Economía

La pobreza en México creció 47% entre 2006 y 2008: José A. Gurría

Muchísimas gracias, señor gobernador; señores secretarios; muy buenos amigos y amigas: me da muchísimo gusto encontrar a todos ustedes.
Maestra Ifigenia, mucho gusto de verla por aquí, a Ifigenia Martínez, que es la exdirectora de la Escuela de Economía, maestra de muchas generaciones y activa todavía en la vida pública del país, en todos estos temas que nos ocupan.
Es un placer participar en todos foros, en el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia.
Y quisiera felicitar al Gobierno del Estado de México, en particular a su gobernador, Enrique Peña Nieto, por la iniciativa.
Cuando el gobernador me comentó sobre ésta iniciativa estábamos en Davos, en donde precisamente se estaban debatiendo algunos de los temas de la transición. Se veía que podría venir ya una época de algún crecimiento, después de los pobres años de nuestras vidas en materia económica literalmente, porque comparada con los años treintas no tiene mucho sentido, no nos hace mucho sentido, cuando menos a nosotros aquí.
Me decía: “Quiero tener unas reuniones, en donde podamos debatir estos temas, porque al crisis ha sido muy grave, pero la post-crisis tenemos que asegurarnos de que la transitemos bien”. Y efectivamente de eso se trata.
En un rato más les van a distribuir, no sé si a todos, ojalá que alcance para todos, un folleto que preparamos especialmente para este evento, en donde mencionamos sobre el tema de reformas la situación económica actual, los temas laborales, presupuestales; vemos la reforma fiscal, competencia, desigualdad, educación, etc., a los cuales yo voy hacer alusión de manera mucho más sucinta, por supuesto, pero subrayando algunos de los principales temas que nos preocupan.
A la crisis financiera y económica yo le diría la crisis de empleo, que esa es la cara trágica, la pag16-202cara humana de la crisis.
Sólo en la OCDE, que son los países más desarrollados del mundo, casi 20 millones más de desempleados entre finales del 2007 y finales del 2009.
Por supuesto en otros países del mundo es muy difícil inclusive contar las bajas en materia de empleo.
La crisis le pegó a México con especial intensidad. Pocos países de la OCDE registraron una caída tan profunda como la de México el año pasado.
Esta vulnerabilidad se atribuye a nuestra apertura y a la vinculación con Estados Unidos, pero solamente es cierto en parte.
Una buena parte de la explicación, otra parte de la explicación se encuentra en los problemas estructurales de nuestro país.
Y es que a pesar de haber logrado una importante estabilidad macroeconómica y monetaria, aún no hemos sido capaces de generar un crecimiento endógeno fuerte, un crecimiento de largo plazo, impulsado por un mercado interno vibrante y por una economía competitiva.
Estas todavía son tareas pendientes: Un crecimiento que nos permita desarrollar al máximo nuestro enorme potencial y aprovechar plenamente las oportunidades de la globalización. Y habría que preguntarnos entonces: ¿Por qué?
La respuesta es simple y es compleja al mismo tiempo.
México sigue teniendo grandes desafíos pendientes y los efectos de esos desafíos neutralizan nuestros esfuerzos y debilitan nuestro crecimiento.
La falta de acción sobre estos temas tiene un costo muy alto para el país, para nuestra gente, para el futuro del país.
Permítanme subrayar algunos de esos desafíos que considero más urgentes. Como dije, están más en detalle en el folleto que preparamos expresamente.
Voy a empezar por lex vote, que ustedes me perdonan, como antiguo Secretario de Hacienda yo propuse una reforma fiscal, me la paró el PAN; luego el PAN propuso una reforma fiscal, la paró el PRI y la verdad es que hoy no tiene mucho caso estar echándonos la culpa, sino lo que hay que hacer es ponernos de acuerdo todos los partidos y trabajar.
El Sistema Fiscal Mexicano requiere, exige, una reforma integral que permita aumentar los ingresos para combatir la pobreza, invertir en infraestructura, reducir los déficits presupuestarios y fomentar el tránsito hacia una economía del conocimiento.
