“El estancamiento de México lleva ya casi tres décadas”: Fernando Solana
Mtro. Emilio Lozaya Austin, Moderador (ELA): Gracias. Muy buenas tardes. Muy buenas tardes a todos los participantes.
En esto le paso la palabra al licenciado Fernando Solana, para que nos dé sus reflexiones. Muchas gracias.
LIC. FERNANDO SOLANA MORALES (FSM): La verdad es que los problemas de México, como todos sabemos, no se iniciaron con la crisis financiera de los Estados Unidos y su repercusión mundial.
Los problemas de México, yo diría el estancamiento de México, problemas con excepcionales; después de grandes crisis ha habido grandes crecimientos, pero el estancamiento de México lleva ya casi tres décadas.
Y voy a permitirme poder hacer un poco, aunque sea el último, alguna visión atrás, para tratar de situarme y entender mejor.
El enorme valor que ha tenido esta reunión que ha organizado el Gobierno del Estado de México y por ello de agradecimiento al señor gobernador, a César Camacho, a Raúl Murrieta y a todos los que encabezan el Gobierno del Estado.
En los últimos dos años América Latina fue la región del mundo que menos creció.
Y en el último año el país de América Latina que menos creció o si lo quieren ver distinto, que más decreció fue México. Ese es el tamaño de nuestro problema.
Somos un país dramáticamente estancado, de un enorme potencial que hemos desperdiciado fastidiosamente en las últimas décadas, no años.
Yo creo que hemos tenido múltiples oportunidades de una manera impresionante.
Sé que voy a dar algunas cifras y algunas líneas, pero son pocas.
Aquí vemos, en el siguiente cuadro, fijémonos en dos países, si es que lo localizan: Brasil y México.
China, por ejemplo, del año 80 al año 2009, daré algunas cifras, China creció 16 veces; Brasil, nueve veces; México, cuatro veces. Y puedo mencionar otros países, si quieren todos.
México, cuatro veces; son dólares-pesos corrientes, o sea, que México creció cuatro veces y Brasil nueve, y China, 16, en gráfica.
¿Qué parte del Producto Mundial producimos en México? Producimos alrededor del 2 por ciento del Producto Mundial; un poco más hace unos años, un poco menos ahora.
Fijémonos nada más en la línea roja, por favor. En la participación de México en el Producto Mundial ha disminuido de manera consistente desde el año de 80 hasta la fecha.
Ese es un hecho, no es un tema de que esto se está pasando, llevamos rato perdiendo el tiempo y, si comparamos con los que han aprovechado las condiciones, perdiendo enormes oportunidades.
No podremos recuperar lo que ya perdimos, pero sí tenemos que ver a fondo los problemas para poder hacer lo que tenemos que hacer en los años siguientes.
Tenemos todo para hacerlo bien, espero que seamos capaces de hacerlo.
Voy a ordenar un poco la historia todavía más lejana de México, voy atrás, hasta el año de 33.
De 33 a 70 hubo un periodo con relaciones, pero que en promedios de ese periodo tuvo un crecimiento de más del 6 por ciento, 6.5, con una inflación de 6.8 por ciento.
No obstante que hubo una Guerra Mundial, ventajas y desventajas, estabilidades e inestabilidades, crisis económicas; claro, veníamos saliendo de la Gran Crisis de 29 a 32, pero finalmente de 39 a 70, y si le quieren poner nombres presidenciales lo pueden hacer, es cuestión de cada uno, crecimos más del 6 por ciento y tuvimos una inflación controlada -diría yo- del 6.8 por ciento.
En un segundo lapso, del 70 al 82, tuvimos crecimiento todavía, más del 6 por ciento, aún más que en el lapso anterior, pero ya con una franca inflación del 21.2 por ciento.
Luego viene el siguiente periodo que lo ponemos de 82 a 2000, no hay ni crecimiento ni estabilidad. En el primero había crecimiento con estabilidad, en el segundo crecimiento sin estabilidad, aquí ni crecimiento ni estabilidad.
Un promedio de crecimiento de 2.5, con una población que crecía todavía al 1.8, 1.7 no significaba nada. La pobreza que no hemos logrado resolver ahí se está construyendo, ahí se está sosteniendo históricamente, y con una inflación nada menos que del 43.7 por ciento de promedio.
Pero hubo años de tres dígitos y recuerden -no todos podrán, pero una buena parte de la sala lo puede hacer- aquellos billetes de 100 mil pesos; cien mil pesos, cuando hubo que hacer ajustes a la enorme inflación que se había asentado, no había idea de cómo manejarla, son hechos, están las cifras.
Lo que ocurrió fue que hubo que cambiar los de cien mil por billetes de cien, porque hubo que quitar tres dígitos. Y ahora los billetes, los tres traen de cien pesos.
Y luego viene la época más reciente 2001 a 2009, donde ha habido estabilidad sin crecimiento. El crecimiento ha sido el más bajo de los cuatro lazos que elegir, no hubiera elegido decenios o sexenios o lo que fuese, elegir estos.
Y el 0.3 por ciento de crecimiento del producto en promedio, hubo años, el segundo año del Presidente, en fin; años, buenos años reaccionando a la contracción anterior pero finalmente hubo estabilidad, un cuatro o seis por ciento de estabilidad.
Creo que de las cosas que hemos conquistado no sólo numéricamente, no sólo en las cifras formales, sino en la cultura nacional, es la importancia que tiene la estabilidad macroeconómica.
Es indispensable la estabilidad macroeconómica para lo que más les importa, que es otra cosa. La estabilidad para mí es un medio.
