“Esencial que subsista el equilibrio entre los Poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo”, afirma el Director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Dr. Raúl Contreras Bustamante
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de Revista Macroeconomía
Entrevista con el Lic. Raúl Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho de la UNAM, miércoles 11 de septiembre de 2019.
Bajo el escudo de la Universidad Nacional Autónoma de México y el retrato del gran educador Justo Sierra, que la fundó, el Dr. Raúl Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho, habla para Macroeconomía desde su cubículo universitario.
MJL.- Querido señor: en primer término, queremos agradecer a Usted por esta oportunidad que le da a nuestra Revista Macroeconomía de escuchar su guía, de darnos su liderazgo ideológico de la ciencia jurídica y lo primero que a nosotros nos gustaría saber y conocer es que nos diera Usted un resumen del momento actual que vive nuestra Universidad y en particular la Facultad de Derecho, qué perspectivas ve Usted cuál es el presente y el futuro más cercano de nuestra amada Universidad.
RCB.- Antes que nada déjeme darle la bienvenida a esta su casa, la Facultad de Derecho, Mauro, es Usted una personalidad a la que yo quiero, reconozco y admiro desde muchos años y verdaderamente es un orgullo para mí que Usted esté aquí y que me haya hecho la distinción de hacer está entrevista.
La Universidad de la Nación, como hemos dado en llamarle es la Universidad más importante de México; una de las dos primeras de América Latina y también quizá, podemos ser un poco más ambiciosos, decir que es de las universidades más importantes del mundo; y no lo decimos nosotros aquí en México, sino lo han dicho las empresas que se dedican a hacer este tipo de mediciones; como QS Rankings que es una empresa británica, que ubica a la UNAM en el lugar 103 entre 1600 universidades del mundo y entre esas universidades mezclan universidades privadas con públicas, universidades que tienen un prestigio internacional pero que cobran cantidades estratosféricas por estudiar, como puede ser Harvard, Yale, todas estas universidades norteamericanas o británicas y, entre estos lugares, la UNAM que es una Universidad pública que da educación masiva, pero que al mismo tiempo no se ha limitado a ello sino que da una educación de excelencia académica, está considerada entre las primerísimas del mundo, lo cual hace que los mexicanos nos sintamos orgullosos en la Universidad; y la Facultad, está considerada como la Facultad más importante del mundo de Hispano América; en ese sentido tenemos 3 años consecutivos ranqueados, como se dice ahora en ese primerísimo lugar y eso nos implica una gran responsabilidad ahora de mantenerlo.
MJL.- Es algo fantástico: ésta información que nos da señor y que nos enorgullece señor Director que así sea la Facultad de Derecho y nuestra Universidad; dentro de ello, ¿cómo ve Usted en lo futuro, la función que tendrá que desempeñar nuestra Facultad para mantener en nuestro país el Estado de Derecho? ¿qué significa el Estado de Derecho para nuestro país?
RCB.- Es una gravísima responsabilidad la que tiene la Facultad de Derecho de la UNAM; es el faro que conduce la enseñanza de la educación superior en materia jurídica del país; tenemos que ir siempre a la vanguardia; a veces el lugar que hemos luchado por tener y lo tenemos que mantener; hoy como nunca la enseñanza del Derecho es algo muy complicado; acabamos de cambiar nuestro Plan de Estudios y ahora trataremos que los jóvenes entiendan tres cosas fundamentales; creo que con eso se puede sintetizar porque son muchos los aspectos:
Primera que se tiene que entender: que el Derecho que se aplica en el país va desde los tratados internacionales, la convencionalidad porque a partir de 2011 de la Constitución establece que los tratados tienen una fuerza y un nivel constitucional el de la propia Constitución, el de las leyes federales, porque somos un país federal y por primera vez vamos a bajar incluso hasta el Derecho Indígena, la materia Derecho Indígena ya será una materia obligatoria para todos los estudiantes entiendan que la dimensión del derecho en el país va desde la globalidad hasta la localidad.
La otra cuestión es que estamos cambiando la visión del egresado; mire, hicimos un estudio muy detallado antes de lanzarnos a cambiar el Plan de Estudios y nos dimos cuenta que la justicia del país está congestionada, que todos los tribunales del país están con una sobrecarga.