Yo le pregunté a un distinguido panista que por qué me habían parado la reforma fiscal, porque estábamos comentándola con mucha convergencia de puntos de vista y dice “es que no sabíamos que íbamos a ganar”. Dije “bueno”. Pero eso quiere decir que eso ya no nos debe de volver a pasar.
A pesar de los esfuerzos de reforma de los últimos años, los ingresos fiscales de México siguen teniendo una alta dependencia de los ingresos petroleros, eso lo comentaron inclusive algunos de los participantes de ayer y antier.
Entre 30 y 40 por ciento de los ingresos presupuestales provienen del petróleo, pero sabemos, eso nos dice el gobierno, eso nos dice PEMEX, eso nos dice la Secretaría de Energía, que sólo nos queda si acaso una década de reservas o cuando menos de estar produciendo a estos ritmos.
Tenemos por lo tanto que adaptar el sistema tributario a una era no petrolera.
Y algunos me preguntan: ¿Por qué no lo hicimos antes? Es que antes había la alternativa de seguir ordeñando PEMEX, ahora ya sabemos que no hay alternativa y entonces ya no hay opción, ahora le tenemos que entrar al tema de hacer una reforma fiscal moderna, competitiva, inevitablemente.
Y aplazarlo lo único que hace es generar incertidumbre y, como hemos visto en las últimas semanas, en los últimos días, en cualquier país que da muestras de debilidad, de vulnerabilidad los mercados se ceban de manera implacable.
La ampliación de la base impositiva, otro desafío crucial. La base del IVA, por ejemplo, sigue siendo muy limitada, demasiadas exenciones, demasiadas excepciones, demasiadas tasa cero, demasiado de todo que debilita.
Nuestro esquema fiscal parece un queso gruyere, está lleno de agujeros y lo malo es que todo mundo se ubica en algún agujero para no pagar. Y eso lo que hace es que tengamos una de las recaudaciones fuera del petróleo más bajas del mundo.
Este esquema de tantas excepciones y exenciones del IVA hacen que sólo una pequeña parte de la base potencial esté siendo gravada.
Hay además el tema de los paraísos fiscales, de los depósitos de los mexicanos para evadir impuestos y el otro problema es la eliminación o reducción de la informalidad.
El nivel de la informalidad de la economía sigue siendo excesivamente alto, un alto porcentaje no paga impuestos porque no está incorporado formalmente.
Pero en muchos casos incorporarse al sector formal es un viacrucis, hay que saber Internet y contaduría y hay que dedicarle muchos cientos de horas al año para poder la contabilidad al día.
Pero además no hemos creado los incentivos para que sea atractivo incorporarse a la formalidad.
En cuanto a los paraísos fiscales, ahí en la OCDE hemos trabajado mucho en el último año, dos años, hemos avanzado más en los últimos 12 meses que en los 12 años anteriores, para desaparecer el tema del secreto fiscal excesivo, para eliminar la disculpa que nos daban los países a quienes les pedíamos información y que decían que iban por proteger a sus clientes, no nos daban la información.
Estamos terminando con eso en el mundo entero, no sólo en los países de la OCDE, sino 90 países a quienes hemos convocado a un foro global en donde estamos logrando que esas 90 jurisdicciones en el mundo, la mayor parte de ellos son países, pero otros son áreas que dependían de otros, que son dominios, territorios, etcétera, pero en donde la gente iba a llevar su dinero.
Ya no habrá donde esconderse, eso también debe ayudar a que se transparenten los depósitos. Debe ser parte también de una reforma fiscal integral porque eso va a permitir que ya normalizados, esos ingresos estén generando impuestos, como debió haber sido siempre.
La reforma deberá incorporar a los distintos impuestos a la Renta, al IVA, pero también mecanismos para simplificar y para transformar la mayor recaudación en mejores servicios públicos.
Cuando presentamos hace poco en Los Pinos el trabajo sobre presupuestación, decíamos que uno de los principales es que la gente necesita tener confianza en cómo se gasta el dinero.
Cuando uno propone una reforma fiscal, uno empieza por decir cómo se va uno a gastar el producto de la reforma, porque es absolutamente indispensable tener más ingresos para abordar algunos temas fundamentales, inaplazables y, por lo tanto, por qué se necesitan los recursos.
El segundo gran desafío, el tema de la competencia. Uno de los talones de Aquiles de México es la falta de una competencia fuerte y dinámica en sectores estratégicos para su economía.
