“México y China, en su mejor momento de colaboración y amistad”, dijo el Embajador Qiu Xiaoqi al despedirse
- Discurso ante el cuerpo diplomático y los funcionarios del nuevo gobierno mexicano.
- “Fui el primer embajador extranjero en ser recibido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador”, expresó con orgullo el diplomático, representante de la República Popular China en México
- “Los mexicanos tendrán siempre en mí y mi esposa Liu Min, amigos verdaderos y permanentes, en China”
Palabras del Embajador Qiu Xiaoqi en la recepción con motivo de su despedida
Señoras, señores, amigos,
El tiempo pasa volando. Hace casi 6 años, se celebró en este mismo lugar una recepción con motivo de mi llegada, donde tuve la oportunidad de conocerlos a todos ustedes. El día de hoy, en este mismo salón y con el corazón lleno de agradecimiento, les dedicaré unas palabras y me despediré de ustedes, algo que no desearía hacer.
Dediqué la mayor parte de mi carrera diplomática en América Latina, al menos 40 años, por lo que esta tierra se ha convertido en mi segundo pueblo natal. He vivido un importante periodo de mi vida en México, un país que me ha dejado recuerdos inolvidables.
Muchos amigos me preguntan: ¿qué aspecto de México me gusta más? Y siempre les respondo: todo. El sol brillante, la ancestral y espléndida cultura, su rica y variada gastronomía, y por supuesto, su gente sincera y hospitalaria. Como escribió el famoso poeta mexicano, Octavio Paz, “el mundo cambia si dos se miran y se reconocen”. Y mi vida se ha enriquecido enormemente gracias a mi encuentro con México.
Llegué a México para fungir como el 14º Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de China ante este país en agosto de 2013. Poco antes de mi llegada, los presidentes de China y México realizaron visitas mutuas, y lograron establecer la Asociación Estratégica Integral, que fue un nuevo punto de partida para las relaciones bilaterales. En poco más de 5 años, he encabezado esta misión diplomática con compromiso y responsabilidad, lo que me ha impulsado a seguir hacia adelante buscando lo mejor para las dos naciones. He tenido el gran privilegio de participar y ser testigo directo de los momentos más importantes de los lazos chino-mexicanos.
Durante mi periodo en esta misión diplomática, las relaciones entre China y México han tenido un avance sustancial. Los dos mandatarios realizaron tres visitas mutuas y siete encuentros, que fueron orientados a mejorar los vínculos binacionales, algo nunca antes visto en la historia de las relaciones de ambos países. Asimismo, se mantuvieron frecuentes contactos binacionales a nivel gubernamental, parlamentario, entre partidos políticos y militares. Además, se logró una coordinación de forma estrecha en los mecanismos multilaterales como la ONU, el G20, el APEC y el Foro China-Celac, que han coadyuvado al trabajo y fortalecimiento de las relaciones bilaterales.
Es indudable que China y México generan importantes oportunidades de desarrollo el uno para el otro, y en la consolidación de sus relaciones, siempre rigen los principios del trato equitativo, la confianza mutua, la sinceridad y la cooperación de ganar-ganar. Fui el primer embajador extranjero acreditado a quien el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador recibió en agosto pasado. Tuvimos una conversación profunda, e intercambiamos puntos de vista sobre el futuro de los lazos entre China y México. El presidente López Obrador expuso su disposición de profundizar la cooperación con China, que es el deseo común de ambos pueblos.
En estos últimos 6 años, los intereses de China y México se han integrado profunda y continuamente. El comercio bilateral ha crecido 25% y se ha duplicado la inversión china en México. El aguacate y el tequila se encuentran entre los productos mexicanos de alta calidad que tienen una buena venta en China, mientras que los electrodomésticos, celulares y autos de marcas chinas son adquiridos por los hogares mexicanos. Alibaba se ha convertido en la primera opción como plataforma de comercio electrónico para miles de Pymes mexicanas que se integran a la globalización, Didi y Mobike están facilitando la vida y movilidad de los mexicanos, y, además, los vuelos directos de China Southern Airlines y Hainan Airlines han generado puentes que por vía aérea acercan a los dos países. Lo que más me complace y me llena de orgullo es la buena fama que ganan las empresas chinas en la sociedad mexicana por su buena reputación, así como por su calidad en bienes y servicios que ofrecen. Durante mi visita al puerto de Manzanillo en marzo de 2014, un encargado de la administración portuaria levantó su pulgar diciéndome que las empresas chinas terminaron la primera fase del proyecto del muelle de contenedores en solo un año y medio. Es sorprendente la “velocidad china”. Estoy seguro de que muchos amigos mexicanos que participan de forma directa en la cooperación bilateral sienten lo mismo.