Si nosotros metemos en una sola lista los juzgados federales y los civiles y los hacemos una sola cuenta, el resultado nos dice que el 40 por ciento de todos los juicios del país son de un origen familiar, y un 30 por ciento más de carácter civil, el otro 30 por ciento están los mercantiles, laborales, administrativos, amparos; quiere decir que, el 70 por ciento de todos los juicios que están esperando resolverse son conflictos entre familiares, ex socios, vecinos y ex amigos; eso quiere decir que tenemos el tejido social fracturado, roto, entonces, estamos formando abogados con una visión más mediadora y conciliadora que sepan litigar, pero que entiendan que el litigio debe ser el último de los recursos al que deben de recurrir para tratar de ayudar a quien confía en su consejo o en su asesoría; que esa vieja conseja que más vale un mal arreglo que un buen pleito que antes lo hacían como algo que se tenía que arreglar abajo de la mesa, hoy es al revés; lo ponemos sobre la mesa y que la gente entienda que más vale resolver los conflictos de manera rápida y pacífica, que irse a un litigio largo, caro, costoso, en donde todos pierden y, la tercera; es un plan de estudios que enseñe al joven a ser más autodidacta y a investigar; lo único que le podemos enseñar a los jóvenes hoy con seguridad, es que lo que hoy les estamos transmitiendo, el conocimiento va cambiar y que en ellos estará la capacidad y la obligación de mantenerse siempre actualizados y de estar pendientes de lo que va sucediendo en el mundo legislativo, en la sentencias y en los tratados internacionales; quiere decir que el joven que se dedique o qué piensa estudiar Derecho, tiene que saber que es una carrera que sabe cuándo empieza y que terminará hasta que terminen sus días o su deseo de ser abogado; porque nunca va a poder dejar de estudiar.
MJL.- Permanentemente y es un mundo cambiante; primero cambia el mundo y luego cambian las leyes, verdad señor Director.
RCB.- Pues siempre los abogados decimos que hay una dualidad y un conflicto entre la realidad social y la ley; hay distintas formas de enfrentar esto, estamos viviendo en México desde hace tiempo, una idea equivocada de que lo difícil de todo es que los partidos políticos se pongan de acuerdo para cambiar la ley y que ya una vez cambiada la ley, las cosas van a modificarse y a caminar como la ley dice y eso es una falacia. Una ley tiene que estar muy apegada a la realidad social y tiene que venir aparejada con una buena legislación secundaria, con políticas públicas decididas donde se vea la voluntad política de tratar de hacer que la ley se cumpla y que la realidad cambie y de presupuesto y lo que vemos ahora nada más son reformas constitucionales y leyes y una vez que sacan una ley los legisladores, se dedican a hacer la próxima y se les olvida ver qué pasó con esa ley que promulgaron o que hacer para que esa ley que promulgaron se cumpla; tenemos un verdadero problema en materia jurídica en este sentido, donde tenemos un exceso de leyes y una realidad social que a veces es muy necia y que se resiste a cambiar.
MJL.- Así, así es señor director. Es en este contexto que Usted plantea tan sabiamente, nuestro país acaba de experimentar o está experimentando una verdadera Revolución en el Derecho al haberse cambiado o haber evolucionado hacia el sistema penal, oral, adversarial y algunos señalan le oí a un Procurador decir que es un sistema civilizatorio que está dentro de lo que Usted nos señala, pero ¿cómo esta funcionando qué hace falta para que este sistema realmente se desenvuelva de una manera cada vez más eficaz y que pueda servir al avance social?.
RCB.- Es un muy buen ejemplo, don Mauro, hicieron una Reforma Constitucional en 2008, le dieron ocho años de plazo para entrar en vigor y cuando entró en vigor, todo mundo se dio cuenta que en ocho años no se hizo nada o muy poco.
Es un muy buen sistema digamos desde el punto de vista idealista, el apostarle al principio de “inocencia” donde la gente sea considerada inocente salvo prueba en contrario, el de reconocer que diéramos un sistema que se conformaba con que la gente fuera a la cárcel, aunque saliera inocente como forma de castigo o de venganza y que entendamos que la privación de la libertad tiene que ser verdaderamente excepcional porque además tenemos un sistema penitenciario muy deficiente, las cárceles se convierten más bien en escuelas del crimen o están manejadas por auto gobiernos por los delincuentes y sacar al juez de su oficina y ponerlo realmente a entrar en contacto, son muy buenas las intenciones.