Un análisis reciente de la OCDE y del Gobierno de México, estima que en los mercados donde hay baja competencia en el país los consumidores y las empresas gastan 40 por ciento más de lo debido y que cerca del 30 por ciento de los gastos de los hogares se realizan en mercados donde hay algún tipo o varios tipos de problema con la competencia.
La reciente iniciativa de reforma de la Ley de Competencia, aprobada por la Cámara de Diputados, y que está a consideración del Senado, introduce cambios muy importantes para fomentar la aplicación de la ley y enfrentar el cabildeo.
Por ejemplo, mayores sanciones para los cárteles, el trato de la colusión como una infracción penal, la posibilidad de acuerdos amistosos para aquellos que cooperen y la atención de mayores poderes a la Comisión Federal de Competencia.
Si aplicamos estos cambios se incrementará la competencia y aumentará nuestra competitividad internacional, nuestra innovación, nuestra capacidad para fomentar el ahorro y para reducir las disparidades.
Es una ley que compara favorablemente con las más avanzadas a nivel mundial; es además una clara demostración de que sí podemos llegar a acuerdos de enorme trascendencia, acuerdos como éste, cuando existe la necesaria voluntad política.
El mensaje es muy claro: en México sí se puede.
El tercer tema es la creación de más y mejores empleos.
Desde hace tiempo la OCDE ha venido recomendando a México emprender una reforma laboral para promover la creación de más y mejores empleos.
Algunas de las recomendaciones clave incluyen reequilibrar los incentivos de los trabajadores de bajos ingresos hacia el empleo formal; mejorar la cobertura, la seguridad social y el acceso a servicios como la vivienda y la atención infantil, como parte de la reforma laboral; fortalecer el control sobre el cumplimiento de las obligaciones tributarias y de la seguridad social, como parte de la estrategia integral para fomentar el registro de las actividades informales.
Es claro que es necesario mejorar el equilibrio entre la flexibilidad del mercado laboral y la protección de los trabajadores.
Esto es un falso dilema, esto de que o hay que proteger a los trabajadores o hay que desprotegerlos totalmente es un falso dilema, pero también ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre. El problema es que muchas veces por una excesiva pretensión de protección a los trabajadores se evita que se creen empleos y entonces se afecta a los trabajadores donde más duele.
Hay que ampliar el alcance de los contratos a corto plazo y flexibilizar el trabajo a tiempo parcial. Esto puede resultar especialmente útil para fomentar la participación de las mujeres en el mercado laboral.
Habría que introducir nuevos tipos de contratos laborales de capacitación similares a los pag17-202conocidos como contratos de aprendiz en Europa, así como el mayor uso de periodos de prueba en los trabajos con el objeto de facilitar la creación de empleos con contratos de largo plazo.
Finalmente, para poderle dar trabajo a cerca del millón de jóvenes que se incorpora año con año al mercado laboral, habría que fomentar también la capacitación de los que ya están en el trabajo mediante la mejora de la información y la orientación acerca de las oportunidades existentes.
Actualmente se encuentra en el Congreso una ambiciosa y relevante propuesta para una reforma general del mercado laboral, esta propuesta incorpora en gran medida muchas de estas recomendaciones.
La expresión de motivos dice que la propuesta se basa en 332 propuestas de reformas anteriores, propuestas que han presentado todos los partidos a lo largo de diferentes años; que toca casi el 40 por ciento de los mil artículos de la Ley Federal del Trabajo que data del año 70.
En México decimos que la tercera es la vencida, ésta sería la 333, son tres 3, a ver si así ya nos da, a ver si así ya lo logramos. Es otra de estas cosas en que ojalá podamos decir en algunas semanas o en algunos meses: Sí se pudo; no sólo sí se puede, sino sí se pudo.
Quiero decirles que el hecho de que podamos modernizar el marco de la Ley Federal del Trabajo constituiría un paso crucial para la mayor competitividad de la economía mexicana, pero sobre todo siempre estamos presumiendo del bono demográfico, de que somos jóvenes y por lo tanto tenemos unos años por delante, a diferencia de algunas otras economías de la OCDE, en donde hay un proceso de envejecimiento y donde la principal preocupación es: ¿Qué hacemos con las pensiones y qué hacemos con los servicios médicos, etc.?
