecto normal era en sentido contrario, es decir, las propiedades por sus materiales de construcción y la posición de mercado disminuían en su valor cada año. Esta situación no podía durar mucho tiempo, puesto que las personas estaban obteniendo hipotecas que cubrían prácticamente el valor total de la propiedad a los precios que se estaban estimando.
Por supuesto como todo en la vida “todo lo que sube tiene que bajar” y más cuando hablamos de mercado especulativo, en poco tiempo los valores de las propiedades disminuyeron, por tanto las garantías cayeron para las hipotecarias acarreando a estas en su valor contable. Otro aspecto digno de mención fue la caída espeluznante en el valor del dólar que en los últimos 15 años se desplomó en por lo menos el 50% de su poder adquisitivo. En otras palabras la burbuja se presentó en dos sentidos, por una parte, se generó un flujo de efectivo impresionante en los Estados Unidos dándole una capacidad crediticia al pueblo americano que no habían tenido, pero por otro lado, los precios se incrementaron en forma notable, tan solo en la gasolina o los cigarros alcanzaron el doble y el cuádruple de su valor en tan solo 15 años.
Somos un mundo cínico, un día aplaudimos lo que mañana odiaremos. Hace ya algunos años, se aplaudieron y glorificaron las ideas y los esquemas que apoyaban el modelo económico neoliberal, incluso se llegó a satanizar la participación de los gobiernos en las empresas, situación que Estados Unidos aprobó y a través del Fondo Monetario y el Banco Mundial dictaron a las economías emergentes, promovió en todas partes salvo en aquellos sectores o áreas que no les convenían y que desde luego se mantuvo el proteccionismo a sus productores o empresas; por supuesto la aprobación y aplauso vino de aquellos que se verían ampliamente beneficiados con estos nuevos esquemas. En México el máximo pilar y promovente de este escenario fue en el gobierno de Salinas de Gortari, que utilizaron este modelo para realizar la venta de garaje más grande del mundo en donde los compradores fueron exclusivamente los cuates, en donde trataron de vender todo lo vendible y con la excepción de Pemex y CFE, prácticamente lo lograron. Recordemos aquella venta que fue considerada “la venta del siglo”, TELMEX que por una parte, se puso a la venta el 10% del total de acciones con lo cual el flamante nuevo propietario adquirió el control total de la empresa y por otra parte, el precio de venta fue tan bajo que tan solo en el siguiente año, las utilidades superaron sobradamente el importe que dijeron se había pagado, pero resulta que en los archivos de Hacienda o en la contabilidad de Telmex no existe evidencia de dicho pago.
A partir de estas operaciones empezaron a surgir hípermillonarios y una nueva cultura que fue rápidamente adoptada con enorme popularidad por estos nuevos ricos. Tal fue el asombro causado que ricos de siempre como la familia Rockefeller manifestó “que se tuviera cuidado porque ellos había tardado más de 100 años en acumular las fortunas que algunos mexicanos tan solo tardaron medio sexenio”. Bajo estos nuevos grandes y jugosos negocios que sumaban enormes utilidades y al amparo total y cobijo de las autoridades añadieron un nuevo toque que les permitiría un mayor enriquecimiento con un menor esfuerzo y sin riesgo, la bursatilización de sus empresas, esto es, la colocación de papel que dice que pagarán una “X” cantidad como rendimiento a los que los compren, este mecanismo les permitió atraer dinero barato y sin competencia, ya que bastaba emitir el papel y darle un valor para los amantes de juego que lo adquirían esperando ver sus compras crecer en forma descomunal, sin percatarse que el propósito era atraer dinero para enriquecerse ellos no para enriquecer a los demás. Además como ya lo comentamos hace algunos años, en este periodo fue fantástico para estos grupos que recibieron créditos y fondos para sus compras y proyectos, que más tarde pasaría como por arte de magia a una deuda a pagar por el pueblo que a la fecha se continúa pagando con una puntualidad envidiable para el mismísimo Phileas Fogg, de la novela “La vuelta al mundo en 80 días”, incluso en ocasiones se han realizado pagos por adelantado pero no confundir con arreglos en lo oscurito para repartirse comisiones, sino en el único fin de mantener la liquidez para las pobres instituciones bancarias y no poner en riesgo en ningún momento el dinero de los ahorradores que tanto trabajo les costo obtenerlo
Esto desde luego no es invento mexicano es una fórmula que se repite cada “x” tiempo, ya que desde hace muchísimos años se ha manejado la bolsa de valores en diferentes partes del mundo y viene realizando con iguales resultados, tal y como fue el tristemente célebre crack del 29 que derivó en suicidios masivos, desempleo, cierre de empresas (parece que México ha vivido en esta situación por tan solo 70 años). O como en México se han manejado en otros tiempos los llamados “aviones” o “pirámides” que normalmente están promovidos por celebridades que después de acumular una pequeña fortuna, salen destapados y surge la noticia que es rápidamente acogida por la televisión para mostrar que están en todo momento en alerta para proteger a los pobres mexicanos.
