Presupuesto Base Cero para 2016; ajuste preventivo por $135 mil millones
Ante la caída de los precios del petróleo y la posible elevación de las tasas de interés en los Estados Unidos, el Gobierno Federal decidió hacer un ajuste preventivo presupuestario mediante una novedosa técnica denominada Base Cero: es decir, empezar desde el principio y cortar de tajo todo tipo de obligaciones y compromisos previos.
La decisión del Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Hacienda, que dirige Luis Videgaray, ha sido bien recibida por los expertos financieros nacionales e internacionales así como por los hombres de negocios, ya que esta previsión se toma con tiempo y permitirá, mediante una reducción del Gasto Público por 135 mil millones de pesos, mantener la actividad económica nacional a un ritmo todavía superior al que tendrá el presente año, es decir que para el 2016 se calcula el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), de entre 3.3 y 4.3%, sin provocar una inflación galopante, que podría darse manteniendo el nivel del gasto público a base de un déficit presupuestal creciente.
Lo anterior quiere decir que se evita una crisis económica, una inflación galopante o una paralización de las actividades productivas, y se opta por un control financiero de la situación que, desde luego, implicará costos, sobre todo en lo que toca al empleo y los programas gubernamentales, de los cuales se tratará de reducir y hasta eliminar aquellos que no resultan indispensables para el funcionamiento de la Nación.
Habrá desempleo entre la burocracia, y los que salgan del gobierno tendrán que reacomodarse en otras actividades económicas privadas, lo cual muchos de los futuros desempleados lograrán, conforme a sus capacidades; pero no estamos hablando de una crisis de paralización de la economía o de una hecatombe nacional provocada por la inflación con déficit.
SITUACION ECONOMICA Y FINANCIERA BAJO CONTROL
También es cierto que algunos programas del gobierno tendrán que reducirse o hasta desaparecer, y probablemente algunos tendrán que ver con el apoyo a familias o con el financiamiento y subsidios gubernamentales a ciertas actividades privadas y sociales, o a la inversión en obras de infraestructura que pueden diferirse, como vimos en el recorte del Tren México – Querétaro, y del Tren de la Península de Yucatán; pero lo importante será que el gobierno no pierda el control de las finanzas públicas y continúe encauzando la actividad económica nacional, por una vía de crecimiento sin inflación.
No hay que olvidar, en todo esto, que nuestro País, como una economía abierta que es, está expuesto a los grandes altibajos económicos mundiales que nos han vuelto a afectar, como en otras ocasiones; no es la primera vez que esto ocurre: baste recordar la crisis financiera del 2008, que llevó a nuestro peso al nivel de 16 por un dólar, en tiempos del Lic. Felipe Calderón.
También hay que recordar la gran crisis de 1994-95, que hizo caer nuestra economía a (menos) 6%, en tiempos del Presidente Ernesto Zedillo.
Ahora, hay que mantener el control de la economía y reducir los costos aleatorios.
LIC. MAURO JIMENEZ LAZCANO,
Director General