Pero la verdad es que el bono demográfico sólo lo podemos aprovechar si el marco jurídico y el marco económico es conducente.
Por eso es muy importante que modifiquemos, modernicemos y pongamos al día el marco laboral.
El señor Krugman nos comentó ayer que le parecía a él que México era un país con muchas desigualdades y seguramente que para muchos de nosotros la novedad fue que el señor Krugman estuviera tan sorprendido de que México era un país con muchas desigualdades, porque quizá como hemos crecido con esta terrible y lacerante realidad, el problema ya no es sólo el diagnóstico, sino qué hacer con el problema.
Allí las señoritas ya están distribuyendo algunas copias de estos documentos.
Las disparidades del ingreso en México son moral y éticamente lacerantes; pero también son un factor de vulnerabilidad de la economía.
En la OCDE hicimos un estudio que se llamaba o se llamó bono inequal?, creciendo desigualmente, con un signo de interrogación.
En México la diferencia del ingreso del 10 por ciento más rico, el 10 por ciento más rico de la población, en comparación con el 10 por ciento más pobre de la población es 25 veces, entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre, 25 veces.
En la OCDE es nueve, el promedio es nueve; o sea, México tiene un nivel de desigualdad que es tres veces mayor al del promedio de aquellos países a los cuales nos queremos parecer un poco más, desde el punto de vista de igualdad, desde el punto de vista de oportunidad, desde el punto de vista de calidad de vida.
La brecha es tan grande que tiende a paralizar el crecimiento.
A pesar de los avances de las últimas décadas y de los programas para apoyar a la población más vulnerable, la pobreza en México está volviendo a crecer. Esto es muy serio. Creció el 47 por ciento entre 2006 y 2008.
Hay que decir que el problema del 2008 ya mordió muy fuerte la crisis y probablemente veamos en el 2009 que permanece este fenómeno.
Pero también hay que decir que cuando estamos hablando de un país que pretende incorporarse a la modernidad, cuando tiene la mitad de su población en pobreza, obviamente el reto es enorme, sobre todo con un país de 110 millones de habitantes.
Tenemos que reducir estas disparidades y hay algunas cosas que se pueden hacer, algunas bastante rápido.
Hay que eliminar los subsidios a los combustibles; hay que fortalecer con esos recursos los programas sociales.
En la Cumbre del G-20 de Pittsburgh, de repente estábamos debatiendo algunos temas sobre subsidios y el Presidente Obama le dice al Presidente Yono, de Indonesia: “A ver, Presidente, vamos a hacer un pequeño compás de espera aquí. Platíquenos, por favor, cómo usted que es Presidente de Indonesia, 230 millones de habitantes”, más pobres por supuesto que nosotros, musulmanes prácticamente todos, miles de islas, “¿cómo le hizo para aumentar 165 por ciento el precio de los combustibles?”.
Hizo una pausa y dice “y lograr que lo reeligieran por una amplia mayoría”; dice “es más, si quiere brínquese lo del aumento, nada más díganos cómo logró que lo reeligieran”.
¿Por qué? Porque un subsidio que es parejo por definición beneficia a los que consumen más, a los más ricos, a los que consumen más energía.
Entonces, ¿qué hicieron? Que eliminaron el subsidio por esa vía, tomaron dinero y lo usaron en programas sociales para los más pobres.
¿Qué pasó? Que efectivamente no sólo fue reelecto, sino que aumentó la mayoría.
¿Por qué? Porque le atinó, tenía una buena idea de que era lo que había que hacer, pero además el valor político, decir “me arriesgo a que pueda haber un coletazo electoral negativo o a que los rivales usen el asunto del aumento de las gasolinas como un argumento político en la campaña, pero lo que lograremos será ayudar a los más vulnerables.
Hay también que regular mejor el sistema financiero para evitar el cobro de tasas o comisiones excesivas, pero además para que presten, no estaría mal, a México no le fue tan mal con la crisis financiera porque el sistema financiero de México estaba sólido, estaba bien capitalizado, estaba bien regulado, pero todavía en muchas de las principales economías del mundo los volúmenes de crédito están por debajo de los años anteriores y eso está haciendo que la recuperación sea más lenta.