Durante mi encomienda de estar al frente de esta Embajada, los intercambios culturales y de personas entre China y México se han incrementado sorprendentemente. El Año de Intercambios Culturales China-América Latina y el Año de la Cultura China en México ha sido un gran éxito. Las más de 200 actividades culturales anuales y el “Día de la Cultura China” constituyen una ventana para que el pueblo mexicano conozca la cultura de mi país. Por otro lado, no deja de aumentar el fervor por China en México, donde más de 30 mil alumnos se inscriben en los cinco Institutos Confucio y al Aula Confucio. Me gustaría destacar que México ocupa los primeros lugares en cuanto al número de estas instituciones y el alumnado. Una vez visité el Instituto Confucio de la Universidad Autónoma de Yucatán, y pregunté a los alumnos porqué aprenden el idioma chino. Un simpático niño me respondió, “para ser diplomático”. Tengo confianza en que, mientras crezcan los diplomáticos no gubernamentales, se consolidarán permanentemente las bases de opinión pública de las relaciones China-México.
Durante mi gestión como Embajador, he pisado la tierra de las 32 entidades federativas de México, y he visitado en varias ocasiones muchos estados y ciudades por más de una vez. Dejé mis huellas en las Pirámides del Sol y de la Luna, y las mundialmente famosas ruinas de Chichén Itzá, Tulum, Uxmal y Palenque, donde apreciaba el misterioso y rico patrimonio cultural legado por las civilizaciones maya, azteca y olmeca. Viajé desde Mexicali, la ciudad creada por la migración china hasta Puebla, donde se difunde la leyenda de la “China poblana”, visité Acapulco, el lugar de desembarque para la Nao de China en el siglo XVI y también Guanajuato y Cancún, que son los destinos preferidos por los turistas chinos.
En mis viajes, pude sentir y observar la hospitalidad del pueblo mexicano por todas partes. Recibí en Acapulco el buque hospital chino “Arca de la Paz”, que vino para ofrecer tratamiento médico. Logré transmitir en auditorios llenos de profesores y estudiantes universitarios de Tamaulipas y Guanajuato aspectos relevantes de la cultura china. Conversé con un amigo chilango, quien está muy familiarizado con los logros del desarrollo de mi país, porque ha sido suscriptor de la revista China Hoy durante más de medio siglo. También golpeé el tambor junto con los equipos de danza del dragón y el león de mis amigos de Baja California. Todos esos y muchos más serán mis recuerdos imborrables.
En estos más de 5 años, he mantenido una estrecha comunicación con los medios de comunicación mexicanos. Publiqué unos 300 artículos de opinión en los periódicos y realicé centenares de entrevistas, informando de esta forma las políticas de China sobre sus asuntos internos y diplomacia, así como los últimos logros de su desarrollo. Por eso, no pocos amigos me dijeron que fuera un columnista. La prensa local tiene una muy buena colaboración con la Embajada, siempre puedo ver a los reporteros mexicanos en diferentes tipos de eventos como el de hoy. Algunos de ellos recomendados por la Embajada, tienen la oportunidad de viajar a China para hacer entrevistas y reportajes, trayendo a casa los materiales de primera mano sobre el desarrollo de modernización del país asiático. “La cooperación China-México” ha sido una frase frecuentemente utilizada en los reportajes y los lectores mexicanos pueden tener un nuevo ángulo para conocer China. El año pasado, tuve el honor de diseñar, con mi propia caligrafía, un logo para la sección cultural de El Heraldo de México. La estrecha colaboración con la prensa ha despertado el interés por China, y ha incrementado el conocimiento mutuo entre ambos pueblos, nutriendo continuamente el gran árbol de la amistad China-México.