Continuando con el modelo neoliberal tan aplaudido hace tiempo y hoy tan vilipendiado, conocido también como “capitalismo salvaje, sálvese quien pueda”, en el que el regidor ya no es el gobierno sino el mercado, en los últimos años todas las grandes empresas han obtenido sus mejores y principales beneficios en la colocación de papel en los mercados internacionales, lo cual derivó en dos grandes problemas, por un lado, como un globo las empresas empezaron ha inflarse en su valor en forma desmedida y artificial; y por otra, hicieron a un lado su principal función, ejemplo muy gráfico de esto son los fabricantes de automóviles que dejaron de fabricar para obtener sus utilidades de la venta de papel. El primer punto afecta profundamente cuando al igual que todo en física “lo que sube tiene que bajar”, al iniciar el desinfle de las empresas se crea un espiral convulsionando los mercados generando pánico que pronto se convierte en pérdidas irreparables para los buscadores de sueños que cifraron sus esperanzas en comprar algo que con el paso del tiempo se agrandaría hasta convertirlos en gente pudiente económicamente, situación que se agrava debido a que los primeros en sacar sus beneficios y vender son los propietarios de las empresas que detentan una cantidad importante de acciones y que generan que la precipitación sea mucho más acentuada, esto desde luego derivado de su privilegiada posición que les permite saber o incluso provocar las caídas de valores según convenga a sus intereses; y el segundo es peor, porque ante la factibilidad de ganar con inversiones en papel, las empresas ya no se preocupan por mejorar, ni realizar inversiones duras como es la mejora de instalaciones, compra de equipos, crecimiento de mano de obra, etc., lo cual representa cero crecimiento de empleos, no necesidad de infraestructura, dinero que no es propiamente inversión real sino de paso por el país.
Después de esta breve introducción, nos encontramos ante la sorpresa que por primera vez desde tiempos antes de los Romanos, los ricos y poderosos se preocupan por los menos afortunados, avisándoles con unos días de anticipación del cataclismo que se avecina y que podrá ser peor que cualquier otro que haya sucedido. Es curioso este fenómeno ya que aun cuando el aviso fuera realizado no con días sino años de anticipación, poco podremos hacer los pobres cuando se menciona que debido a la caída en la economía americana los mercados mundiales se vienen abajo y resulta que todas las empresas principalmente los sectores financieros requieren de apoyo para poder continuar y que no se desprenda una cascada de desempleo (nótese la humanidad en la preocupación), no es que les preocupe que las empresas caigan sino que derivado de esta desafortunada situación imputable a nadie, la pobre gente se quede sin sus empleos y ya no puedan mantener a sus familias, tal situación es verdaderamente conmovedora, aquí es donde México puede empezar a cobrar regalías por autoría. Entonces resulta que ante una situación económica que se desarrolla en forma negativa por la negligencia, corrupción de autoridades y desmedida avaricia de unos cuantos, son los pueblos los que deben de aguantar y estar dispuestos a los diferentes ajustes que esto representa. Desde luego lo que causa un poco de sorpresa es que por una parte, el dinero no aparece ni desaparece, es decir, cuando sale de un bolsillo entra a otro, por lo que ante un fracaso de esta magnitud uno se pregunta y donde quedó el dinero; y por otra parte, una caída tan vertiginosa representa una acumulación de errores o fallas ya sean involuntarios o con dolo que alcanzaron estos funestos resultados, pero al final como fue en México por los temas del FOBAPROA, nadie es culpable y solo fueron errores involuntarios que no solo no llevan responsabilidad alguna sino que se premia con bonos de actuación y apoyos espectaculares a las empresas que los gobiernos se dan prisa en prestar.