Los volúmenes de crédito, algunos dicen que es por la demanda y otros que es por la oferta, pero el hecho es que no se han recuperado; y en países inclusive como México donde la Banca -como dije- no sufrió descalabros muy severos, de todos modos la canalización de crédito sigue siendo un reto muy importante, sobre todo en lo que se refiere a la pequeña y a la mediana empresa.
Hay que enfocarnos en el tema de la migración y también ayudar a los migrantes a lograr que se vinculen más con sus lugares de origen a través de las remesas, pero a través también de apoyar los esfuerzos que se hacen en sus lugares de origen con los recursos propios, entendiendo que son recursos privados, son recursos de las familias.
Hay que promover la competencia para mejorar los servicios y reducir los gastos de los hogares, reducir la informalidad -como mencionamos-, ampliar la cobertura y calidad de los programas de salud, fomentar la capacitación para los programas del futuro, los que va a demandar la economía del futuro y, por supuesto, generar más educación de calidad.
Y paso de todos ésos a mencionar ahora el tema de la educación.
La educación es en México, y en cualquier otra parte del mundo, uno de los principales pilares del crecimiento.
México ha tenido importantes logros, como la escolarización casi universal de niños de entre cinco y 14 años y el incremento de las tasas de graduación a nivel preparatoria de 33 a 42 por ciento entre 2000 y 2005, un avance muy rápido, un plazo muy corto.
Sin embargo, el nivel de nuestra educación sigue siendo muy bajo y esto representa un enorme lastre para el desarrollo del país.
Los resultados de las últimas pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes que lleva a cabo la OCDE, no con sus 31 países, sino con 70 países del mundo, incluye a La India, incluye a China, incluye a la mayor parte de los países de los conocidos hoy como economías emergentes y a muchos países más pobres. Se conoce como PISA, es el Program for International Student Assessment, son las siglas en inglés.
Revelan que un número muy alto de estudiantes mexicanos no tiene los conocimientos necesarios para enfrentar los desafíos del Siglo XXI; uno de cada dos alumnos no puede realizar las tareas más sencillas de PISA, no pudo en la prueba realizar las tareas más sencillas. Son tareas que miden capacidades básicas en matemáticas, en lectura, en ciencia.
En el promedio de la OCDE sólo el 19 por ciento no podía llevar a cabo estas tareas. En México, el 50 por ciento de los muchachos de 15 años no pudo llevar a cabo las tareas. Nuevamente casi tres veces más.
Tan sólo el tres por ciento de los jóvenes mexicanos alcanzó los niveles más altos de complejidad. Son datos que preocupan, pero sobre todo, preocupan por el tipo de futuro que nos esperaría si no podemos darle a estos muchachos más capacidades para enfrentar los retos de la vida moderna.
En contraparte, otro estudio de la OCDE muestra que el impacto económico de elevar la calidad de la educación y conseguir que todos los alumnos obtengan un mínimo de 400 puntos en PISA contra un promedio de 500 que es el promedio de la OCDE, estamos 25 por ciento abajo del promedio.
Permitiría que México pudiese agregar a su escenario, digamos, de Business and Usual, a su escenario de lo que hoy se proyecta, el futuro de los 5, 10, 15, 20, 50 años próximos.
Le podríamos agregar varias veces el PIB, varias el PIB si tuviéramos un promedio de resultados en materia educativa, simplemente más parecidos al promedio que tiene hoy la OCDE; simplemente con que todos los muchachos mexicanos tuvieran cuando menos 400 puntos.
Nuevamente estamos hablando de pruebas objetivas, estamos hablando de cuestiones en las cuales nos comparamos con todos los países del mundo, prácticamente.
México tiene que mejorar significativamente el nivel de sus profesores también. La Alianza por la Calidad de la Educación ha comenzado a dar pasos importantes en este sentido, hay que fortalecer el gobierno y el financiamiento de las escuelas, hay que darles más autonomía a las escuelas, más autonomía a los directores, que pasen menos tiempo en cuestiones de disciplina, menos tiempo en cuestiones administrativas y más tiempo dándole clases a los alumnos.