El día de hoy, cuando estoy en vísperas de abandonar México, puedo decir que las relaciones chino-mexicanas son prósperas y vibrantes, se encuentran en su mejor momento de la historia, por lo cual estoy muy agradecido. Ambos países se encuentran en una etapa crucial para su desarrollo, y los lazos bilaterales también enfrentan un nuevo punto de partida. Quiero transmitir al presidente López Obrador mis mejores y sinceros deseos, y que conduzca al pueblo mexicano a tener mejores resultados al explorar el camino de desarrollo que corresponda a sus condiciones nacionales. Espero que las relaciones bilaterales tengan un mayor progreso, y se conviertan en un paradigma para los países de mercados emergentes y en desarrollo que coexistan armoniosamente y avancen hombro a hombro.
Señoras, señores, amigos:
La China de hoy se encuentra en una importante fase de desarrollo. El año pasado celebramos el 40 aniversario de la reforma y apertura, y este año, vamos a conmemorar el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China. Bajo el firme liderazgo del Partido Comunista de China, los más de 1.300 millones de chinos han cambiado radicalmente el panorama de atraso del país después de décadas de trabajo duro. China está caminando, a pasos agigantados y con la cabeza en alto hacia el sendero de la gran revitalización de la nación china. Tenemos plena confianza de convertir nuestro país en una potencia socialista moderna, próspera, democrática, civilizada, armoniosa y bella. Entretanto, en vez de cerrar la puerta de apertura, China la abrirá aún más, y hará nuevas contribuciones al desarrollo económico mundial con una apertura más profunda. China trabajará con el resto del mundo para construir la comunidad de destino de la humanidad y crear un futuro más próspero, armonioso y lindo.
Señoras, señores, amigos:
Hace 40 años, mi esposa vino a estudiar en este país. Pasó 4 años de juventud en la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio de México. Ahora todavía conserva las tarjetas de la biblioteca de estas dos casas de estudio. Hace 40 años, ingresé al Ministerio de Relaciones Exteriores de China y el primer país en donde inicié mi trabajo fue México. Muchos amigos de los que están aquí presentes, los conozco desde entonces. 40 años después, vamos a poner punto final nuestras carreras diplomáticas en este país tan entrañable. Es el destino inseparable de mi familia y el mío con México. De aquí en adelante, nuestro corazón siempre estará estrechamente conectado con este país, en donde quiera que nos encontremos.
“Ha sido largo el camino que recorrimos hasta esta despedida. Aquí nos separamos y triste está el corazón de la verde montaña vacía.” En este momento de despedida, permítanme expresar, una vez más, mis sinceros agradecimientos:
Mis agradecimientos a los amigos mexicanos del gobierno, el Congreso, los distintos partidos políticos, los cuerpos militares, el sector empresarial, así como el de todos los estados de la república mexicana, gracias por su gran apoyo a mi trabajo durante este periodo, y sus continuos esfuerzos dedicados al impulso del intercambio y la cooperación bilateral en todos los aspectos. Deseo que podamos seguir esforzándonos por escribir nuevos capítulos de las relaciones China-México.
Deseo externar también mi agradecimiento a los amigos mexicanos de la prensa, los think tanks, los círculos cultural y educativo, por sus destacadas aportaciones al conocimiento mutuo entre los dos pueblos. Espero que podamos consolidar aún más este puente de amistad China-México.
Agradezco a todos los diplomáticos extranjeros acreditados en México. Es un verdadero placer y honor encontrar y compartir con ustedes, con quienes he construido una profunda amistad.
Mi gratitud a los chinos residentes en México, a las empresas chinas, los estudiantes y maestros voluntarios del idioma que trabajan y viven en este país, gracias por su dedicación. Deseo que siempre tengan en el corazón la patria y se integren a la sociedad local, para contribuir aún más a la profundización de la amistad binacional.
Finalmente agradezco en especial a mis compañeros chinos y los empleados mexicanos de esta Embajada. La unión, el profesionalismo y el espíritu de sacrificio de ustedes garantizan que haya sido todo éxito mi misión diplomática en este país. El constante avance de los vínculos chino-mexicanos se nutre de sus contribuciones. Espero que cuiden de sí mismos, y redoblen sus esfuerzos para lograr resultados más satisfactorios.
Ahora propongo un brindis,
por la amistad y la cooperación entre China y México,
por la prosperidad de China y México,
y por la salud de todos los presentes.
Salud!