Lo que creo que ha faltado, es apostarle al cambio cultural; la mayor parte de la gente no sabe y no entiende estos principios, alguien que ha sido agraviado de un delito y ve que quien lo agravió durante el juicio queda en libertad, cree que eso es injusticia y creé que eso es ineficacia, cuando así está el sistema.
El apostarle al principio de “inocencia”, la gente no está convencida de ello porque no le hemos explicado bien a bien qué significa y el tema más difícil es que en los países donde funciona este sistema, o de donde lo copiamos o lo adoptamos se funciona en base a que el proceso penal vaya permitiendo al juzgador, conocer la verdad; en estos países a veces, mentirle al tribunal o el perjurio, como se le llama técnicamente, a veces es mas grave que el delito mismo y los abogados saben que el perjurio no está permitido y en México, esa cultura no la hemos cambiado, todavía podemos ver a abogados que preparan a sus testigos antes de las audiencias, para que se pongan de acuerdo en una coartada, aunque sea falsa y, que vayan a mentirle al Tribunal o, que de manera deliberada le mientan al Tribunal, porque saben que no hay esta cultura y no hay sanciones para quien lo hace; entonces es muy difícil que el juez pueda caminar en este sistema y buscar la verdad para impartir la justicia.
Es más bien, la necesidad de que toda la sociedad trabajáramos en un cambio cultural, porque creo que lo más grave sería regresar al viejo sistema porque, le cargáramos a éste la ineficacia como si hubiera fallado, cuando lo que falló fue realmente su implementación.
MJL.– La preparación de los policías, de los Ministerios Públicos; de los mismos jueces….
RCB.– La preparación, a ver; los jueces se prepararon, podemos decir, que en el sistema penal, los únicos que hicieron la tarea son los jueces; porque los poderes judiciales están mejor organizados, pero acabamos de ver este año apenas que se creo la Fiscalía; no había Fiscalía, el sistema penal estaba creado con Fiscalía no con procuraduría; apenas este año está, no vemos presupuestos para que la Fiscalía tenga una implementación y un fortalecimiento técnico de las cuestiones que tienen que ver con peritajes, con estos medios técnicos para la investigación; no están preparados los abogados; los abogados no están comprometidos con este cambio cultural y, la ciudadanía en el fondo, también ignora cuáles son los objetivos de este sistema; entonces esto está sirviendo para que quienes tienen la responsabilidad de la procuración de justicia hablen de que el sistema fracasó y que la puerta giratoria y que los jueces, no los ayudan, cuando en el fondo lo que están tratando de hacer es echarle la culpa a alguien por su impreparación.
MJL.– Así es; muy clara explicación; Señor Doctor, dentro de este mismo contexto, recientemente han habido de parte de algunos sectores oficiales y otros, ciertas críticas al derecho de amparo, y se ve que los legisladores, también están ahora promoviendo alguna modificación sobre el amparo o algo así; y queríamos preguntar a Usted, ¿qué importancia tiene la vigencia en nuestro país del derecho de amparo y realmente qué es lo que va a pasar con él? ¿Cómo prevé Usted que eso venga?
RCB.– A ver, el amparo es el principal instrumento para defender los derechos humanos; y, la defensa de los derechos humanos está concebida para que los derechos humanos, los respeten los humanos con poder político. A veces decimos en la cátedra que el termino derecho humano parece pleonasmo, porque a veces se nos olvida que los derechos son creaciones humanas y que si bien, hay derechos de los animales y derecho ecológico, es porque los humanos hemos creado esas concepciones, para defender a los animales, al medio ambiente, al agua, de nosotros mismos los humanos.
Los derechos humanos están concebidos para defender a los ciudadanos de quien tiene un cargo o un poder político; claro que el amparo incomoda a quienes tienen el poder político porque frena sus decisiones a veces arbitrarias; el amparo desde luego, a veces se utiliza con el sesgo, con abuso, de acuerdo; pero yo prefiero tener un instrumento del cual se pueda abusar que un instrumento del cual se carezca.
