100 Años de la “Fundación Mier y Pesado”
En una solemne ceremonia realizada la tarde del pasado 6 de septiembre, se reunieron centenares de personas para conmemorar el Primer Centenario de la Fundación Mier y Pesado, que lleva el nombre del hijo fallecido prematuramente (1869), del ilustre matrimonio de don Antonio de Mier y Celis e Isabel Pesado de la Llave.
Se reunieron en la ceremonia exalumnas y exalumnos de la Escuelas para Niñas Mier y Pesado de la Villa de Guadalupe y para Varones, de Coyoacán, así como maestros y ex maestros, de esa benemérita institución, así como alumnas y alumnos actuales, para rendir homenaje al ilustre matrimonio que a finales del siglo XIX donó sus cuantiosos bienes para la beneficencia pública y sobre todo, para los niños y niñas de México.
En el impresionante plantel de la Fundación Mier y Pesado, sobre la calzada de la Villa de Guadalupe, más de un centenar de personas se dieron cita para rendir homenaje a esos ilustres mexicanos, don Antonio de Mier y Celis e Isabel Pesado de la Llave, quienes amorosamente establecieron una Fundación para el servicio del pueblo mexicano, que ha construido escuelas, hospitales y asilos en donde miles de mexicanos han recibido “amor, consuelo, vida y salud”.
Por la Escuela para Niñas Mier y Pesado, de la calzada de la Villa de Guadalupe, han pasado miles de estudiantes, muchas de quienes han llegado a posiciones muy altas en la vida nacional.
Lo mismo se puede decir de la Escuela para Varones Mier y Pesado de Coyoacán, donde han estudiado también centenares de niños y jóvenes que han escalado los más altos niveles en la vida social, económica y política de México.
El presidente del Patronato pronunció un discurso muy emotivo, en el cual resaltó la vida y obra de don Antonio de Mier y Celis y la ilustre señora Isabel Pesado de la Llave.
Ahí se anunció que tanto las instalaciones de la Ciudad de México, que incluyen la Escuela para Niñas de la Villa de Guadalupe y la Escuela para Varones de Coyoacán, así como asilos y hospitales; y las instituciones educativas y de beneficencia pública que operan en Orizaba, Veracruz, y otras, seguirán mejorándose y perfeccionándose en su tarea.