También está documentado esto, también está documentado en el caso particular de México pag18-202esto, respecto de cuáles son los principales problemas que enfrentan, no sólo los alumnos, sino también los maestros.
En materia de educación superior la planeación de la educación superior es fundamental entre otros la necesidad de un consejo nacional en esta materia.
Y por supuesto, ¿cómo plantear el futuro en materia de educación sin hablar de qué vamos a hacer con el Internet y con la televisión?
¿Cómo podemos explotar el potencial explosivo revolucionario que tienen Internet y la televisión y los medios modernos para poder transmitir la información?
Mejorar la calidad de la educación es también una base fundamental para mejorar la capacidad de innovación. Déjenme mencionar ahora el tema de la innovación.
La capacidad de innovar de un país es el mapa genético de su progreso. El rezago de México, en este campo, es preocupante.
La presencia de la ciencia y la tecnología en la economía es de las más bajas de la OCDE. El gasto nacional en investigación y desarrollo es de alrededor de medio punto del PIB, dos por ciento de promedio en la OCDE, pero además ya los europeos se van a tres o tres y medio con el Programa Lisboa; uno y medio en China y creciendo aceleradamente en Brasil al duplicar, en Sudáfrica a duplicar, y nosotros nos hemos mantenido en estos niveles no sólo modestos, sino de los más modestos del mundo, sobre todo en países de la modernidad.
La globalización se aprovecha a fondo solamente a través de la ciencia, la tecnología, las patentes y la innovación; la innovación es cambio; el cambio sus nuevas inversiones, es nuevo talento, es la atracción de capitales, etcétera.
México cuenta con activos importantes para progresar en este campo, tenemos polos de excelencia en educación superior, tenemos un número importante de ingenieros y técnicos especializados, tenemos una reserva de empresarios modernos y tenemos efectivamente una población muy joven.
Hace poco un grupo de jóvenes mexicanos ganaron la Internacional Genetically Engineered Machines del MIT del Massachusetts Institute Technology, un grupo de estudiantes mexicanos.
Es decir, existe el talento, pero obviamente lo que tenemos que hacer es tener una política más deliberada, incluyendo entre otras cosas el gasto público para apoyarla y la vinculación entre el gasto público en materia de innovación y el gasto privado, las universidades, los procesos de investigación, descubrimiento e inventos y la vinculación con el mercado, que es el que finalmente va a permitir que se recuperen esos recursos y se vuelvan otra vez a ubicar para renovar esos esfuerzos de investigación.
Para desarrollar al máximo nuestra capacidad de innovación tenemos que mejorar la administración y el gobierno del propio sistema de innovación.
Necesitamos mejor coordinación entre las secretarías y dependencias, una evaluación más sistemática de los resultados y una mayor descentralización de la política de innovación.
Permítanme hacer un pequeño aparte, porque mencioné la palabra “evaluación”.
El asunto de la evaluación es importante en la innovación, es imprescindible en el tema de la educación, es indispensable en el tema del presupuesto, en todo.
Tenemos la costumbre, tenemos la cultura, y no sólo en México, prácticamente en todos los países, de medir lo que le metemos a la máquina, no medimos lo que sale.
Le medimos lo que gastamos en el presupuesto, le medimos lo que gastamos en maestros, lo que gastamos en los alumnos, lo que gastamos en libros, lo que gastamos en salud, etcétera, y no medimos lo que sale, y sobre todo no medimos si lo que sale es lo que queríamos que saliera.
Ya no nos podemos dar el lujo de seguirlo manejando así, simplemente porque además van a estar muy apretados los recursos en el futuro, a pesar de que hagamos la reforma fiscal.
Y la gente además exige saber para qué sirve el dinero que nos han dado y cómo lo estamos utilizando.
Las empresas basadas en nuevas tecnologías deben tener mejor acceso al financiamiento, entre otras cosas.
Debemos promover la competencia con intensidad y desactivar las regulaciones que inhiban la innovación.
Y así, impulsando la innovación, avanzar hacia una nueva era de crecimiento verde.
Déjenme mencionar brevemente este tema del crecimiento verde.
México tiene que avanzar hacia un nuevo tipo de crecimiento sustentado por energías renovables basado en una conciencia ecológica de consumo inteligente, obviamente una economía baja en carbono.