Viendo adelante, yo siento que hemos entrado en un producto que siendo un mundo global, por eso puse la comparación de China porque la pude haber puesto con cualquier otro país; China es la comparación más notable, con Corea es impresionante, con Brasil es impresionante, con España es impresionante. ¿Cómo nos quedamos atrás?
Pero ya no es el uno o el otro, en todos los países del mundo la competitividad, como ya se ha dicho aquí, creo que en casi todas las reuniones, va a la baja, con fuerzas por recuperar y sigue a la baja.
Hasta ser el país 60 en 367, en un mundo que está abierto, donde hemos sido campeones de la apertura nosotros; no creo que haya un país que se haya mejor portado, que haya sido el mejor portado en la línea que fue trazada, en las normas, por el buen comportamiento monetario de México.
Tenemos más de 43 países con acuerdos comerciales, apertura a veces a cambio de nada, como estos últimos aranceles que bajaron en diciembre pasado de que a cambio de nada comencemos a negociar a Brasil y a bajar los aranceles y quitar menos cargas para poder negociar.
Pero en fin, es una cultura establecida lamentablemente que argumenta estar en defensa del consumidor; sí, pero el consumidor también tiene que ganar dinero en México.
Y, claro, sí se ha protegido de alguna manera indirecta al consumidor, pero se ha afectado seriamente el empleo.
Creo que no solamente es competitividad en alguna experiencia mejor, nuestro país ha caído dramáticamente en los últimos años.
La facilidad para hacer negocios, la facilidad para pagar impuestos, el desarrollo humano, etcétera, y podría irme con muchos más.
Pero simplemente, la facilidad para hacer negocios, en 2009, estaba en el lugar 55, recuperó un poco en el 2010. El desarrollo humano ya no nada más es un índice que produce Naciones Unidas y que mide los años de esperanza de vida al nacer, la escolaridad, el acceso a la salud pública.
Y México estaba en el lugar 51, éramos entonces la décima economía del mundo, teníamos un potencial mucho más significativo, estábamos ahí.
En fin, sí creo que ha habido un estancamiento muy severo.
¿Qué queremos? Queremos reformas fiscales. ¿Para qué, para cambiar la economía del Estado? No, para que tenga más dinero el gobierno. ¿En qué lo va a gastar? Esto ya lo verán luego los que sí saben, que son los que están en Hacienda y Crédito Público y en la Presidencia de la República.
Pero la verdad es que no ha habido una reforma fiscal que se enfoque primero para qué, y conste que aquí alguien hizo un esfuerzo muy notable, que está aquí con nosotros, que tiene todo mi aprecio y respeto, que fue Carlos Hurtado, como Subsecretario de Egresos.
Pero no puede fácilmente un funcionario inteligente, claro, tomar resoluciones de esa naturaleza, el hecho es que hemos seguido manejándonos con estos criterios.
Hace falta hacer algo, sí hace falta, como dijo muy bien Claudio González, hacen falta nuevos capítulos de la reforma energética; hace falta la reforma laboral, es indispensable; hace falta la reforma social, que ojalá lo sea realmente; la reforma educativa, que yo casi diría es la recreación del sistema educativo mexicano, porque está en un nivel de pauperización monumental, pero en fin.
Sí hace falta todo eso, ¿pero para lograr eso qué necesitamos? Hace falta tener un solo objetivo nacional, un objetivo central obsesivo diría yo, compartido, en el cual estemos todos de acuerdo y que a eso le vayamos dando luego el lenguaje adecuado a cada una de las áreas. Y ese objetivo debiera ser, sin la menor duda, volver a crecer.
Durante 50 años, crecimos más del 6 por ciento anual. Dicen los que no les gustan esas cifras “bueno, es que era una economía cerrada”. Con más razón, si es una economía global y una economía abierta, deberíamos crecer a más del 6 por ciento, pero no se ha logrado.
Entonces tenemos como objetivo crecimiento económico sostenido y sostenible, en principio; crecimiento económico, no tropiezos económicos de subida y bajada, crecimiento económico sostenido; visión económica de plazo, ya no digo largo, medio siquiera, y no presupuestos anuales nada más, que ya se hacen multinacionales para algunas líneas, pero empiezan a titubear con eso apenas. De alguna manera se empezó, si no me equivoco, con el Subsecretario Hurtado.
Creo que es indispensable que logremos ser muchos más claros en nuestro objetivo, que es volver a crecer; si volvemos a crecer vamos a tener más recursos fiscales, vamos a tener mejores programas sociales, vamos a tener base para una mejor educación, vamos a aumentar de modo natural nuestra competitividad, vamos a aumentar el empleo; vamos a aumentar, y aquí hay que manejarlo con doble intención, el empleo productivo.
No debe ser nuestro objetivo crecer con empleo o crecer en empleo; el empleo, si es productivo, sí; si no, es una colaboración, un subsidio del Estado.
Debemos tener empleos productivos y debemos tener programas sociales, que no sea nada más “te doy tanto, te doy el pescado del día, pero no soy capaz de enseñarte a pescar”.
Todo lo que hagamos está orientado a volver a crecer.
Tenemos una reforma social, ¿cómo la orientamos para volver a crecer? Educativa, ¿cómo la orientamos a volver a crecer?
Y todo está orientado obsesivamente a recuperar el crecimiento que en México mientras no sea mayor del 6 por ciento no es aceptable para nadie que quiera tener un futuro de mejor país. Muchas gracias.
ELA: Muchas gracias, don Fernando. Es importante ver hacia atrás tres décadas de estancamiento económico; su porcentaje como parte de la economía global tampoco ha crecido y sin embargo hay habido economías que han despegado.
¿Cuál es la fórmula?
Enfocarnos obsesivamente en crecimiento.
Ahora pasamos a la sesión de preguntas y respuestas.