Creo que, en la defensa del derecho de amparo, la academia, los abogados, las instituciones que nos dedicamos a ellos, con la vida, lo vamos a defender. El amparo, desde luego, se le tendrá que hacer alguna reforma para evitar el abuso o el uso indiscriminado o incorrecto de él, pues, bienvenido, pero pensar en que el amparo es un mal instrumento porque detiene decisiones políticas a veces impensadas, a veces violatorias de derechos o a veces hasta arbitrarias, pues es no entender que esa es su esencia y para eso está.
MJL.– Muy claro, muy importante su observación, Señor Director, en este mismo contexto, digamos que se ha visto en la esfera pública, un cierto enfrentamiento del Poder Ejecutivo con el Judicial y en medio el Legislativo; siendo el equilibrio de poderes un postulado muy antiguo, ¿cómo puede preverse esa relación, porque el Poder Judicial es un poder del mismo tamaño de Poder Ejecutivo y del Legislativo?
RCB.– A mi me preocuparía que no hubiera confrontación, porque quiere decir que a lo mejor algo estaba fallando, la división de poderes es una filosofía, una doctrina que tiene que ver con un principio; “el poder corrompe y cuando es absoluto, corrompe absolutamente”, entonces, para que nadie tenga un poder absoluto, hay que contrapesarlo, hay que dividirlo y hay que vigilarlo; que el poder judicial tenga puntos de vista que le molestan al Ejecutivo, pues ese es su papel; que el Poder Ejecutivo haga cosas que al Poder Judicial le parecen que son violatorias de la Constitución, para eso está.
Desde luego que lo que nosotros vemos desde la academia, es que hay que pugnar por el respeto entre los poderes; que tampoco los poderes tengan como visión ser no simples contrapesos, sino ir más allá y tener conflicto, eso tampoco está dentro de la doctrina de la división de poderes; es un contrapeso, pero también, una colaboración entre los poderes.
Los poderes tienen que ser responsables en sus resoluciones, en sus actos y tratar de cumplir con su papel; si cada uno de los servidores públicos hace lo que la ley, la Constitución le señala, no hay controversia y no hay conflicto; si la Administración Pública se apega a los principios constitucionales de legalidad, de buen gobierno, sus resoluciones no tienen porque parar en el poder judicial; o, si paran en el Poder Judicial, simplemente el poder judicial las tiene que desechar o darles la razón y tampoco los jueces pueden ser tan apáticos, que con una resolución simplemente legalista, pues generen un problema de carácter político, social al país, porque eso también forma parte de su responsabilidad.
Y a lo largo del tiempo, nosotros hemos visto que los tres poderes, tienen sus conflictos, tienen sus divisiones, tienen sus diferencias, pero han caminado y hemos tenido una buena colaboración entre los poderes que creo es a lo que habría que apostar y desde la academia es lo que tratamos nosotros de contribuir, con nuestras opiniones, con lo que nosotros les enseñamos a los jóvenes, para que se entienda que es una relación natural de contrapeso, pero no de confrontación.
MJL.– Magnifico, señor Director; no queremos tomar demasiado de su tiempo; su tiempo de Usted es muy valioso, no queremos abusar y, como último planteamiento queríamos Señor Doctor que Usted nos diera una visión; en nuestro país hay algunos síntomas o signos a veces, de cierta ingobernabilidad de sectores, poblaciones que por circunstancias, pues asaltan trenes, asaltan camiones, toman el “huachicol”, que le llaman, toman el gas, y todo eso y, esto representa todo un fenómeno, que sí se ha venido desarrollando desde hace tiempo, pero que, de cierta manera afecta al Estado de Derecho nacional, porque algunos sectores piensan que debería de haber medidas algo más drásticas para frenar esto; acaban de, por circunstancias equis, asaltar camiones de alimentos, etc.
Sobre eso, ¿qué visión tenemos? ¿cómo podremos evolucionar en alguna forma a la aplicación de un Estado de Derecho global que permita al país seguir adelante en términos pacíficos y de armonía social?