Hay que transformar el metabolismo industrial del país a favor del crecimiento verde. Este es el desafío que debemos enfrentar con firme decisión.
El compromiso del Gobierno de México de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en 50 por ciento para el año 2050 es un marcador interdimensional que nosotros en la OCDE nos hemos encargado de estar difundiendo urbit to urbit.
Y la razón es que, además acuérdense, México no es parte de los países que tengan obligaciones de ponerse a sí mismos metas, lo ha hecho de manera voluntaria, unilateral, sin esperar la reciprocidad porque le conviene a México, pero además porque es una contribución muy importante para una misión más importante aún a nivel mundial.
El Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012 está conduciendo a un esfuerzo ejemplar.
La propuesta de Ley General de Cambio Climático, la Presidencia de México de la Reunión del COP 16 a fin de año en Cancún, la propuesta de la creación de un Fondo Verde reflejan un compromiso sólido con el medio ambiente y un liderazgo creciente en la materia.
Pero aquí hay que tener conciencia de que lo que hoy estamos discutiendo se hará en el mejor de los casos, en los próximos cinco, 10 años y tendrá efectos en los próximos 20, 30 ó 40.
Hoy estamos decidiendo lo que va a pasar con nuestros nietos en materia ecológica. De ese tamaño es la responsabilidad que tenemos en esta generación.
Queda mucho por hacer. Por ejemplo, revisar los instrumentos fiscales desde una perspectiva medio ambiental, eliminar los subsidios al consumo de energía -como decíamos-; expandir el uso de instrumentos económicos, como por ejemplo ponerle un precio justo al agua; utilizar mejor los impuestos verdes o las subastas de permisos de emisiones de carbono, fortalecer la aplicación de la ley medio ambiental y lograr que la aplicación del medio ambiente se convierta en motor del crecimiento inteligente y creación de más y mejores empleos.
Los avances en todos estos campos dependen de nuestro progreso en otro desafío fundamental para México.
Es el último al que haré referencia en mi presentación formal, pero -insisto- hay un poco más de detalle en el folleto.
La aplicación efectiva del Estado de Derecho.
En México el Estado de Derecho tiene deficiencias graves. Varios estudios recientes, uno muy importante, el de Xavier Sala-i-Martín, del Departamento de Economía de la Universidad de Columbia, gente muy seria y gente muy importante, porque entre otras cosas fue presidente del Barcelona, lo cual le da una gran credibilidad. Es uno de los más importantes académicos en Columbia, es un experto en estos temas.
Documentan cómo las carencias del Estado de Derecho se han convertido en uno de los obstáculos más grandes para el crecimiento de México.
Dejó de ser presidente del Barcelona por cierto porque quiso vender a Ronaldinho entonces, los catalanes no se lo perdonaron.
Hablaba yo del tema del Estado de Derecho. La capacidad de ejecución de los contratos en nuestro país es débil, esto corroe nuestra competitividad y ahuyenta las inversiones.
Tenemos además el tema en boca de todos, todos los días, el deterioro de la seguridad pública. Otra desventaja comparativa muy seria.
Hay algunas estimaciones del propio gobierno mexicano que le atribuyen a la inseguridad un impacto de alrededor de 1 por ciento de caída del PIB o de no crecimiento del PIB cada año.
Con lo que cuesta ganar algunas décimas de punto con buenas leyes, buenos reglamentos, buenos códigos, el estar dejando en la mesa un crecimiento de 1 por ciento por supuesto duele. Sabemos que las decisiones en esta materia son muy difíciles, pero también hay que ponerlas a la hora de medirlas solamente en el ámbito económico y en su consecuencia económica más o menos 1 por ciento del PIB, sólo para dar idea.
México debe dar pasos decisivos para garantizar una aplicación más eficiente y predecible de la ley.
La reforma integral del sistema de administración de justicia es un imperativo político y social urgente.
El gravísimo problema del narcotráfico y el trasiego de armas, así como la ahora generalmente aceptada corresponsabilidad de los Estados Unidos en estos fenómenos, obligan a una creciente cooperación y coordinación de políticas con nuestro vecino del Norte.