Como que esta película ya la vimos, ¿cuándo? Cuando nos recetaron el FOBAPROA, se acuerdan los argumentos, todo es para que los pobrecitos cuentahabientes no pierdan su dinero invertido en los pobrecitos bancos que lo prestaron con la mejor intención a los malvados mexicanos que aprovecharon la inocencia y buena disposición de los bancos para abusar de su buena fe y robarlos, como quedó plenamente demostrado con la apertura de las cuentas y se pudiera corroborar que los préstamos fueron hechos al miserable pueblo mexicano, a no ¡verdad!, resultó que como la Ley prohibía esto y protegía el secreto bancario nunca se pudo demostrar quienes se habían beneficiado en forma desmedida de esta “protección”. Ahora que sucede, nos encontramos en un modelo global de FOBAPROA, por lo que si México cobrara por derechos de autor se beneficiaría, por ejemplo, supongamos que cobrara el 5% de comisión, solo en el caso de Estados Unidos que ya le entró con más de $2 billones mexicanos o sea 2 millones de millones de dólares para apoyar a los pobres bancos y las pobres empresas americanas que han perdido y que si desaparecieran representaría una enorme pérdida de empleos, que después del apoyo que recibieron tuvieron a bien pagarse bonos de actuación por más de 20 mil millones para los principales funcionarios, parece una copia de los bonos que se pagan en México, como fue el que se dio a los consejeros del IFE después de la votación presidencial o los que se dan los diputados por sus arduas horas de trabajo que realizan en sus periodos. O bien, en los Países europeos que pudiera pensarse que son diferentes por esos 1,000 años que nos llevan de avance, pero por lo que se ve “en todas partes se cuecen habas”. Esta comisión por autoría representaría una cantidad muy importante para nuestro lastimado País y sobre todo entraría como ganancia y no como préstamo.
Lo único malo de esto es que esta historia ya ha pasado y la gente está muy desgastada, quien sabe cuánto más pueda aguantar.
En estos días en que me encontraba realizando estos apuntes, cayó una nueva desgracia para darle sabor a la dinámica diaria de nuestro País, con una enfermedad fantasma que en principio no sabía cómo nombrarla hasta que les llegaron las instrucciones de los Estados Unidos, la influenza porcina, que desde luego las televisoras se pusieron a disposición de las autoridades para propagar la noticia de lo cual se desprenden en primera instancia dos posiciones; por una parte, por la forma en que se manejó la noticia, la confianza que siempre ha inspirado el gobierno en complicidad con las televisoras y la desmedida difusión, se puede considerar que fue una medida de distracción para aprobar leyes a modo, utilizar los créditos que se permitieron pedir al Fondo Monetario en forma discrecional, retrasar las votaciones para poder gastar más o preparar mejor a los seguros ganadores; o en el hipotético y poco probable caso de que haya sido cierto, mostraron la falta total de preparación que existe, la improvisación con que se manejan en las altas esferas de la política, la irresponsabilidad con que se toman las decisiones; el hecho es que en cualquier caso estamos fregados y estamos en manos de gente que sólo busca el poder que le otorgan los puestos de funcionarios de gobierno para su beneficio y poco o nada les importa lo que pase con el País.
Hasta la terminación de esta nota no se percibió una muestra de pericia o capacidad para combatir la letal enfermedad detectada en forma tan oportuna por nuestras autoridades en salud, esto es debido ya sea por la falta de la misma, es decir, que no se identificó un solo caso real, o bien, porque en el ánimo de obtener cierta credibilidad la dichosa plaga existió solamente en la fértil imaginación de los promotores de gobierno actual.