RCB.– Es una excelente reflexión, y es la preocupación fundamental que tenemos hoy en día; quienes nos enseñan y nos dedicamos a la labor de educadores a cómo hacer un cambio; mire, nosotros desde la Teoría de Derecho decimos, que la mayor parte de las cosas que funcionan bien en una sociedad, el ciudadano las hace por convicción y muy pocas por coerción; cuando queremos resolver todo a través de la coerción, pues todo falla; porque deja de ser excepcional y entonces, pues no está bien esa ley que no esta siendo obedecida por coerción, hay que revisarla, la sociedad no se puede mover a través del uso, del monopolio exclusivo de la violencia que tiene el Estado, tiene que ser una sociedad, culta, bien educada que cumpla las leyes, porque entiende que le conviene seguir las leyes.
El problema fundamental que hemos vivido y que está viviendo nuestro Estado de Derecho se llama impunidad; cuando hay impunidad, pasan cuatro fenómenos por lo menos así lo tengo yo entendido; cuando alguien comete un delito y no tiene sanción, queda invitado a volverlo a hacer; Segunda, cuando alguien comete un delito y no es castigado y alguien lo observa, queda convidado a imitarlo; tercera, cuando las víctimas de los delitos, no reciben satisfacción y no reciben justicia, quedan convidados a tomarse justicia de propia mano, ya lo hemos visto; y el cuarto, que es el que estamos viviendo ahora, que es el más grave, es que cuando la impunidad se convierte en una costumbre, las comunidades tienen ya como regla natural de operación, el que los ilícitos son la fuente fundamental de sus ingresos económicos y de su manera de vivir; y entonces, empiezan a entender que el delito es algo normal y es algo común y que no debe de ser sancionado porque es lo que les permite vivir, por eso vemos que a los narcotraficantes es muy difícil detenerlos porque la comunidad les avisa cuando van las fuerzas del orden para allá, o vemos que cuando van a detener a un “huachicolero” sale el pueblo y esconde al “huachicolero” pues porque es el que tiene años inyectándole a la economía a esa comunidad; entonces, el tema es que estamos viviendo un momento donde solamente se producen más leyes, sanciones más altas, pero no están resolviendo el problema porque el 98 por ciento de los delitos, queda impune; entonces la invitación a delinquir es amplísima; alguien sabe que puede robar, secuestrar, matar y tiene un 2 por ciento de probabilidades de ser detenido; entonces la invitación a cometer los delitos es muy alta.
Entonces, el tema es que nosotros en primera, no podemos dejar de ejercer el Derecho; las normas jurídicas se diferencian de las otras por la coerción, quien no obedece la ley tiene que tener una sanción; si nosotros no aplicamos esta norma jurídica, pues no estamos aplicando el Derecho; estamos invocando a su moral, a su ética, a sus principios católicos o religiosos o cristianos para que se porten bien y a lo mejor en un clima donde ya la impunidad ha sentado sus bases, la gente no va a cambiar su actitud sin la aplicación del Derecho; entonces, no se trata de usar la fuerza y la represión, simplemente de aplicar la Ley.
MJL.– Señor Doctor, una última cosa que ya ahora si ya la última, un mensaje de Usted para la comunidad de la Facultad de Derecho y también para la comunidad universitaria, de cuál es su papel que deben tomar en este momento, en momentos que en nuestro país son difíciles, como han sido difíciles digamos que todo el tiempo.
RCB.– Nosotros decimos que en ésta Facultad no formamos licenciados en Derecho o abogados simplemente, sino juristas; nosotros estamos forjando primero buenos ciudadanos antes que buenos juristas, primero los hacemos buenos ciudadanos, responsables de sus actos aquí, dentro de la Facultad, porque ya lo son, ya tienen facultades plenas, ya tienen personalidad jurídica plena y estamos forjándolos con una gran conciencia social.
México está pasando por problemas muy serios de violencia, inseguridad, corrupción, impunidad y desigualdad social; estamos forjando a jóvenes que entiendan que el mundo que les vamos a heredar es un mundo con muchos defectos, y que el cambio está en ellos.
El cambio en México y creo, que la mejor inversión que habría que seguir tratando de dirigir es en educar; las sociedades bien educadas necesitan menos del Derecho y de la coercitividad para funcionar en condiciones de paz y de estabilidad.
MJL.– Muchas gracias Señor Director, ha sido un placer, ha sido una magnífica entrevista, de las mejores que he realizado.
RCB.– Es un honor que me lo diga Usted, muchas gracias.