Esta declaración de ayer del Presidente Obama, de que hay que concentrarse en reducir el consumo, es de una enorme trascendencia porque llevamos muchos años, muchos gobiernos insistiéndoles a los americanos en que el problema del tráfico nuestro es que allá se consume.
Y, por supuesto, más tarde o más temprano se empezó a consumir también aquí. Es lo que sucede con todos los países de tráfico y de tránsito: Se empiezan también a envenenar sus juventudes y su niñez.
Sin seguridad no habrá progreso económico y social duraderos.
Señor Gobernador; señoras y señores:
Estos son, a mi juicio algunos de los principales desafíos estructurales que tenemos que enfrentar, para lograr un crecimiento sostenible que nos permita sacar mejor provecho de la globalización.
Desde luego hay otros campos: La reforma de la salud, las pensiones, la diversificación comercial, la migración, etc.
Debemos ubicar juntos cuáles son los principales retos y acordar una hoja de ruta común, una acción concertada, un pacto de Estado que trascienda nuestras diferencias políticas y evite que nos “coman” el mandado o que nos releguen a la mediocridad de la media tabla.
Esta es una expresión que ya he usado en otros foros, de la mediocridad de la media tabla. Le tenemos que correr a eso; no nos lo merecemos.
Podemos estar entre los países líderes y nos hemos relegado por falta de capacidad de concertación a la media tabla.
Estos cambios estructurales adquieren ahora una urgencia nueva, en la etapa post-crisis.
Esta de cuchilladas el asunto de los mercados y las inversiones en la etapa post-crisis, porque además todo mundo perdió empleo, perdió riqueza, perdió exportaciones, perdió producción y ahora no sólo es la competencia de siempre, sino es para recuperar el terreno perdido o para aquéllos que tomaron decisiones difíciles durante la crisis o que se preparen para mejorar la salida de la crisis. A ésos les irá mejor, los que estuvieron viendo la crisis con alguna distancia, sin tomar medidas difíciles, porque se escudaban en la crisis para tomar decisiones.
A ésos les irá peor, tendrán que pagar costos altos en la época post-crisis.
Debemos decirles también que los mercados -hace un momento lo mencioné- tiene una creciente aversión al riesgo. Estamos viendo, con el impacto de la crisis griega, por ejemplo, los mercados, los inversionistas, las fuentes de crédito, las fuentes de capital de riesgo, las agencias calificadoras son jueces cada vez más severos; a veces irracionalmente implacables de la calidad de las políticas nacionales.
Y, repito, castigan brutalmente cualquier signo de debilidad o de brutalidad. Nos urge, por lo tanto, equipar a nuestra economía con un nuevo software competitivo, que nos permita transformar nuestro potencial en liderazgo económico mundial.
México no debe desperdiciar esta crisis, la crisis hay que aprovecharla. Lamentablemente somos mejores para transformar y para reformar en las crisis que en los tiempos de bonanza. Así es, este es tiempo de crisis, tiempo de postcrisis, tiempo de reformas.
Estamos viviendo un momento de metamorfosis económica global sin precedente; aprovechémoslo.
Señor Gobernador, amigos:
México se reinventa en los años 10: 1810, en 1910, y 2010 puede ser también el detonador de una nueva etapa en la vida de México; una etapa de crecimiento sostenido verde, incluyente; de una economía más fuerte, más limpia y más justa.
Muchas gracias.

LIC. ENRIQUE PEÑA NIETO: Licenciado José Ángel Gurría, reciba este reconocimiento por su aportación a este evento, que es un esfuerzo al que han convocado los tres Poderes del Gobierno del Estado.
Y en el propósito que aquí ya ha sido reiteradamente señalado de poder contribuir a la generación de ideas, de pensamiento, de debate, de proyectos, y donde sin duda hace un momento comentábamos el gran denominador común de estos foros de reflexión, que ha sido justamente el lograr la transformación y las reformas de gran calado que nos permitan tomar un nuevo rumbo que tanto necesita y merece nuestro país.
José Ángel, muchísimas gracias, sé que fue verdaderamente complicada tu llegada a nuestro país; viene de París, además nuevamente el volcán que se atravesó, las cenizas que estuvo expulsando hizo darle más vueltas, pero agradecemos realmente tu presencia en este foro.
Muchísimas gracias.

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